IV. POR FAVOR

3K 225 199
                                    

{THE WALKING DEAD}

{THE WALKING DEAD}

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—POR FAVOR—

______________☆☆☆☆______________

CARL.

CUANDO BAJE MI camisa todos aun seguían en silencio. Mi padre me miraba como si no pudiera creerlo, devastado y con los ojos vidriosos. Michonne estaba llorando, Daryl mecia entre sus brazos a Judith y Logan abrazaba con todas sus fuerza a Ronin, quien aunque seguía sin soltar ni una lagrima parecía incapaz de dejar de mirarme.

Se escucho una explosión y mi padre comenzó a negar entre balbuceos que me oprimieron el pecho.

—Papá, da igual.—hablé con la voz ronca y débil.—No sabía si me daría tiempo a veros, pero por si acaso quería despedirme de vosotros.—de mi bolsillo trasero saqué un puñado de cartas que había escrito esa mañana.

Michonne sollozo, mi padre siguió diciendo cosas sin sentido y las explosiones en Alejandría se seguían escuchando.

—Me han mordido, se llama Siddiq, salimos a buscarle.—expliqué mirando de reojo a Ronin, aún mi padre y Michonne negaban incapaces de creerlo.—Le vimos en la gasolinera.—dije mirando a mi padre.—No fueron los Salvadores, solo ha pasado.—mi voz comenzaba a temblar.

Mi padre bajo la mirada con las lagrimas por su rostro.

—Me han mordido.—finalicé mirándola a ella, ni yo mismo me lo creía del todo.

Me tuve que tumbar, la fiebre era demasiada y apenas podía manterme en pie.
Ni Michonne ni mi padre se alejaron de mi en ningún momento y podía sentir la mano de Michonne apretando la mía.

—¿Estas mejor?—me preguntó cuando me recoste.

Asentí algo débil.

—Yo tengo esto, son antiinflamatorios pero no muy fuertes.—Siddiq intervino mostrando las medicinas que poseía. Mi padre le miro fijo.—Le ayudará un poco con la fiebre.—hasta yo que no tenía todos mis sentidos conmigo podía notar en su tartamudeo que se sentía culpable.—Cogalas, le vendrán bien.—finalizó ofreciendoselas a mi padre.

—¿Eres médico?—preguntó sin poder mirarle.

—Antes era residente.—

—¿Tú sabías que era médico y por eso le trajiste?—esta vez la pregunta de mi padre fue hacia mi.

Me humedecí los labios antes de hablar.

—Estaba solo y necesitaba ayuda, por eso lo hice.—respondí convencido.

Entonces una gran explosión en la superficie hizo que el techo se tambalear y escombros y polvo cayeran. Mi padre se colocó sobre mi para protegerme pero el polvo se metió en mis moribundos pulmones y me provocó una incontrolable tos.

SILENT || CARL GRIMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora