Engaño

29

**ADVERTENCIA** Este capítulo contiene spóilers grandes sobre la novela El Gran Gatsby, así que si no lo habéis leído y planeáis hacerlo tenedlo en cuenta.

Y como siempre, gracias por leerme, bollitos, sois increíbles ^_^

Bajé las escaleras con el pelo mojado, las piernas temblando y el corazón en un puño. Tae bajó poco después, aunque a él solo le notaba el pelo mojado.

–¡Por fin, sí que habéis tardado en levantaros! –dijo Lisa poniéndonos un plato en la barra americana de la cocina.

El olor a tortitas y huevos revueltos llenaba la estancia. Yo me moría de culpabilidad pero sobre todo de hambre así que apuré el paso. Chris estaba ya comiendo y me hizo un gesto para que me sentase a su lado pero Tae me adelantó e ignorando el gesto que mi novio me había hecho, se sentó él en ese asiento.

"¿Qué haces? Deja de provocarle" pensé agobiada.

Hice como que no me daba cuenta de nada y me senté en frente de Chris que en aquellos momentos miraba a Tae con el ceño fruncido.

La mañana pasó sin más altercados y cada uno se dedicó a relajarse a su manera. Yo estaba muy tensa e intentaba estar con Chris todo lo que podía para no dejar espacio a que Tae hiciese de las suyas, lo cual parecía molestarle por momentos pero sobre todo divertirle mucho.

Después de comer nos fuimos todos a la playa. Yo siempre he sido más de estar en el agua pero a esa hora hacía aún tanto calor que opté por leer un libro bajo la sombrilla mientras los demás se bañaban bajo el sol abrasador. Estaban jugando a una especie de vóleibal acuático improvisado.

Lisa estaba subida a hombros de Jungkook, Sana a los de Tae y Félix y Chris parecían discutir sobre cual de los dos debería ir arriba. Yoongi se había alejado lo suficiente para que no le obligasen a participar. Sonreí.

Necesitaba esto, un momento para mí, para pararme y respirar. Además no me quedaban muchas ocasiones para leer por placer porque los exámenes empezarían pronto y una vez que volviésemos iba a tener que invertir todo mi tiempo en estudiar.

No me duró mucho la paz interna. Tae había salido y estaba buscando algo en la nevera que habíamos traído.

"Tranquila, paranoica, solo viene a por una bebida".

Ninguno dijo nada y continué mi lectura. Notaba sus ojos clavados en mí mientras bebía un refresco helado pero le ignoré.

–¿El gran Gatsby? –preguntó él leyendo la portada de mi desvencijado libro por el exceso de uso.

Asentí.

–No sabía que te gustaban las historias de amor que acaban en tragedia.

Sonreí. No me imaginaba a Tae leyendo ese libro, aunque tal vez solo conociese la historia.

–Supongo que me gusta creer en una pasión tan grande que ni los años pueden destruirla. En aquello que te hace pensar que hay una persona por la que lo darías absolutamente todo, sin reservas –expliqué bajando un poco el libro y mirándole.

–¿Aunque acabes con un tiro en el pecho? –comentó él mordazmente.

–A veces, la persona por la que lo das todo no es la correcta, pero eso no le resta valor al acto.