Ella siempre estaba en silencio, en un mundo donde los gruñidos son la banda sonora, hasta que él la hizo gritar.
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"me gustaría que el silencio estuviera dentro de mi y no fuera"
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RONIN.
>>EL ESTADO DE emergencia se declaro, todos estábamos en peligro.
No sabía que estaba pasando, tenía nueve años y solo veía como mis padres trataban de mantener la calma.
Mi padre era policía por lo que tenia un arma en casa. Vi como la cogía y preparaba la munición.
Mi madre metía alimentos, medicamentos y cosas más útiles en unas bolsas.
Estaba sentada en el sofá de mi casa, con los ojos llorosos.
—Ronin, cariño.—dijo con dulzura mi padre.—Tenemos que ir a la capital ahí es donde posiblemente estemos más seguros.—dijo acariciando mi mejilla.
—¿Seguros de que?—dije temblando.
—Hay unos seres, unos monstruos, que van a por las personas como nosotros y son muchos. Debemos protegernos.—dijo con su voz temblorosa. Mis ojos se aguaron de ver asi a mi padre.
—¿Vamos a ir a por Dana antes de ir allí?—dije esperanzada.
Mi madre dejo de hacer lo que hacía, los ojos de mi padre se llenaron de lagrimas.
—Ir a por ella es muy arriesgado.—comenzó mi padre.—Y posiblemente ella este muerta.—dijo sin mirarme y con lagrimas por su cara. Mi madre soltó un sollozo.
—¡No! ¡No!—dije con lagrimas por toda la cara.—¡No podemos abandonarla, es mi hermana!—dije mientras pegaba pequeños puñetazos sobre el pecho de mi padre.<<
>>Iba de la mano de mi madre mientras corríamos entre los árboles del bosque.
El camino a Washington fue bastante más difícil de lo que esperábamos, llevábamos tres meses dando tumbos sin descansar mucho en ninguna parte y evitando tanto a muertos como a vivos.
Mi padre iba delante con el cuchillo en la mano y la pistola en el cinturón. Mi madre portaba un machete y a mi mis padres me habían dejado llevar un cuchillo.
Estaba cerca del anochecer y necesitábamos encontrar un lugar medianamente seguro, llevábamos dos noches durmiendo en el suelo a la intemperie.
Se escuchó el crujido de una rama. Me pegue más a mi madre. Mi padre miro a todos lados.
Entonces apareció uno de esos seres, mi padre se tiro contra él y le atravesó el cráneo con el cuchillo. Yo aparte la mirada escondiéndola entre los brazos de mi madre.
