Ella siempre estaba en silencio, en un mundo donde los gruñidos son la banda sonora, hasta que él la hizo gritar.
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—DANA—
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CARL.
ENTRE EN CASA de Ronin sin llamar y lo primero que me encontré fue a Gabrielle y Dennis sentados en el sofá hablando entre susurros, no escuchaba lo que decían, pero por la cara de pena de la pelirroja me lo podía imaginar.
Tras unos segundos una agitada Ronin bajo las escaleras, llevaba una camisa de cuadros parecida a las mías, unos vaqueros y una coleta baja.
—Llegas tarde.—dijo nada más verme, seria.
Arrugue el ceño debajo de las vendas de mi cara.
—¿Habíamos quedado a una hora concreta?—dije confuso.
La morena rodó los ojos y giro un poco la cabeza, de esta forma se veía mucho más la marca violacea de su cuello, la cual yo hice el día anterior.
—Vamos.—dijo un poco molesta
Me cogió de la muñeca para obligarme a andar.
—¿Donde vais?—la voz de Gabrielle desde el salón nos hizo detenernos.
—Abajo.—respondió apresurada y seca la otra chica.
Parecía ansiosa por bajar con Devyn.
Mire a la pareja del sofá, Dennis no nos miraba y tenía un aura triste en su expresión. Mientras que la expresión de Gabrielle era una mezcla entre molestia y tristeza. Por mi mente solo pasó la reacción que pudo tener Dennis al ver la marca del cuello de Ronin.
—Si vienen Daryl o Logan avisarnos.—habló otra vez Ronin sin ser consciente de la tristeza que desprendían esos dos.
Sin decir nada más ambos bajamos al sótano donde Devyn permanecía.
En cuanto nos vio se puso recta y altiva.
Ronin la quito la mordaza de la boca y enseguída la risa macabra de Devyn resonó.
—¿Al final le has dado diversión a Carl?—preguntó entre risas mirando descaradamente el cuello de Ronin.
Por un momento pensé que la morena llevaba la coleta a propósito para que ella lo viera.
—No estoy aquí para hablar de Carl.—dijo de vuelta sin mirarla, a la vez que sacaba de sus pantalones un cuchillo y una pistola.—Ya sabes lo que quiero oír, y no te molestes en hablar si no es sobre Dana.—parecía tranquila y más segura de lo que estaba haciendo que ayer. Estaba decidida a obtener respuestas.
—Tengo que admitir que siento algo de celos.—siguió hablando Devyn como si nada, aún con una sonrisa.—Me encantaría sentir la lengua de Carl sobre mi cuello, lo mismo así recuerdo mejor la historia de Dana.—dijo de forma lasciva, mientras me miraba con lujuria.
