III. EL DETONANTE

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{THE WALKING DEAD}

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—EL DETONANTE—

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CARL.

NERVIOS, ESO ERA lo que se podía decir que sentía por cada célula de mi cuerpo.

Cuando Ronin y yo entramos por la puerta de mi cuarto, algo dentro de mi se tenso. Sabia que no estábamos solos pero para mi se sintió como si así fuera.

Ella avanzaba por la habitación observando como si nunca la hubiera visto y jugaba con sus dedos, estaba tan nerviosa como yo, sobre todo después de lo que había pasado entre nosotros.

—Si quieres puedes coger algo de mi ropa si estas más cómoda.—hablé a la vez que señalaba a mi armario.

Ella me miro pero no dijo ni hizo nada.

—Voy a ir al baño para cambiarme.—dije un tanto incómodo mientras cogía mi ropa.

Sin decir una palabra más me fuí al baño y allí cambié mi ropa por una más cómoda y también las vendas de mi ojo.

Cuando volví ella se había cambiado, llevaba uno de mis pantalones anchos y largos y una camiseta mía que le quedaba perfecta. Estaba en una esquina de la cama, de pie, mirandome.

—Tumbate, yo dormiré en el suelo.—dije mientras cogía una de las almohadas y una manta.

Ronin hizo lo que la indique y se metió en mi cama.

—¿Comó crees que acabará esto?—su voz se escucho como un susurro, apenas audible y muy ronca.

Me pensé por unos segundos la respuesta, tratando de buscar algo lógico.

—No lo se.—dije una vez que me rendí.

Sentí como se movia y seguido su cabeza se asomó por la orilla de la cama.

—¿Crees que mi hermana es como Negan?—dijo y en su tono de voz se notaba la preocupación.

La miré a los ojos y me dolía la realidad.

—Creo que tu hermana ya no es la persona que conocías, pero no se si llega a ser tan cruel como Negan.—hablé con cautela, sabia que mis palabras podrían dolerla mucho pero eran la realidad, o al menos la realidad que yo percibía.

—Cada vez que cierro los ojos la veo, pero solo la veo como era antes.—dijo mirando hacia el techo.—Y eso duele más.—dijo en un suspiro.

—Tú tampoco eres como antes, ni siquiera eres como cuando te conocí.—dije después de unos segundos en silencio.—Todos cambiamos, y podemos cambiar más de una vez.—

Ella volvió a mirarme desde la orilla de la cama.

—¿Quieres decir que mi hermana puede volver a cambiar?—dijo con un tono de esperanza.

SILENT || CARL GRIMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora