40. TENTACIÓN ROJO CARMÍN

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Agradecí el haber dormido bien, sin pesadillas asechando desde lo más profundo. Me estiré en la cama, apreciando el sol contra las cortinas color beige.

—Buenos días.

Sonreí automáticamente al ver a mi novio. Llegó a mí, dándome un beso.

—Buenos días, amor.

—¿Dormiste bien? —la claridad chocaba contra su rostro tallado por los mismísimos ángeles.

—Si...—fruncí el entrecejo, observando algo inusual en uno de sus ojos—. ¿Te pasó algo en el ojo?

—No, ¿por qué?

—Tienes una mancha... ¿Por qué tienes una mancha café?

—Ah. Eso—rio un tanto aliviado.

—¿Qué te pasó?

—Así es mi iris, amor—mi entrecejo se frunció aún más—. Nací con heterocromía parcial.

Me quedé de a seis—asombraba, pues—.

—¿Qué?

—Es cuando naces con...

—¡Sé lo que es! —alcé la voz, bastante sorprendida—. ¿En serio tienes heterocromía? No puede ser. ¡Tus ojos son verdes! Lo sé, me encanta ver tus ojos. ¿Cómo es posible que no lo haya visto antes? ¡Es notorio!

Su ojo izquierdo compartía, por partes iguales el color verde y el café claro con destellos ámbar.

—Eso es porque uso lentes de contacto color verde—vaya información espantosa—. No te habías dado cuenta porque suelo quitármelos cuando estás dormida y me los pongo de nuevo antes de que despiertes. Ya es mi costumbre.

Dijo como si nada. Me sentí herida.

—¿Lo escondías de mí? ¿Por qué? ¿Y por qué lo cubres?

—No lo escondía por ti, es solo costumbre, como ya dije.

—No entiendo...

—A mi tío no le gusta. Decía que era una rareza y que no le gustaba que llamara la atención. Me compró lentes de contacto y no tuve otra opción más que usarlos. Me acostumbré—se encogió de hombros—. De cierta manera me da algo de inseguridad mostrarlo.

No podía creerlo.

—Claro que es una rareza. ¡Es una rareza hermosa! No recuerdo el nombre de la actriz que también tiene heterocromía, pero cada vez que veo una de sus películas siempre en fijo en sus ojos. ¡Son hermosos! En mi vida había conocido personalmente a alguien con heterocromía, pero es único y genial.

—Qué alivio que pienses así.

—Ikzell, amo la heterocromía. Si pudiera usar contactos créeme que me cambiaría el color de ojos. Marrón y violeta, por ejemplo. Es que, no deberías ocultarlo. Es un rasgo único y es tuyo. No es raro, ni feo. Es hermoso.

—Bueno, también me acostumbré por el trabajo.

—Eso lo entiendo, pero fuera de ese punto, no debes cubrir nada de ti. Al menos que lo odies tanto como yo odio mi cabello rubio y mi piel mega blanca...

—Igual estás haciendo un esfuerzo por tener tu tono natural.

—Sí, muy grande... ¿Tu lo odias? —cuestioné preocupada.

—No. Pero me acostumbré a obedecer a mi tío para no recibir más regaños y ya es algo que siempre hago.

—Aun si se hizo cargo de ti, no tenía derecho de cambiar todo de tu persona.

Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora