Vindicta ✓

Capítulo 5

Nota de la autora:  En este capítulo vamos a poder empezar a conocer el lado de la personalidad más real de Kalissa, cuando es una chica con una actitud menos profesional y más relajada tratando de disfrutar los momentos.

¡Que disfruten su lectura! ❤

Comienzos.

Kalissa Morton. 

Lo pensé, lo pensé día y noche sin perder la mas mínima de tiempo, incluso hice una lista de pros y contras.

Termine decidiéndome por hacerlo, formar una alianza es la mejor forma de trabajar en este momento, sino todo seguiría como yo misma dije, solo jugaríamos al gato y al ratón desviándonos de nuestro objetivo. 

Salvar a las mujeres.

Y así es como llegue aquí.

Voy subiendo mi maleta por la escalera, dijeron que traigamos lo necesario para los próximos días, ya luego iríamos preparados para traer lo demás. 

En mi caso lo necesario es una maleta de casi la mitad de mi tamaño, y eso que no soy de baja estatura.

-¿La ayudo?- me pregunta Andrew acercándose por detrás cuando ve que una de las rueditas de esta se trabaron  y que estoy peleando para subirla al próximo escalón.

 -Por favor- le sonrió agradecida- y puedes tutearme.

-¿Si?

-Me gusta pensar que somos un equipo y que nadie es superior que nadie.

-¿Por qué eres la líder entonces?- me pregunta divertido mientras terminamos de subir los escalones.

-Porque soy la mejor-bromeo.

El se ríe.

- ¿Sabes dónde queda mi apartamento?- le enseño las llaves sacudiéndolas un poco frente a él sin ser descortés.

-¿Pensabas deambular por ahí hasta encontrarlo de casualidad?

-Básicamente- sonrío asintiendo.

- Conozco este lugar como la palma de mi mano, prácticamente crecí aquí- toma mis llaves con entusiasmo y empieza a dirigirse a una zona a la que lo sigo.

-Creí que esto pertenecía a Marcus- digo ojeando el lugar.

-Lo hace pero...- me hace una seña de que me acerque un poco y lo hago porque un buen chisme no se le niega a nadie- ...en mi adolescencia tuve problemas con mi familia, y él me hospedó aquí casi sin conocerme- hace una pausa y suspira antes de volver a hablar- desde entonces somos una pareja muy feliz.

-Bueno, al final no es tan malo- me río ante su comentario.

-No lo es, solo tiene... mal carácter- algo dudoso sonríe contagiándome a mi también.

Este chico me agrada.

Llegamos a la puerta de mi apartamento el cual es el número once, Andrew me entrega las llaves y yo abro muy complacida.

¡Por dios! ¡Es gigante!

Exclamo para mi misma al ver el entorno en el que me encuentro.

De mi lado derecho,  contra la pared hay una fogata de ladrillos rodeada de una pequeña reja negra de puntas doradas, al igual que las que se encuentran en la entrada del lugar dándole un ligero toque de elegancia, frente a ella hay un sillón oscuro donde aproximadamente pueden caber cuatro personas siendo este del tipo que cuando te sientas en el hace un sonoro...

Salgo corriendo dejando la valija a media habitación y me tiro con los brazos abiertos.

¡Puff!