Ella siempre estaba en silencio, en un mundo donde los gruñidos son la banda sonora, hasta que él la hizo gritar.
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—EL SANTUARIO—
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CARL.
EL CAMIÓN LLENO de comida seguía su camino, mientras que Ronin, Jesús y yo seguíamos escondidos en su interior.
Jesús abrió una de las cajas y rebusco entre ellas hasta que tomó un gran bote de sirope y comenzó a echarlo por el suelo.
Le miramos atentos a sus movimientos y fue entonces cuando se dirigió a nosotros.
—Marco el camino.—dijo con una sonrisa.
Ronin y yo nos acercamos más a él.
—Tenemos que bajar y seguirles a pie.—dijo mirando el camino.—Ya estamos cerca.—
—¿Cómo lo hacemos?—dije no muy convencido.
—Saltando y rodando por el suelo.—habló de vuelta Jesús.—No es muy complicado.—dijo.
Mi mirada se cruzó con la de Ronin, ella parecía segura de poder hacerlo.
—Vale, tu primero.—dije hacia Jesús.
Este nos sonrió como despedida y saltó. Se escondió detrás de un viejo y destartalado coche y cuando me asomé solo le despedí con mi mano sin ninguna intención de saltar.
—¿Qué haces? ¿Por qué no saltas?—me preguntó la chica confusa.
—Porque este camión nos llevará directamente dentro, con Negan y ahí es a donde quiero ir.—dije yendo hacia el fondo del camión donde había una caja llena de armas.—Sí tu quieres, todavía estás a tiempo de saltar y seguir con Jesús.—la dije sin mirarla.
Su voz no sono hasta pasados unos segundos cuando por fin se decidió.
—Me quedo contigo.—dijo ella firme escondiéndose a mi lado.
Podía notar su cuerpo chocando con el mio, ella estaba sudando y parecía bastante nerviosa. Mi objetivo era claro y destructivo pero el de ella era más complicado y por lo tanto más peligroso y arriesgado.
—No nos pasará nada.—dije poniendo una mano en su rodilla doblada de manera reconfortante.
Ella no se asustó ni hizo ningún gesto de sorpresa, pero tampoco dijo nada. Simplemente apoyo su cabeza en mi hombro.
***
Llegamos a el patio del Santuario y se podían escuchar las voces de varios Salvadores, incluida la de Negan, pero ni rastro de la voz de Dana.
—Coge un arma.—la dije a Ronin a la vez que yo cogía una para mi.
La morena no tardo en obedecerme. Nos escondimos y esperamos el momento aportuno para salir.
