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Llegue a casa después de mis clases y tome una ducha.

Comí una manzana y volví a mi habitación, me sentía un poco cansada así que me recosté.

Me había quedado por completo dormida.

Me levante y mire la hora, eran casi las veinte, puse a cargar mi celular y luego encendí la luz.

-Jennie -dijo mamá abriendo la puerta, estaba seria y supuse que estaba enojada.

Qué había hecho ahora o qué le había pasado, porque juro que ya me estoy portando bien.

-Que pasó? -pregunté.

-Te buscan abajo -dijo.

Ahí comprendí la mayoría de las cosas, Lisa dijo que vendría a casa y mamá le ha puesto una cruz después de nuestra ruptura.

-Ya voy -respondí y no dije nada más, busque el libro de álgebra para ponerlo con el de matemáticas y salí de mi habitación.

-La deje pasar porque es tarde pero despachala en cuanto antes -dijo mamá entrando a su habitación y asentí.

-Solo viene por unos libros -respondí y baje las escaleras.

Llegué hasta abajo y la vi sentada en el sofá, mi corazón se aceleró pero intente relajarme.

-Estos son los libros, trata de devolverlos antes del martes -dije y se los entregue.

-Buenas noches -dijo y sonrió, solo quería sacarme de quicio con esa hermosa sonrisa- Gracias por los libros cuando termine te los traigo, probablemente el domingo.

-No estoy ese día -dije rápido.

-Te los dejo en el buzón, no te preocupes -respondió y asentí.

Cualquier cosa para que no me siga diciendo tantas cosas y se fuera de una vez.

-Todavía no te lo borraste? -dijo apuntando mi cintura, había olvidado que estaba en pijama.

-No y tampoco lo haré si es eso lo que quieres saber -hable del tatuaje que nos hicimos juntas, otra cosa más por la cual mi madre la detestaba.

O sea, quien se tatuaba el nombre de su pareja? Nadie, nosotras las estúpidas.

-Solo preguntaba... -dijo y se acercó pero retrocedí.

Puse mis manos en su hombro para detenerla pero la saco y la bajó.

-Por favor -le dije y trate de alejarme pero me pego a ella.

-Por favor, que? -cuestionó.

-Vete -susurre.

Estaba tan lastimada, me costo casi seis meses recuperarme de lo nuestro y ella volvía para hacer lo que quería.

-Quiero que hablemos -dijo y bajó los libros, tomó mis manos entre las suyas y negué.

-Vete Lisa -volví a decir- Mi madre está arriba y no quiere verte aquí.

-No me iré hasta que hablemos -dijo y negué nuevamente.

-Podemos hablar en otro lugar, otro día o en otro horario pero ahora no -pedí y asintió.

-Pasaré por ti mañana después del almuerzo -dijo.

-No puedo -respondí, si que podía pero no quería.

No quería porque ya no teníamos nada de que hablar, eso es lo que suponía.

-Flashback-

Me pase toda la noche llorando, mamá se quedó abrazándome.

Ella estaba furiosa, me había repetido una y mil veces que me alejará de ella porque no veía nada bueno.

Pero yo solo quería cumplir mi capricho y volví con ella las veces que sentí que fue necesario pero ahora que se fue creo que esto ya era definitivo.

Solo dejó una carta diciendo que lo sentía por décima cuarta vez en lo que iba del año, ella pensaba que con eso siempre lo solucionaba todo y capaz que sí, yo siempre le daba ese derecho.

Mire su carta sobre el buro y eso hizo que nuevamente se me hundiera el pecho.

Cuando anteriormente pensaba que estaba tan rota ella hacía algo nuevo para superarse y hacerme sentir peor.

No podía creer que nuevamente estaba en el mismo lugar, llorando por la misma persona.

Y ni hablar de la inmadurez que ambas tenemos, ni siquiera llegamos a la mayoría de edad pero siempre dicen que el primer amor es el que más duele.

He tenidos pretendientes pero nadie podía compararse con ella, me dolía la cabeza y los ojos de tanto llorar.

Cerre mis ojos y trate de dormir, sabía que mamá seguía despierta y se iba asegurar de que duerma antes de irse a trabajar.

-Fin de flashback-

Me prometí no volver a verla nunca más, mi dignidad debía de estar más arriba pero todas mis palabras se iban al tacho cada vez que la veía.

-Entonces... -dijo mirándome.

-No Lisa, no tengo nada que hablar contigo así que te pido amablemente que te vayas -asintió.

Escuche una que otras gotas caer afuera, esto no estaba pasando.

Ni sabía que se avecinaba una tormenta.

-Te los traigo el domingo -volvió a decir y metió los libros en su bolso.

La tormenta se volvió más fuerte y no sabía si decirle que espere o no.

-Por qué no pides un taxi para que te lleve a tu casa -sugerí y asintió.

Vi que sacó su celular y entró a una app.

-Llega en cinco a siete minutos -dijo mirando la aplicación.

Miraba las escaleras para ver si mamá no salía de su habitación.

Escuchamos que le llegó una notificación y la vi maldecir por lo bajo.

-Me ha cancelado y no veo otro conductor -dijo enojada, de verdad que a veces creo que el destino me odia. Se puso su mochila y se dispuso a caminar.

-Quédate -dije lo más bajo posible como para que no escuche.

No puedo creer lo que estaba diciendo, quería que alguien me sacuda unas cuantas veces para acomodarme el cerebro.

Pero si lo hizo.

-¿Que? -dijo y le hice paso para que entre.

-Quedate y mañana en la mañana te vas temprano, sin que te vea o te escuche mi mamá -respondí y asintió.

-Te prometo que no lo hará, para nada, seré sigilosa -dijo y deje que suba las escaleras.

Say you won't let go 🌻 |Jenlisa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora