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Mordisqueé el hotteok que tenía en la mano y Chris me había comprado. Ya empezaba a refrescar a orillas del Han pero era de mis lugares favoritos para pasear, además, estaba precioso en esa época del año.

Chris cogió la mano que yo tenía libre y el estómago se me encogió un poco. Era algo que me sucedía últimamente. Cada vez el peso de mi conciencia era mayor y me costaba enfrentarme a la situación. Sé que no soy ninguna santa y que la culpa es mía pero eso no quiere decir que no me preocupe por los sentimientos de alguien que me importa. Es solo que...

"Todo es tan complicado"



Tae aún tenía grabada en las retinas la imagen de aquel chico recogiendo a TN en su coche y llevándosela. Suspiró caminando hacia la piscina de la universidad, aprovecharía que tenía la tarde libre para entrenar un poco. Además, eso siempre le ayudaba a despejarse.

Dejó la ropa en el vestuario y se puso el bañador, como a aquella hora no había nadie decidió no ponerse el gorro. Se tiró desde el trampolín y su cuerpo rompió la superficie del agua templada. Metió la cabeza por completo y empezó a dar brazadas.

¿Qué estaría haciendo TN en aquel momento?

Era un pensamiento que últimamente tenía de forma recurrente cuando no estaba con ella. A esas alturas Tae pensaba que la necesidad de tenerla entre sus brazos sería menor, no mayor.

Conocía tan bien las reacciones de su cuerpo bajo el suyo. La forma en la que se retorcía de placer bajo sus manos, como una compleja melodía arrancada al piano después de haberla tocado tantas veces que no temes fallar ni el más complejo de los arpegios. Esa melodía que ya tienes tan interiorizada que sabes qué nota sonará a continuación y a pesar de ello, seguirías escuchándola una y otra vez.

Llevaba media hora nadando, cada vez más veloz, intentando agotar toda su energía para no pensar. Pero las imágenes de TN continuaban invadiendo su mente. ¿Estaría ahora riendo? ¿Estaría feliz con un café de esos enormes con canela que tanto le gustaban entre sus manos?

¿Estaría desnuda descansando sobre el pecho de su novio?

Salió de la piscina casi peor de ánimo que antes de entrar y vio a unas chicas que se habían sentado en las gradas para verle nadar. Eran muy guapas y no parecían interesantes, el tipo de chica del que no te enganchas, su tipo. Podía acercarse y pedirles el número. Ellas le miraban realmente interesadas y devoraban su cuerpo mojado con la mirada.

Cogió su toalla decidido a acercarse pero algo lo detuvo. No quería estar ahí.

Se fue de la piscina mientras escuchaba a su espalda lo borde que era de boca de esas chicas y sonrió pensando que seguramente a TN se le habría ocurrido algún insulto mejor.




Chris siempre había sido muy dulce y romántico en la cama. Era algo que siempre me había gustado mucho de él, su gentileza. Pero de las pocas veces que habíamos tenido sexo en las últimas semanas había cambiado. Tenía la impresión de que buscaba más su propio placer y se preocupaba menos por el mío.

Supongo que yo no le daba mayor importancia porque estaba más que saciada pero era una mala señal.

Me levanté y me puse el pantalón mientras Chris aún estaba tirado en la cama de su apartamento con la vista fija en el techo.

–Oye, TN, ¿Por qué siempre lo hacemos con condón? ¿Tomas la píldora anticonceptiva no? –preguntó él de pronto.

Así era. La tomaba desde hacía ya meses por unos desajustes hormonales. Y no es algo en lo que no hubiese pensado, supongo que siempre he creído que dejar que alguien se corra dentro de mí es el último acto de intimidad.

–Bueno, sí, pero el condón no solo protege del embarazo –respondí.

Él se levantó y me miró dolido.

–¿Es que no confías en mí? –preguntó enfadado.

–No es eso, ya lo sabes... es difícil de explicar.

Me acerqué pero él se alejó mirándome con hostilidad.

–¿Es que acaso crees que me acuesto con alguien más? ¿Es eso? –preguntó elevando tanto el tono de voz que me enfadé.

–¡Te he dicho que no se trata de eso! –respondí enfadándome yo también–. Como te he dicho es difícil de explicar.

No sabía como expresar que ese tipo de vulnerabilidad no podía mostrársela. No estaba preparada para pensar en ello y mucho menos para decirlo.

–Contigo todo tiene que ser siempre complicado –dijo con rabia–. Estoy harto.

–Chris... –empecé pero no me dejó terminar.

–Termina de vestirte y lárgate de mi piso. No quiero verte –sentenció rabioso.

Y sin decir nada más, me puse la parte de arriba y me fui de allí con la sensación de que aquella discusión me dolía menos de lo que debería.

EngañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora