No se sentía suficiente. No se sentía bien. Se miraba al espejo, y lo que veía cada vez le gustaba menos. Era un monstruo. Su reflejo dejaba verlo con claridad. Alzó su mano y tocó el frío cristal con sus dedos. La sensación helada, irreal. Quiso despertarse, pero no era un sueño. Miró su rostro deformado, las lágrimas eran la única fuente de calor que parecía haber en su cuerpo. De nuevo, aquella sensación. Su garganta se cerró, su estómago se revolvió. El líquido áspero quemaba mientras se hacía paso a la fuerza a través de su garganta. Tuvo el tiempo justo de alejarse del lavabo antes de devolver en el váter. Aquello no era real, no quería que lo fuera.
Era un monstruo, para él lo era. ¿Y por qué negarlo? Para sí mismo, se había convertido en todo lo que odiaba. Doyoung lo recibió en el borde de la cama. Tenía la camisa desabrochada, pero seguía vestido, completamente. Sus afilados ojos se centraron en él, siguiendo cada movimiento que hacía. Normalmente, Jungkook no traería a nadie al edificio de la empresa. No podía hacerlo, pero lo hizo. Necesitaba compañía, necesitaba alguien que no lo juzgase, que lo acompañase. Que borrase de su mente todo lo que había escuchado decir de él.
Siguió a Taehyung. No era lo que debía hacer, pero lo hizo. Dolió. Dolió escuchar su llanto, uno provocado por él. Lloró al escuchar el terror impregnado en la voz de la persona que alguna vez amó. Que seguía amando. Taehyung lloraba porque tenía miedo de que Jungkook se acercase a sus hijos, porque les fuera a hacer daño si estos llegaban a encariñarse con él. Taehyung había repetido aquello tantas veces. Jungkook lloraba porque no quería que el contrario lo hiciera, no quería que llorase nunca más.
Pero necesitaba ir a esa fiesta de cumpleaños. Necesitaba complacer a ese pequeño niño. Había algo que le gritaba que se acercase a él. Quizás fuera su mirada, su admiración. No por quién era, sino por cómo era. Se había olvidado de lo que se sentía cuando la gente veía su persona, y no sus logros.
El pequeño Jeno había sido una sobredosis de felicidad, de algo que nunca tendría. Con Jeno había sentido que tenía una pequeña familia. Pero Jeno nunca sería su hijo, era el de la persona a la que amaba. Tampoco venía solo. ¿Era egoísta de su parte centrar toda su atención en aquel pequeño que lo había abrazado con fuerza y le había susurrado "gracias" tantas veces?
- Te ves horrible - le comentó Doyoung.
- Me he portado horrible.
- ¿Qué has hecho ahora? - susurró Doyoung mientras se tumbaba en la cama.
Le gustaba ese lugar. No era la gran cosa, y estaba destartalado. Pero se sentía la vida allí. Era raro de explicar, pero le gustaba más aquel lugar que el impersonal apartamento de Jungkook. Demasiado grande para la presencia de una única persona.
- He conocido a un niño.
- Oh, dios. Dime que no te van los niños ahora - habló rápido y espantado, levantándose de golpe -. ¿Lo has secuestrado? Jungkook, tú...
- ¡No! ¡No, joder! ¡Doyoung! - lo regañó mientras hacía muecas de asco - ¿Cómo puedes siquiera imaginar eso?
- Has dicho que eras horrible. La pedofilia es horrible.
El pelinegro se tumbó en la cama. Ahora tenía un pequeño consuelo, al menos su obsesión por el hijo de Taehyung no iba por ese camino. No era tan horrible. Suspiró mirando a Doyoung, centrándose en su perfil. Era guapo y elegante, tenía un atractivo exótico que le había quitado el aliento varias veces. Pero no era Taehyung.
Las cosas serían más fáciles si él pudiera estar bien con Doyoung o con Winwin, o con cualquiera de las personas que había conocido en ese tiempo. Pero no se sentía completo si no estaba al lado de Taehyung. Lo había entendido cuando ya era demasiado tarde, cuando no había vuelta atrás. Cuando el otro ya había rehecho su vida.
- ¿Entonces? - preguntó el pelinaranja.
- Mi ex tiene tres hijos. Está esperando el cuarto - comentó -. No sé exactamente cómo, pero he conocido a los tres hijos. Hay uno de ellos. He tenido una conexión especial con él...
Doyoung se quedó callado, tratando de asimilar toda la información, analizándola con cuidado. No quería ser brusco.
- ¿Crees que podría ser tu hijo? - preguntó.
- No - negó Jungkook del tirón -. Taehyung no puede quedar embarazado.
- ¿Él te lo dijo?
Por un momento, Jeon repasó en su memoria. Taehyung y él siempre habían hablado acerca de la adopción. No habían pensado en la existencia de otras posibilidades. La vez que habían estado más cercanos a ello, fue cuando Taehyung le confesó que le gustaría tener un hijo que se pareciera a él. Taehyung se rió mientras aseguraba que el encantaría tener a Jungkook y a un lindo bebé parecido a este. Pero nunca había dado señales de que eso pudiera pasar.
Por lo que Yoongi le había comentado, había muy pocos hombres que podían quedar en estado, y muchos de ellos ni siquiera lo sabían.
- No me lo dijo, pero de alguna manera, creo que es así - suspiró -. Él está esperando un cuarto bebé con una mujer... Si pudo dejar a alguien embarazada ahora, lo pudo hacer hace años.
- Supongo que tienes razón - susurró Doyoung -. Además, has dicho que tenía tres, ¿no? No lo podría haber resistido - Jungkook lo miró, sin entender demasiado bien lo que su amigo quería decir -. Es difícil para un hombre mantener un embarazo. En la mayoría de los casos, el cuerpo rechaza al bebé y lo aborta.
- ¿Tú...?
- Una vez lo estuve - confesó, su mirada no se despegaba del techo -. Quedé embarazado de mi ex novio. Él lo sabía, supo de mi estado y supo lo difícil que era. El riesgo, las pocas posibilidades que tenía de que el bebé naciera.
- ¿Tienes un hijo? - preguntó Jungkook, asombrado.
Doyoung negó. Sus ojos se habían cristalizado. Él mejor que nadie sabía lo difícil que era un embarazo masculino. Los riesgos, el dolor. El miedo. Si Taehyung se hubiera quedado embarazado de Jungkook, eso significaría muchas cosas. Implicaría muchas dificultades. Doyoung no creía que un embarazado fuera capaz de soportar aquello. Pero no se lo diría a Jungkook, por si acaso no era así.
No podía simplemente atacarlo para desquitarse con su ex novio.
- Perdí a mi bebé. Sufrí un aborto mientras peleaba con mi novio. Después del aborto, no quise verlo nunca más... Aunque incluso si hubiera podido seguir con mi bebé, no lo hubiera querido ver nunca más - confesó.
- ¿Por qué?
- Él me engañaba. Jaehyun me engañó con dos personas - susurró -. Una de ellas era su mejor amigo. La otra persona... ni siquiera sé de dónde salió. Taeyong tampoco sabía quién era. Él solo vino a disculparse después de enterarse de lo del aborto, porque creía que había sido porque yo los descubrí a ellos dos - sonrió cínico, cerró los ojos -. Supongo que todos estábamos siendo engañados por Jaehyun.
Jungkook estiró sus brazos y acercó el cuerpo de Doyoung al suyo, pegándolo más a su cuerpo. Doyoung no se quejó, solamente buscó protección en aquellos brazos. Desde que Jaehyun había pasado por su vida, él no había vuelto a ser el mismo. No creía poder volver a serlo. Estando con Jaehyun había aprendido muchas cosas, como a desconfiar de los demás. No podía amar, porque no se atrevía a confiar ciegamente en nadie más.
También perdió muchas cosas. No solo a su bebé, sino también a las posibilidades de quedar embarazado de nuevo. Pero Jungkook no tenía por qué saber eso. De hecho, nadie lo sabía. Solo él. Era la vergüenza que se había obligado a llevar en silencio. Alguna vez tuvo un don, tuvo algo especial. Sentía que lo había perdido.
De hecho, nunca se había vuelto a sentir bien desde Jaehyun. Ni siquiera los brazos de Jungkook, uno de sus mejores amigos en ese momento, le servían. Nada parecía poder reconfortarlo.
Se odiaba por haber sido tan iluso y tan débil.
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left behind [KookV]
FanfictionMARCADA COMO FINALIZADA PORQUE SE CANCELÓ EL PROYECTO. HAY UNA "CAPÍTULO" EN EL QUE SE DICE CÓMO DEBIÓ TERMINAR LA HISTORIA SI SE HUBIERA SEGUIDO ESCRIBIENDO. [5 años atrás] ·· Perdóname Tae, pero nada es más importante que cumplir mi sueño. Ni siqu...