—Sí, pero no te va a gustar. —Le entregó un papel perfectamente impreso.
—¿«Juan Pérez»? ¿Es broma?
—Por lo visto el tipo tenía un documento falso. Pero conseguí una dirección, además del teléfono.
Ella le dio un vistazo.—Es el yacht club. El club en San Isidro.
—¿El qué?
—La dirección. Es probable que también el teléfono.
—Lo siento. Punto muerto.
Se guardó lentamente el papel en el bolsillo.—No creo que sea así. Posiblemente sea alguien que conoce el club. Yo no lo escogería como teléfono de referencia. ¿Tú sí?
—No. Pero eso es bastante general.
—Ya sé. Pero algo es algo. Ahora tengo que descubrir qué hacer con esto.
Despertándose, Lali miró su reloj. Eran casi las diez de la noche. Durante dos días había postergado ir a investigar el tema del chantaje a Lyon, pero ya no podía retrasarlo por más tiempo. A su lado, en el sillón, Peter escribía en los márgenes de la propuesta revisada de Lyon.
Lali sonrió. La mayoría de los magnates de negocios que conocía se involucraban activamente hasta cierto punto, pero Peter había llevado su dedicación a una forma de arte. Con anterioridad le había dicho que disfrutaba lo que hacía; pero ella lo hubiera sabido sólo con ver la forma en que analizaba un contrato. Cambiar una o dos palabras podía alterar un trato por millones de dólares, y él conocía cada truco del manual. Es más, probablemente había sido él quien había escrito el manual.
Peter levantó la vista hacia ella.—¿Qué?
—Solamente pensaba que estarías muy lindo con unos lentes para leer de la abuelita.
—Mmm. ¿Vas a comerte lo que queda de pochoclos? Sólo pregunto por qué no has soltado el bowl.
—No estás viendo la película, así que no puedes comer pochoclos —contestó, señalando la enorme pantalla que había bajado de su hueco en el techo.
—Estoy viendo la película.
—Pruébalo: ¿Cómo se llama el monstruo con alas?
Peter dejó los papeles a un lado.—Ésa es una pregunta con trampa. El monstruo de una cabeza es Rodan y el que tiene tres cabezas es Monster X.
Le alcanzó el recipiente de los pochoclos con una amplia sonrisa.—Perfecto. Tengo que hacer algo. Volveré a las once y media.
Él se puso de pie cuando ella lo hizo.—Iré contigo.
—No, no vas a venir. No se trata de nada peligroso. Sólo tengo que revisar una foto con una dirección y, antes de que preguntes, debido a la iluminación y otras cosas, no puedo hacerlo durante el día.
—Está bien. —Sus ojos verdes la estudiaron—. Pero por lo menos dime dónde vas a estar.
Eso era justo. No le había hecho una sola pregunta sobre su viaje a la tienda de Antonio.—Un poco al norte del centro.
—A las once y media.
—Sí. —Enganchó la parte delantera de su camisa con ambas manos y tiró para darle un beso—.Me cuentas cómo acaba la película.
—Pero ya lo sabes.
—No es por mí. Es por ti. Es un juego de preguntas.
—Buenísimo. Lali, ten cuidado —dijo, bajando las manos por sus hombros para unirlas con las suyas—. Me gustas enterita, tal y como estás.
—No te preocupes.
¡Uf! Sólo iba a ver cómo era la cosa, por el amor de Dios. Para ser una ladrona de éxito, necesitaba poseer una confianza absoluta en sí misma y una buena dosis de precaución… y la capacidad de dejar inmediatamente lo último de lado en favor de la total imprudencia. Quizá no fuera a robar nada esa noche, pero seguían vigentes las mismas reglas. Y estaba tan impaciente que ya hasta le dolía.
Fue hasta el garaje. Nicolás tenía el Bentley pero, de todas maneras, esta vez quería algo menos llamativo. Se detuvo justo en la puerta.
—Corriente. De acuerdo. —No en aquel garaje. Después de un momento abrió la puerta del porta llaves y tomó el manojo del Mustang. Aficionado o no a la sutil sofisticación, Peter seguía siendo un hombre. Y a los hombres les encantaban los autos potentes.
Era de color rojo cereza con la placa personalizada JPL 248, pero nada de eso importaba demasiado en aquel instante. Abrió bruscamente la puerta del garaje y bajó rugiendo el camino de entrada ¡Que auto!
Las rejas se abrieron a su orden y se dirigió hacia el noroeste. Sería demasiado esperar que la prostituta y el fotógrafo estuvieran trabajando esa noche pero, a pesar de eso, podía investigar un poco.
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Hola! Les subo 3 capítulos por los días anteriores que no tuve tiempo para hacerlo🥺, ¿Que les está pareciendo la historia?, ¿Creen que Lali se está arriesgando demasiado?
Me gustaría leer lo que piensan❤️
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Arte para los Problemas 2: De Ladrona a...
FanfikceMariana Espósito decidió dejar su vida delictiva y poner su propia agencia de seguridad. ¡Quién mejor que una ex ladrona de guante blanco para proteger a sus clientes! Juan Pedro Lanzani, el atractivo millonario con el que ahora comparte su vida y s...