Mi primer impulso fue responderle de forma antipática pero me contuve. Esta vez fui yo la que la observé, midiendo la situación. La chica parecía rabiosa con una mirada casi desesperada. No sé por qué, pero de alguna forma me recordó a mí, tal vez porque en el fondo pensé que una persona solo está tan enfadada cuando está igual de herida.
–¿Es que no vas a responderme? –exigió ella.
Me mantuve estoica. Imaginé que solo podía estar dando una imagen de prepotencia o de desconcierto total. Por la reacción de la chica, ella se decantó por la primera opción.
–¿Qué pasa, niña rica? ¿Es que acaso los plebeyos no merecemos una palabra? –escupió con veneno.
"Niña rica... una expresión que me resulta muy conocida"
–¿Qué esperas de mí? –pregunté calmadamente.
No sirvió para relajar los ánimos, lejos de eso, ella se acercó aún más y me sujetó por el brazo clavándome sus largas uñas. Aguanté sin decir ni una palabra.
–Oye, suéltala –escuché la voz de Lisa un par de metros detrás de mí.
No me habría sorprendido tanto ni aunque me hubiese defendido mi madre.
–Esto no es cosa tuya, estúpida –dijo la chica haciendo que Lisa retrocediese.
–Di lo que tengas que decirme y acabemos con esto –solté impaciente–. ¿Quieres insultarme? Adelante.
Ella me soltó algo sorprendida y apretó los labios.
–¿Qué sucede? –preguntó otra voz.
Era Tae, que había vuelto del baño en un momento excelente. En fin, mi suerte supongo.
–Nada Tae, es cosa mía.
Él se situó entre mí y la chica ignorando por completo mis palabras. Como era más alto que yo, no pude verla y solo escuché su risa.
–Vaya, tenía que haber imaginado que te esconderías detrás de tu nuevo novio.
Aquello me pellizcó el orgullo. Un poco. Hice a Tae a un lado empujándolo despacio con mi brazo.
–No necesito esconderme detrás de nadie, te lo aseguro –dije mirándola de nuevo a la cara.
Ella miró ahora a Tae que se había quedado allí a mi lado, aunque sin intervenir.
–¿Y le has cambiado por este... este estirado que se cree con derecho a todo? ¿Que coge lo que le apetece en cada momento? Cuando se canse de ti te dejará tirada, te lo digo por tu bien –sentenció ella.
Era como escuchar un discurso que ya había oído antes solo que con una nueva capa de pintura encima para disimularlo.
–¿Que le he cambiado...? Entiendo –comenté de pronto, cuando una bombilla se encendió en mi sesera de forma bastante tardía–. ¿A ti te gusta Chris no?
Ella me miró ahora con una silenciosa súplica en sus ojos. No me equivocaba, esta chica estaba tan destrozada como lo había estado yo semanas atrás.
–¡Él te quiere a ti! ¡Y tú le has abandonado! –gritó en una explosión de emociones que hicieron que comenzase a llorar y golpease el suelo con su pie.
–No me quiere –dije de forma sombría–. Una persona que te quiere no agrede ¿sabes?
Ella levantó la mirada, obviamente no creía una palabra de lo que yo estaba diciendo.
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Engaño
FanfictionTodo parecía estable y rutinario en mi vida hasta que conocí a un apuesto y sexy compañero de universidad que me envolvió en una vorágine de sexo y encuentros prohibidos. Ahora tengo que descubrir si esto es lo mejor que me ha pasado o si tú, Kim Ta...