Capítulo 1

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La tarjeta.

Kalissa Morton.

Me encuentro sujetada de los hombros del hombre que tengo bajo de mí, intercalo mis movimientos balanceando mis caderas de atrás, hacia delante y en círculos mientras rozo su erección. Este utiliza sus grandes manos para para apretar mi zona trasera con fuerza repetidas veces, puedo sentir lo duro que ya he logrado poner su miembro.

Puedo sentir su respiración acelerada y la lujuria que llena sus ojos logrando que el momento sea más intenso.

Guía una de sus manos a una de las tiras de mi vestido listo para bajarla y dejo que lo haga, pero solo hasta donde yo se lo permito. Por mi parte, en mi intento de hacer tiempo lo distraigo llevando mi cara a su cuello, enterrándola ahí no sin antes apartar mi cabello hacia un lado, dejando besos humeros que provocan que pierda el control dejando escapar pequeños jadeos.

El hombre se deja llevar y tira su cabeza para atrás dándome más acceso al tiempo que su mano vuelve a bajar llevándola a mi cintura, haciendo presión en mi cuerpo hacia abajo con el propósito de que me pegue más a su cuerpo y pueda sentir el efecto que causo en él.

-Oh, nena...- jadea por lo bajo.

- ¿Te gusta? - pregunto con una sonrisa torcida en mi rostro al tiempo que me incorporo para mirarlo siguiéndole el juego.

Abre los ojos y me mira fijamente un momento mientras asiente lentamente y toma mi mano llevándola hacia su entrepierna.

Formo una sonrisa seductora en mi rostro y me inclino a uno de sus lados mientras uso mis manos agiles para desabrochar el cierre de sus pantalones y poder bajar lo suficiente su bóxer para tener el acceso necesario a su miembro.

-¿Así?- le pregunto mordiendo mi labio inferior cuando empiezo a acariciar su miembro de arriba a abajo con mi mano.

Al hombre se le escapan varios jadeos mientras le doy placer manual, él sube su mano a el borde superior de mi vestido y destapa mi pecho del lado que ya no está la tira.

Aumento mis movimientos tratando de que se concentre solo en eso, pero no lo logro, el sigue su camino hacia uno de mis pechos y se lo introduce dentro de su boca, pasando su lengua sobre el de un lado a otro. Cuando el hombre levanta la vista para ver mi reacción jadeo por lo alto dándole entender que me gusta lo que esta haciendo.

Tratando de que sea cierto mientras mi mano se mueve más lentamente sobre él, mi otra mano libre sube a mi pecho, sacando su cara de ahí y masajeándome yo sola los lugares que se que me gustan, cierro los ojos imaginando diferentes escenarios excitantes. Mi reparación se acelera al igual que mi corazón mientras muerdo mi labio controlando unos jadeos que salen de mi garganta por lo bajo.

Siento mi mano calentarse y abro nuevamente los ojos centrándome en el espacio real en el que me encuentro, notando el líquido blanco que recubre mi mano.

Subo mi vista hacia el y veo que su mirada ya no es la misma de antes, poco a poco se ha cargado de cansancio hasta ahora que sus párpados caen lentamente al pronunciar sus últimas palabras antes de caer dormido de espaldas sobre la cama.

-Que...Qued....ate...

Al momento que el hombre cae, no dudo ni un instante de levantarme de su regazo lo más rápido que puedo y pasarme el dorso de mi mano limpia por mi boca, tratando de borrar el asqueroso sabor de su boca.

Estoy acostumbrada a tener que hacerlo, sin embargo, eso no quita el hecho de que sea totalmente repulsivo.

Tanto como yo y otros miembros de mi clan estamos al tanto de que en ciertas situaciones hay que llegar a puntos donde hay que poner el cuerpo en el juego con el objetivo de no echar a perder las misiones.

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