Ella siempre estaba en silencio, en un mundo donde los gruñidos son la banda sonora, hasta que él la hizo gritar.
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—LOS DOS MUERTOS—
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CARL.
—PANOCHO, TE HA tocado.—la voz de Negan resonó por todas partes, era lo único que se oía.
Todos levantamos la vista y Negan estaba delante de Abraham con el bate apuntándole. Vi como Sasha rompía a llorar, como todas nuestras caras se descomponían ante lo que se venía. Abraham miro a los ojos a Negan.
—Qué te follen, cabrón.—dijo con ira y orgullo en su voz.
—Vaya par de huevos.—dijo Negan con una exclamación de sorpresa. Pero eso no lo iba a parar, Negan cogió impulso para levantar el bate mientras Abraham miraba a Sasha por ultima vez y finalmente Negan reventó la cabeza de Abraham con Lucille. Le valió con un par de golpes para que Abraham cayera muerto al suelo con la cabeza deformada.
Los gemidos y sollozos de todos se empezaron a oír, mis ojos se aguaron y alguna lagrima rodó por mi mejilla. Desvié la mirada y mire a Ronin, ella había dejado de mirar el cuerpo de Abraham y ahora miraba a un punto fijo del suelo con los ojos brillantes.
—¡Hijo de puta!—el grito de Daryl interrumpió la diversión de Negan, seguidamente se tiro hasta él y le pegó un puñetazo. Los salvadores no tardaron en reducir a Daryl mientras Negan se recomponía.
—Wow, Rick reconozco que tu grupo los tiene bien puestos, son duros.—dijo Negan mientras se paseaba sobándose la mandíbula.—Pero esto tiene un castigo.—dijo y sin que ninguno pudiera reaccionar golpeó a Glenn con Lucille.
Lo único que pude oír fue el grito de dolor que salió de Maggie, a él se le sumaron Daryl y mi padre. Ya no podía contener las lágrimas, caían por mis mejillas sin control. Veía como Negan golpeaba la cabeza de Gleen, hasta que finalmente su cuerpo cayó desplomado contra el suelo, al igual que hizo anteriormente el de Abraham.
Ese hijo de puta iba a pagar esto, ese hijo de puta iba a morir.
—Siento mucho eso, pero no ha sido culpa mía, sino de él.—la voz narcisista de Negan apuntó a Daryl, quien lloraba.—Pero espero que os quede claro que ahora trabajáis para mi, conseguiréis alimentos, armas y medicinas para mi, todo lo vuestro ahora es mío.—dijo dirigiéndose sobre todo a mi padre.—Ah, y una cosa más Daryl se viene con nosotros, así me aseguro de que cumplís.—dijo y mientras lo decía los Salvadores atraparon a Daryl.
Escuche el gemido ahogado de Ronin y mis ojos se llenaron de lágrimas de nuevo, esto no podía estar pasando.
—Podéis despediros, nos vamos.—dijo dando una vuelta sobre si mismo de forma dramática.
Los Salvadores empezaron a dispersarse y yo simplemente baje la cabeza esperando a que desaparecieran.
—¿No vas a hablar para decirme adiós?—una voz femenina a mi lado me hizo levantar la mirada hacia Ronin y su hermana. La mayor se había inclinado hacia una Ronin que parecía apunto de colapsar y la miraba de manera burlona.
