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Avancé por el pasillo, pensando que hoy era el último día del semestre. Me quedaba solo la última clase, que para mi desgracia era traducción con Tae y compañía, pero bueno. Estaba a una hora y media de tener vacaciones y no tener que verlos en una temporada.

Pensaba en esto yendo por el pasillo cuando vi a Kwang acercarse de frente hacia mí. Me quedé paralizada al momento. Sabía hacía días que había vuelto a la universidad pero había conseguido no encontrarme con él y mi cerebro había decidido borrar la información de que estaba por Yonsei de nuevo.

Se paró delante de mí y al momento noté como se me secaba la boca de golpe, mis manos temblaban y apenas podía respirar.

–TN, espera, n-no voy a hacerte nada –dijo él alzando las manos en gesto conciliador.

Sus palabras me llegaban distorsionadas como a través de una radio mal sintonizada. Cerré los ojos mareada e intenté respirar rítmicamente, como había leído en alguno de esos libros de meditación que la señora Shin escondía bajo su cama.

Aún tenía los ojos cerrados cuando escuché unos pasos acercarse veloces y una mano grande sujetó la mía. Despegué los párpados y miré a mi lado. Tae me miraba con confianza y me observaba benévolamente.

–No te preocupes, estoy aquí.

Tragué saliva. Habría dejado que Kwang me diese quince palizas si con ello Tae se quedaba a mi lado.

"¿Eres consciente de lo mal de la cabeza que estás? Quiero decir, el Joker es un modelo de cordura comparado contigo"

"Calla, por favor, ahora no"

El contacto de la mano de Tae me devolvió a la realidad y pude ver que miraba con dureza a Kwang.

–Deberías largarte –susurró entre dientes–. Puede que esta vez no sea tan blando contigo.

Kwang no se achantó y se dirigió a mí.

–Solo quería pedirte perdón –dijo inclinándose tanto que pude ver su nuca –. Sé que lo que hice no tiene excusa pero quería que supieses que no tienes de qué preocuparte, no me acercaré más.

No dije nada pero de alguna forma y no puedo decir por qué, le creí.

–No sé qué me pasó pero estoy yendo a terapia y me lo tomo muy en serio.


"Aprovecha y pídele el número de su psicólogo, si puede hacer algo por este tarado lo tuyo no será tan difícil"

"Déjame vivir, te lo pido"


Yo asentí con la cabeza y con una última reverencia Kwang se fue.

–¿Estás bien? –preguntó Tae aún sin soltarme la mano.

–Sí, no te preocupes, todo... Todo está bien –respondí soltándome.

Me dirigí a clase sin mirar atrás. Si algo me asustaba más que ver a Kwang libre por la universidad, era caerme dentro de los ojos de Tae y ya no poder levantarme.

–Bueno, el nivel de los trabajos es aceptable para el poco tiempo que han tenido –comentó la profesora devolviéndonos el dossier de traducción que habíamos entregado el día del examen–. Señores Min y Jeon –dijo antes de devolverles su trabajo a Jungkook y Yoongi–. ¿En qué tipo de documento creen que es correcta la traducción "no rayes a tu colega, creo que se está pillando", de la página cincuenta y dos?

Las risas se extendieron entre la clase mientras Jungkook justificaba en un improvisado discurso, su traducción pensada para acercar al público más joven, en tanto que Yoongi no sabía dónde meterse.

EngañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora