[neverending story]

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Era lo mismo, una y otra vez, como una historia que no tenía final. Estaba cansado y agotado de la situación en la que se había visto envuelto desde que sus padres repudiaron a su hermano menor. Había pasado toda una vida planeándose un futuro, uno ajeno a la empresa familiar donde él pudiera ser el dueño de sus propias decisiones. Sin embargo, ahí se encontraba de nuevo en el piso que sus padres les habían regalado por su matrimonio. Una vez más escuchaba a su marido recoger sus cosas antes de irse descaradamente del lugar. No había amor, tampoco felicidad. Sabía que Namjoon lo engañaba, Namjoon también era consciente de que él sabía, nunca había hecho nada por esconder ninguna de las tantas.

- ¿Por qué me has arruinado así la vida? - le preguntó al oscuro cielo, como si este pudiera ser capaz de responder a sus preguntas - ¿Por qué cuando estaba a punto de tenerlo todo, me lo quitaste a cambio de esto?

Su vida era lamentable. Atrapado en un matrimonio por conveniencia organizado por su padre, sin amor, sin lealtad, sin respeto. Conviviendo en una casa demasiado grande para su soledad, que parecía ser su único compañero. No podía hablar con sus amigos, no podía conocer a sus sobrinos... Ni siquiera podía tener una mascota que le mantuviera acompañado ya que Namjoon era alérgico a diversos animales.

Sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas al recordar a su hermano menor, quien se había quedado sin nada, pero lo tenía todo. Tenía a sus hijos, unos amigos leales que lo querían y lo acompañaban. Él quería tener hijos. Poco después de que su hermano quedase embarazado, fue a hacerse las pruebas de fertilidad. Él también había resultado positivo en la alteración que permitía a algunos varones gestar. Tocó su vientre. El tiempo de concebir de los varones era muchísimo menor que el de una mujer, puesto a que su cuerpo no estaba preparado para ello.

Si seguía viendo los años pasar, nunca podría quedarse embarazado. Limpió las lágrimas de nuevo, sintiéndose atrapado una vez más entre aquellas paredes. Namjoon y él apenas hacían vida juntos. Era difícil encontrar un momento para ellos. Al principio, sí había habido cierta atracción, pero la atracción es efímera y el amor nunca había llegado a desarrollarse.

Ahora, a no ser que Namjoon llegase muy borracho, no lo tocaría. Y él estaba bien con eso, con ambas en realidad. Porque mantener relaciones abría la posibilidad de embarazado, pero no mantener una vida sexual activa con su pareja no era algo que le quitase el sueño.

- ¿Cuándo va a terminar todo esto? - susurró.

Su teléfono comenzó a vibrar sobre la superficie de cristal sobre la que estaba apoyado. Se acercó para comprobar el nombre de la persona en la pantalla. Era el detective privado que había contratado hacía ya unas semanas y que estaba siguiendo a su marido. Él le estaba pasando todas las pruebas que necesitaba para cuando fuera a pedir el divorcio. Pronto podría ser libre. Él no había nacido para ser la marioneta de nadie, y ya había dejado que sus padres jugasen demasiado tiempo con él.

Retiró su bata de su cuerpo dejándola sobre el amplio sillón, la tela brillaba en contraste con el gentil negro de este. Caminó hacia el vestidor con paso firme, seguro de lo que iba a hacer. Si uno podía jugar, dos podrían hacerlo mejor. Seokjin ya estaba cansado de ser pisoteado como si no valiera nada.

<···>

Un bar de lujo en el mejor hotel de la ciudad. Debería haberlo imaginado. Una sonrisa sarcástica se esbozó en su rostro al ver a su marido en la barra del bar. La joven camarera lo miró solo por un segundo. Asintió mientras se alejaba de allí para sentarse en uno de los sofás que quedaban cerca de la barra. La vio intercambiar algunas palabras con su marido antes de dirigirse a él.

- Señor Kim, buenas noches - comentó con una gran sonrisa -. ¿Debería informarle a su marido que se encuentra hoy acompañándolo?

- No, Joy. No he venido a acompañar a mi marido - le respondió -. ¿A quién le ha echado el ojo hoy?

- No ha encontrado a nadie interesante hoy, lleva toda la noche sentado en la barra.

- A lo mejor lo interesante hoy se encuentra al otro lado de la barra.

La joven camarera se sonrojó un poco antes de hacer una pequeña reverencia. Ella sabía perfectamente lo que Seokjin pediría, así que volvió tras la barra donde Namjoon la estaba esperando. Mientras preparaba la copa, oía a Namjoon hablar y hablar de algo que no le interesaba. Sus ojos yendo de vez en cuando a Seokjin.

Se preguntó cómo había terminado todo de aquella manera. Cuando conoció a Seokjin, años atrás, no pudo evitar enamorarse de la pasión y la confianza que desprendía. Había un aura en él que muchos atribuían al poder de su familia, pero ella había visto algo más. Fuerza, determinación. Siempre había querido que se le pegase algo de ello, aunque durante mucho tiempo temió no volver a ver al joven del que se enamoró. Aún recordaba la noche en la que llegó borracho a su apartamento, hace ya cinco años, diciéndole todo lo que su familia había organizado a su espalda.

Desde ese momento Joy supo que era cuestión de tiempo que Jin se marchitase en aquel forzado matrimonio.

- ¿Cree en el amor, señor Kim? - preguntó Joy, de repente, interrumpiendo lo que sea que Namjoon estuviera diciendo.

- El amor... - susurró - No realmente. Creo en el poder y el dinero, es más útil que el amor - confesó.

- Discierno - comentó con una sonrisa -. El amor es mucho más poderoso, y muchas veces no sabes de qué forma se manifiesta. Hay que tener mucho cuidado con el amor.

- Eso es una tontería - bromeó Namjoon.

- Puede ser - se encogió de hombros -. Si me disculpa, debo llevar esta bebida.

Namjoon sonrió y desvió su mirada a la sala. El amor era una tontería, no tenía poder ni utilidad, eso le había enseñado la vida. Si quería ser alguien en la sociedad, debía blindar su corazón y disfrutar de las pasiones siempre que estas no pusieran en riesgo su poder o su trabajo.

Para su suerte, no debía preocupar por nada de eso. El acuerdo que había firmado con los señores Kim antes de casarse con su hijo tenía demasiados vacíos legales por los que podía moverse sin problema, tal como su familia le había enseñado a hacer.

El problema era que, Namjoon nunca pensó que pudiera llegar a coincidir con el primer amor de su marido, con su única novia. La única excepción a su homosexualidad, la única mujer que había tenido el amor de Seokjin. Namjoon no era consciente de lo que alguien podía hacer por evitar que su primer amor se rompiera, para ayudarlo a escapar de la jaula de cristal en la que lo habían encerrado.

Joy sonrió nada más llegar a Seokjin. Dejó un servilleta al lado de la copa y le dio un beso en la mejilla antes de volver a la barra. Puede que ya no estuvieran juntos, pero su amor había dado paso a una amistad aún más fuerte.

Y ellos dos siempre habían sido un buen equipo, desde el primer momento. Cualquier persona que fuera contra ellos, acababa mucho peor cuando ellos tomaban su venganza.

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¿Qué les pareció? ¿Se esperaban algo así?

Honestamente, Seokjin es uno de los personajes que más me gustan desde que empecé a planear la historia.

Vi que muchos entendieron que preguntase qué pensaban de Yoongi y Jimin como que había muchas posibilidades de que terminen juntos y la verdad es que... ni yo sé quién terminará con quién.

Solo sé lo que va a pasar con el KookV ups. El resto dejo que fluya un poco.

¿Quién es su personaje fav hasta el momento?

¿Les está gustando Taehyung?

Esta semana tengo que defender el trabajo de final de carrera con el que ya obtendré mi título universitario así que... es posible que no pueda actualizar mucho :c pero prometo intentar terminar algunos capítulos que tenía. Este ya lo tenía escrito, solo que estaba viendo si querían saber de Namjoon y Seokjin.

Muchas gracias por decir que sí querían saber :D y por supuesto, muchas gracias por leer y por sus lindos comentarios. Hacen mi día siempre.

¡Cuídense!

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