Abrí la puerta del Ediya coffee, uno de mis lugares favoritos para tomar café en mi barrio. El ambiente era cálido y el café y los postres excelentes. Solía quedar mucho allí con Chris, como era el caso hoy.
Cuando entré él ya estaba sentado en una de las mesas del fondo junto a la ventana. Mis favoritas, las que dejan intimidad y espacio para pensar en tus cosas. Suspiré. Chris me conocía muy bien. Aún no había reparado en que yo había entrado porque estaba mirando su teléfono.
Yo seguía hecha un lío, sin saber qué hacer. Mi móvil vibró y lo miré antes de acercarme a la mesa. Era un mensaje de Lisa.
Li: ¿Ya has decidido si contárselo?
TN: No sé qué hacer, estoy ya en Edi y me está esperando. Tengo que decidir algo YA.
Li: Nadie te está poniendo una pistola en el pecho para que se lo cuentes. Siempre puedes decírselo otro día.
Levanté la vista del chat antes de responder y vi que Chris me sonreía porque acaba de verme. Tecleé rápidamente antes de sentarme con él.
TN: Tengo que dejarte. Ven esta noche a mi casa, mi madre no estará.
Chris se levantó y me besó antes de que yo me sentase en frente de él. El tacto de sus conocidos labios sobre los míos solo me hizo sentir peor.
–¿Qué tal enana? Me moría por verte –susurró inclinándose un poco hacia mí desde su asiento.
Yo sonreí insegura pero antes de responder, la camarera se acercó a tomarme nota. Él ya tenía un batido así que supuse que habría llegado hacía ya rato.
–Un café con leche, por favor –pedí sin pensar demasiado en ello.
–Y una degustación de postres para dos –añadió Chris alegremente–. Tenemos que celebrar que mi chica está de vuelta –sonrió con entusiasmo.
La camarera nos miró sonriendo también.
"¿Qué es esto, un anuncio de pasta de dientes?" pensé disgustada.
–Hacéis una pareja preciosa. Os sirvo en seguida.
"Eso es, haciéndome las cosas más fáciles"
Estuvimos un rato comiendo y charlando de cosas sin importancia, aunque he de reconocer que por una vez, los deliciosos postres de aquel lugar parecían convertirse en ceniza al tocar mi boca, tal era la ansiedad que se estaba apoderando de mí.
Apenas intervine en la conversación y le dejé hablar a él. Me puso al día de sus primeros días en la universidad porque Chris había empezado antes que yo. Él estudiaba para ser preparador físico, un tema que a mí no me apasionaba así que tenía que esforzarme para no desconectar de la conversación. Me gustaba interesarme por sus cosas pero nuestros intereses eran muy diferentes.
Él continuó hablando animado, mientras acariciaba mi mano con la suya. Al darme cuenta la retiré discretamente hacia atrás fingiendo que tenía que limpiarme con la servilleta.
–Oye, me habías dicho que tu madre no está hoy ¿No?
–No, viaje de negocios.
–¿Y tu hermano?
–Está en la universidad trabajando en su investigación –comenté oliéndome enseguida a dónde quería llegar.
Chris se inclinó más hacia mí hasta que habló prácticamente sobre mi boca.
–Pues se me ocurre que podríamos pagar e ir a tu casa ya que la tenemos solo para nosotros.
"Por supuesto, llevamos meses sin vernos ¿Qué esperaba? Lo raro sería que no quisiera acostarse conmigo, somos pareja al fin y al cabo" dijo mi retorcida y ya conocida voz interna.
Tragué saliva y le miré como Pinocho miraría una hoguera. Acojonada, vaya.
–Chris tengo que decirte algo.
Él me miró con ojos curiosos pero ingenuos, completamente ajenos a lo que se le venía encima.
–Bueno, ya sabes que anoche estuve en la fiesta que organizó mi madre... bueno pues el caso es que...
"Me sudan tanto las manos que tengo que apoyarlas sobre el pantalón para que se sequen"
–Pues que resulta que...
"Se me seca la boca, esto es un infierno"
–Que discutimos y casi prefiero no llevar hoy nadie a casa.
"Joder TN, no se lo cuentas y por encima le pones esa excusa de mierda, dos mentiras por el precio de una, genial".
Él se retira un poco hacia atrás y se termina su batido con una sonrisa.
–Ah bueno, no hay problema. En otra ocasión, tenemos todo el tiempo del mundo –me sonríe con comprensión.
"Sí, lo sé, soy una puta cobarde"
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Engaño
FanfictionTodo parecía estable y rutinario en mi vida hasta que conocí a un apuesto y sexy compañero de universidad que me envolvió en una vorágine de sexo y encuentros prohibidos. Ahora tengo que descubrir si esto es lo mejor que me ha pasado o si tú, Kim Ta...