[day before shooting]

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Escuchaba gritos lejanos y sentía como su cuerpo era zarandeado, era molesto, pero estaba seguro de que si se concentraba podría volver a quedarse dormido. No obstante, sentir como alguien literalmente se tiraba sobre su cuerpo lo espabiló completamente. Abrió los ojos recibiendo los clamores victoriosos de sus hijos, quienes celebraban su gran suceso. No pudo evitar que una sonrisa se dibujase en sus labios al ver a sus tres pequeños diablillos. Pese a que fueran incansables, eran completamente adorables.

- ¿Qué hacen despiertos a esta hora? - preguntó mientras alborotaba el pelo de su pequeño príncipe.

Jeongin se encogió de hombros con una gran sonrisa. Él era quien estaba logrando acaparar las atenciones de su padre, y aquello lo hacía sentir aun más orgulloso, si es que eso era posible. Los tres solían ser bastante unidos, excepto cuando llegaba el momento de pelear por la atención de su padre. Para entonces, todos se volvían contra todos y empezaba la disputa más terrible.

- ¿Hoy viene Hoshi?

- Creo que hoy viene Sana - comentó Taehyung -, o quizás venga Siyeon - los chicos comenzaron a gritar, como si se tratasen delos nombre de horribles criaturas -. La tía Siyeon se pondría triste si llega a saber cómo reaccionáis ante su simple mención. Y la tía Sana... bueno, ella está acostumbrada.

Los chicos rieron con una sonrisa culpable, aunque no parecían realmente sentir ni el más ligero rastro de culpa. De hecho, parecían estar completamente de acuerdo con su reacción ante los nombres de las amigas cercanas de su padre. Siyeon daba mucho miedo cuando se enfadaba así que, ellos la asemejaban como la figura más temible, incluso por encima de su padre. Con respecto a Sana, ella sólo podía ser justificada por su personalidad torpe, pero aquello no quitaba la constante muerte de peluches y muñecos que luego tenía que reemplazar. Desde muy pequeños, los tres chicos temieron que un día, con su torpeza, la chica en vez de cuidarlos los acabase rompiendo, como a los juguetes que eran tan valientes como para pasar por sus manos.

- ¿Papi hoy no puedes quedarte aquí? - preguntó la pequeña Minju mientras cerraba sus puños alrededor de la camiseta de su padre.

Él sonrió y acarició con cuidado la cabeza de su hija. Le gustaría poder darle una respuesta positiva. Ojalá pudiera simplemente apagar su teléfono y olvidarse de su trabajo. Pero no podía hacer eso, y era difícil. Sobre todo en momentos como ese, en los cuales debía ensayar su papel para el videoclip que iba a protagonizar. Había mucho trabajo y él debía adaptarse a los horarios impuestos.

- Papá tiene trabajo hoy, lo han contratado para salir en un vídeo de un cantante - les sonrió a sus hijos -, pero en cuanto lo termine, le voy a pedir un descanso a Kangin para que podamos estar mucho tiempo juntos.

Los tres niños se quedaron con las últimas palabras por parte de su progenitor y gritaron celebrando su victoria. Pronto tendrían a su padre mucho tiempo para ellos y eso era genial, porque pese a que les encantaba colarse en su cama por la mañana y le gustaba muchísimo recibir las visitas de sus tíos y de los amigos de estos, también querían pasar más tiempo con él.

Finalmente, los tres terminaron siendo un revoltijo en la gran cama del adulto. Entre juegos, risas y cosquillas consiguieron que las sábanas se desacomodasen por completo y que las almohadas salieran disparadas, abandonando su lugar sobre el colchón.

<···>

Caminó por los pasillos de su empresa. Todo el personal administrativo se detenía durante unos segundos a contemplarlo. Allí estaba de nuevo, con su peluca roja y su antifaz, que encubría su identidad. Había llegado con muy poca diferencia de la hora acordada y casi se podía sentir corriendo por los pasillos, aunque se moviera exclusivamente a un ritmo rápido pero no lo suficiente como para que los empleados se cuestionasen su forma de andar.

left behind [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora