III. EL PRIMER DÍA DE GUERRA

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{THE WALKING DEAD}

—EL PRIMER DÍA DE GUERRA—

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—EL PRIMER DÍA DE GUERRA—

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CARL.

—¿SE PUEDE SABER que coño pasa?—la voz amarga y susurraba de Gabrielle se escucho en mitad de la noche cuando Dennis tiro de ella para que viniera con nosotros.

—Rosita ha dicho que ha venido alguien.—le explicó Enid mirándola un segundo mientras caminábamos.—Y ahora se han encerrado con esa persona en el calabozo.—

—¿No quieres saber quién es esa persona?—la miró con una amplia sonrisa el chico castaño.

Estábamos en mitad de la noche, caminando por las calles de Alejandría encabezados por Enid. Detrás de esta iban Dennis y Gabrielle y después Ronin y yo.

Los cinco nos acercamos sigilosamente hasta el calabozo, el cual era el sótano de una casa sin arreglar.

Cuando llegamos a la entrada de la casa nuestros ruidos se detuvieron y nuestros pasos se volvieron mucho más sigilosos.

Bajamos las escaleras muy despacio, casi conteniendo la respiración. Todos eramos conscientes de que no debíamos estar ahí, concretamente yo debía estar cuidando de Judith, pero no nos importo, las ganas y la ansiedad por saber que ocurría eran más fuertes.

Llegamos junto a la puerta. Dennis se decidió a mirar y asomó muy ligeramente la cabeza, miró durante unos segundo y volvió unos pasos atrás.

—Es uno de los Salvadores de Negan, dice que quiere ayudarnos a matarlo.—susurró en el círculo confidencial.

—¿Un hombre o una mujer?—pregunto al mismo volumen Ronin.

—Un hombre.—le respondió Dennis desilusionado y la cara de la chica casi hizo el mismo gesto pero se contuvo.

Volvimos a acercarnos, esta vez los cinco, y disimuladamente nos asomamos por la puerta.

El hombre, conocido como Dwight estaba siendo agarrado y apuntado por Daryl con un cuchillo. Tara pedía que lo matara, mi padre pedía escucharle y el hombre les explicaba los motivos para confiar en él y en su plan.

El Salvador terminó de hablar y todos los presentes en la sala comenzaron a discutir sobre que hacer. Estaban todos metidos en su conversación cuando el sombrero de mi cabeza se cayó e hizo un sonido seco.

—Corred.—susurré asustado.

Cogí el sombrero y antes de que cualquiera pudiera reaccionar los cinco salimos corriendo.

Una vez en la calles de Alejandría y en un movimiento rápido y sin la atenta mirada de los demás agarré a Ronin de la mano y tiré de ella.

***

SILENT || CARL GRIMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora