left behind [KookV]

[birthday party pt. I]

Lamento mucho no haber publicado antes. Como muchos saben ya porque me preguntaron, pidieron actualización o siguen cualquiera de mis otras historias, no estoy actualizando porque mi salud anda mal. He estado saltando de operación en operación y no he sido capaz de concentrarme bien en la escritura.

Ahora estoy un poco mejor y pretendo que las actualizaciones vuelvan. Voy a intentar dar lo máximo de mí, sobre todo en las semanas que no son presenciales en mi universidad (como esta). Y espero que la inspiración vuelva...

NO PLANEO ABANDONAR ESTA HISTORIA.

Sobre todo porque, no es nada seguro, probablemente, esta pueda ser mi última historia KookV :c (quiero probar con otras parejas).

Muchísimas gracias por esperarme, por leerme y por darle un apoyo tan lindo a mi historia. Sus mensajes también han sido muy conmovedores. Gracias por cuidar tan bien de mí. Espero pronto, traer contenido de calidad para ustedes.

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Cinco años. Sonrió mientras observaba como sus hijos se movían emocionados de un lado al otro. Las sonrisas en sus infantiles rostros le demostraban que todo había valido la pena, que estaba haciendo las cosas bien. Todos eran felices. Ellos con él, y él con ellos. Egoístamente, no necesitaba nada más. Con sus pequeños bebés sentía que ya lo tenía todo. Eran como una sola máquina, que funcionaba a base de amor y felicidad. Porque esos eran los pilares de su familia. Y aunque no todo había sido siempre de color rosa, las cosas se habían estabilizado.

Los primeros cumpleaños fueron un desastre. Taehyung se alegraba de que sus pequeños no los recordasen. En ese entonces, Taehyung apenas conseguía llegar a fin de mes. Vivían en un destartalado apartamento y casi nunca pasaban tiempo juntos. El trabajo era mucho y poco lo que ganaba. Pero necesitaba que fuera así. Porque cuidaría de ellos antes que de sí mismo. Lo que lo había llevado a desmayarse en medio de su primer cumpleaños por agotamiento y mala alimentación.

- ¿Dónde están mis sobrinos favoritos? - preguntó una voz fina, cargada de humor. La reconocería en cualquier parte.

- ¡Tío Jin, tío Jin! ¡Estamos aquí! Los tres - escuchó como decía Minju. A ella le encantaba su tío Jin pese a que pocas eran las veces que se habían visto en persona.

- ¿Y si ponen el teléfono de otra forma? No consigo ver al pequeño Innie - comentó.

Observó como los tres niños se peleaban con su teléfono. Seokjin siempre había buscado la forma de estar implicado en la vida de sus sobrinos, pero era verdaderamente difícil. Taehyung había sido repudiado, rechazado por sus padres. Para los mayores, su hijo pequeño ya no era parte de su familia. Habían borrado casi todo el rastro de su existencia y, evidentemente, Seokjin había tenido que colaborar.

El "guardaespaldas" que sus padres le habían colocado seguía cada uno de sus movimientos desde hacía cinco años. El mayor de los Kim estaba deseando que su esposo adquiriera todo el poder sobre la empresa de sus padres para poder despedirlo. Para empezar a vivir de nuevo. Para volver a mostrar esa imagen de unidad que habían mostrado hasta el embarazo de Taehyung. Ellos eran una familia, si la familia no se cuidaba entre ellos, ¿quién lo haría?

- Están tan grandes - susurró Jin. Trataba de disimular las ganas de llorar, pero Taehyung conocía demasiado bien a su hermano -. Felicidades, chicos. Sigan creciendo así de sanos. Pronto les tocará cuidar de su padre.

- ¡Y de nuestra nueva hermanita! - añadió Minju emocionada.

- ¿Su nueva hermanita?

- ¡Sí! - siguió la niña - Por fin voy a tené una hermana.