[the most beautiful moments in life II]

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Su mano abrazó su muñeca con seguridad. Le regaló una pequeña sonrisa antes de echarse a correr jalándolo con él. Aunque aquello no hacía falta, lo acompañaría a cualquier parte. Le asustaba el pensar que su mundo se reducía a una persona, que era todo lo que necesitaba. Se aferraba a aquellas noches donde la hora parecía desvanecerse y se quedaban horas hablando sobre cualquier tema. Cada mañana parecía un regalo, un retrato de la felicidad que no podía dejar de admirar.

Corrieron hacia la primera atracción que se presentaba ante ellos. Antes de ir habían estado teniendo pequeñas competiciones para decidir quién elegía los juegos. Jeon no era demasiado fan de las atracciones "ñoñas", le gustaban aquellas que ponían a prueba su corazón y sus nervios. Taehyung, por su parte, odiaba las atracciones de miedo. Desde que era pequeño había decidido ignorar completamente el género de terror. Las películas de miedo lo dejaban noches enteras en vela, mientras que los libros a veces ni siquiera lo dejaban estar más de tres minutos solo en una habitación.

- Jungkook, no me quiero montar ahí - se quejó Taehyung.

La gran casa de los horrores se cernía ante ellos. Sus decoraciones habían sido especialmente preparadas para ese fin de semana. Halloween. De hecho, todo el parque temático había sido ambientado con motivo de la fiesta americana. Calabazas con tallados espeluznantes se amontonaban unas con otras, y de cada lugar posible parecía colgar una telaraña. Tanto turistas, visitantes y trabajadores se habían unido a la celebración con sus mejores disfraces. Incluso ellos dos estaban vestidos para la ocasión.

- Te prometo que todo estará bien si tomas mi mano - le susurró Jungkook -. Te prometo que no dejaré que nada malo te pase.

Los enormes ojos de Taehyung buscaron los contrarios. La mirada de Jungkook estaba cargada de honestidad y de tanto amor que hizo que sus mejillas se tiñeran de rojo bajo su blanco maquillaje. Siempre que Jeon lo miraba así su cuerpo reaccionaba de formas tan diversas que se recordaba a sí mismo como un adolescente. Uno tonto enamorado del chico popular, que sonríe cada vez que lo mira, y que cree sin cuestionar todo lo que el otro dice.

Deslizó su brazo hasta que era su mano la que ahora agarraba la contraria. Seguía con dudas, pero la seguridad en la voz de Jungkook le hizo pensar que quizás todo aquello no era tan terrible. A fin de cuentas, Jungkook era su amigo, del que estaba perdidamente enamorado, por tanto sabía que lo iba a cuidar. Él no lo defraudaría, eso era lo que siempre lo había caracterizado. Jungkook siempre actuaba acorde a sus sentimientos y a su corazón, siempre era honesto. Era alguien en quien confiaría incluso en la más profunda oscuridad.

- De acuerdo, hagámoslo... - comentó no demasiado seguro. El rostro contrario se iluminó y comenzó a andar hacia la taquilla de la atracción - ¡Espera! Yo... ¿De verdad me vas a cuidar?

Jungkook le sonrió cálidamente.

- Siempre lo voy a hacer - susurró mientras se acercaba -. Si te asustas mucho, te puedes esconder en mi espalda, o puedes pegarme al final de la atracción. No me defenderé si te fallo.

Con sonrisas renovadas se dirigieron a la par a la entrada de aquella horrible "casa". La verdad era que Taehyung estaba de los nervios. No quería entrar ahí, pero Jungkook parecía tan ilusionado que no se pudo negar.

- Dos entradas entonces, ¿no? - preguntó la chica de la taquilla.

- Sí, vamos a entrar ya - le comentó Jungkook a la chica -. Nos morimos de ganas.

- Pues espero que no lo hagan del susto luego. Dicen que es la mejor casa que han puesto hasta la fecha.

Taehyung se tensó mientras que Jungkook borraba su sonrisa y miraba duramente a la chica. Esta solo se carcajeó antes de entregarle las dos entradas. Ese definitivamente no era el plan. Taehyung caminaba titubeante hacia la entrada de la atracción. Observaba las dos entradas en la mano de Jungkook como si se tratase del ticket al infierno, solo quería agarrarlo y romperlo o huir en la dirección contraria, pero sus piernas a penas respondían.

left behind [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora