[not my problem]

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En cuanto el enfermero llegó, se apuró a abandonar la sala. Se había arriesgado mucho ayudádolo, no podía hacer nada más por él. Ni siquiera debió haber actuado. Pero tampoco podía dejar a Jennie con la carga de cuidar a la "estrella". Mucho menos ahora que se encontraba embarazada y, lo que peor le venía, eran los momentos de sobreesfuerzos. Asintió, convenciéndose a sí mismo de que si lo había ayudado, si se había arriesgado a que lo reconociera, había sido por la exclusiva razón de ayudar a su amiga. Suspiró. Podría al menos haberse quedado con su vestimenta de V antes de aparecer ante Jungkook. ¿Lo habría reconocido? No lo parecía. No sabía si se alegraba por ello o no.

Observó como su amiga llegaba casi corriendo, mientras tenía a la misma chica de cabellos negros detrás. Había dejado todo en la sala de reuniones antes de dirigirse hacia la enfermería. Parecía estar incluso más pálida que cuando lo vio inicialmente. ¿Sería algún tema de la empresa? Todos parecían haber estado alejados del sol por muchísimo tiempo.

- ¿Ya ha llegado el enfermero? - le preguntó Jennie. Eunbi se paró a su lado, aunque ni siquiera lo miraba. Todo parecía tan diferente ahora que volvía a ser Taehyung. Ya no se merecía que alguien como la pelinegra se detuviera siquiera un segundo a mirarlo. Asintió con una sonrisa amable - De acuerdo. ¿Pasamos todos o...?

- Será mejor que entre ella sola - contestó. Su voz grave impresionó a la pelinegra -. Nosotros tenemos otros compromisos.

La castaña asintió no muy convencida y se despidió de la señorita Kwon, quien se adentró a la habitación. Su expresión de preocupación no pasó desapercibida por ninguno de los dos.

- ¿Estará bien? No parecía...

- No importa realmente - susurró Taehyung -. Algunas empresas, ya sabes cómo son. Nosotros tuvimos suerte con Kangin y Leeteuk.

- Más bien, tuvimos suerte con Leeteuk - rebatió mientras se agarraba al brazo del chico con una sonrisa radiante -. Si no fuera por él, estoy segura de que nuestra empresa tampoco se hubiese preocupado tanto por sus artistas - explicó -. Siempre es más fácil tratar a los artistas cuando o lo has sido o conoces muy de cerca a alguien que lo sea. Sabes hasta que punto puedes exigir y cuando respetar las decisiones del artista. Me incomoda cuando vienen personas de otras agencias...

Ambos avanzaron en silencio. Para todo el personal de la agencia, aquel chico humilde de gafas y cabello castaño, un poco descuidado, era Kim Taehyung, el novio de la bellísima Kim Jennie. Así, podría pasearse por allí sin tener que llevar siempre la peluca y el antifaz. Y también lograría así esquivar que se descubriera su verdadera personalidad. Nadie parecía haber relacionado aún a su persona, con aquel modelo famoso.

Aunque sí que se había ganado malas caras por parte de algunos trabajadores, llenos de envidia. Porque a fin de cuentas, Taehyung no era nada. Era menos que nada. Sin embargo, estaba con ella. Una chica sobresaliente, completamente fuera de lo común.

- No deberías preocuparte tanto por ellos - le comentó Taehyung poco antes de cruzar las puertas del edificio -. Cada uno elige su camino.

- Taetae - lo llamó ella, con curiosidad -, nunca te había visto ser tan frío con alguien. ¿Hay algo que no sepa?

- No realmente, Jennie - mintió. Él había sido capaz de descubrir su rostro ante sus dos aliadas dentro de la empresa. Incluso había conseguido ser amigo de ellas. Jennie incluso había llegado a conocer a uno de sus hijos una vez. El pobre Jeno se emocionó tanto por ver a una chica guapa con un nombre parecido al suyo que casi la dejó sorda con sus chillidos de alegría. Pero nunca le había dicho el nombre del padre de sus hijos, ni le había contado el por qué se había ido. No quería que atasen cabos -. Es solo que... No sé. Supongo que siento que no vamos a congeniar demasiado bien.

- Ay, Tae... ¡Eres tan complicado! - se burló ella - Eres demasiado exigente a veces.

Él le sonrió. Ambos se encaminaban a paso tranquilo hacia una de las cafeterías más cercanas a la empresa. Era pequeña y hogareña. A ellos siempre les había gustado ir. Además, tampoco solía ser demasiado frecuentada, mucho menos por personas jóvenes. Era el sitio ideal para encontrar un rincón de paz dentro de sus alocadas vidas. Un lugar alejado de las cámaras donde pudieran ser ellos mismos.

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Cuando llegó a su casa, la noche casi había caído. Su cuerpo dolía ligeramente, pero se encontraba bien. Le había estado comentando a Leeteuk la posibilidad de revelar su identidad un tiempo después de ese trabajo. El mayor estuvo encantado con eso. V había recibido muchísimas ofertas de todo tipo desde que apareció en el mundillo. Desde apariciones en anuncios hasta ser la imagen promocional de un producto determinado. ¡Incluso le había llegado a proponer pequeños papeles en televisión! Pero para todo ello, V debía dejar de lado su antifaz y enfrentar al mundo.

En ese momento, él había tenido dos razones para no hacerlo. La primera, Jungkook. Quería mantenerse lo más alejado posible de él mientras trataba de arreglar su corazón. La segunda, sus pequeños. Ellos eran demasiado jóvenes por aquel entonces como para exponerlos de esa manera... Ni siquiera ahora estaba seguro de que fuera un momento adecuado para ellos. O para sí mismo... ¿Jungkook los reclamaría? Se había odiado tanto tiempo por ni siquiera haber intentado decírselo. Ahora, al menos, había llegado a buenos términos consigo mismo. No era su culpa. Él lo abandonó, y abandonándolo, los abandonó a ellos también. Aunque no lo supiera en ese momento.

- ¿Taehyung? - preguntó su amiga.

Miró hacia la puerta de la cocina, esta estaba abierta y, en uno de los costados, se podía ver la cara de una de sus mejores amigas. Una gran mueca de confusión marcada en su rostro.

- ¿Estás bien? Te llevo llamando desde hace un rato. Hasta he tenido que venir - dijo antes de adentrarse en la habitación -. ¿Cómo ha ido todo?

Kim supuso que si Siyeon había preguntado era porque sus hijos ya estaban dormidos. Suspiró. Con el trabajo en el videoclip, apenas podría pasar tiempo con sus hijos. Temía que estos se sintieran abandonados también por él.

- Bien, creo - susurró.

- ¿Crees? ¿Ha pasado algo? ¿Te ha reconocido?

Él negó con la cabeza antes de empezar a relatarle todo lo que había pasado durante el día. Desde el momento en el que había llegado hasta cuando se había ido de la mano de Jennie, como todos los días. Sin saltarse ningún detalle. Siyeon, como siempre, se mantuvo en silencio, esperando.

- Entonces... ¿él está bien? ¿Crees que...?

- No lo sé, Siyeon - la cortó bruscamente, sorprendiendo un poco a la chica -. Lo siento, es sólo que... Él ya no es mi problema, no tengo por qué preocuparme por él. Esto es lo que eligió.

En realidad, Taehyung estaba decepcionado. Desde que supo que iba a trabajar con Jeon no pudo evitar imaginárselo. Se lo imaginaba feliz. Todo lo feliz que no hubiera podido ser a su lado. Se había imaginado a un Jungkook que vivía la vida al máximo. Guapo, fuerte, maduro. Alguien que había arriesgado y que había salido ganando.

Sin embargo, la imagen que Jeon le había dado distaba mucho de su imagen mental. Él parecía infeliz y su aspecto era completamente enfermizo, como si hubiera algo comiéndoselo por dentro. Entonces, Taehyung no pudo evitar preguntarse si realmente le hubo merecido la pena dejarlo a él, a sus hijos, por ese mundo que no parecía estar dándole el placer y la satisfacción que buscaba. ¿Tan poco eran sus bebés y él?

left behind [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora