Ella siempre estaba en silencio, en un mundo donde los gruñidos son la banda sonora, hasta que él la hizo gritar.
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—GRACIAS POR ESTO—
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CARL.
ESTABAMOS EN PLENA noche, descansaba en mi cama cuando un ruido me alarmó.
Me levanté en silencio y con cuidado cogí el arma que había en el cajón de mi mesilla. Salí de mi habitación y no tuve que dar muchos pasos cuando vi a un extraño sentado en la escalera de mi casa.
Parecía más joven que mi padre, tenía el pelo largo y una frondosa barba.
Me acerqué por su espalda y le apunté.
—¿Que haces en nuestra casa?—dije con la voz más amenazante que pude poner.
—Estoy esperando a que tus padres se vistan.—dijo con voz tranquila y mi ceño se arrugó al no comprender del todo eso.—Y por cierto, me llamo Jesús.—dijo con una pequeña sonrisa.
En un instante aparecieron Michonne y mi padre, mi padre sin camiseta y ahí lo comprendí todo.
—Carl, yo...—empezó a decir pero su voz se cortó al ver como todos subían las escaleras con las armas en la mano, también estaban Ronin y Logan.
—Tranquilos, esta todo bien.—puntualizó Michonne.—Solo quiere hablar.—
***
Nos sentamos al rededor de la mesa del comedor cuando el sol ya estaba apareciendo, yo aún tenía el arma sobre la mesa sujeta con mi mano preparada para cualquiera cosa.
Jesús comenzó a hablar de su comunidad, nos estaba proponiendo comerciar con ellos, pero al poco tiempo de empezar su discurso mi vista se dirigió a Ronin.
Ella estaba apoyada en Logan, quien estaba apoyado en la pared, y aunque él la rodeaba con su brazo ella parecía no notarlo, estaba completamente ausente, ni siquiera miraba al extraño. Tenia la vista fija en un punto y no la movía.
La mire durante un buen rato y estaba casi seguro de que ella lo había notado pero eso no hizo que ella me mirara. Tenia casi la misma mirada que el día que la conocí, solo que ahora era mucho más pesada y triste, parecía que la costaba hasta mantener los párpados abiertos.
Finalmente mire a Logan, él la estaba mirando también y la acariciaba el pelo con una mueca de frustración en su rostro. Logan al sentir el peso de mi mirada, me miró, por un momento me tensé y me puse nervioso, pero Logan solo suspiro y volvió la mirada a Jesús.
