Capítulo 27

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Croacia.

Dos días antes del encuentro.

Marcus Graham.

Croacia, ese país rodeado de montañas y agua, tan hermoso y espléndido a su simple vista, pero que sin embargo en su parte negativa es el nido del líder superior y actual del mercado de tráfico de blancas. Al mismo líder que destruiremos en tan solo unos días haciéndolo pagar hasta por la más mínima cosa que haya hecho o siquiera pensado en hacer.

Subo al avión privado Graham del cual tanto Izaac como yo tenemos una gran parte de propiedad. Mi madre también solía tenerla en un pasado, sin embargo cuando estaban a punto de divorciarse ella tuvo por obligación que renunciar a su parte de la propiedad, lo que hizo de forma muy inteligente al pasarme todo a mí.

Por afuera es un simple avión blanco, sin embargo por dentro los colores que lo decoran son blancos, dorados y cremas. Los primeros se encuentran en los asientos, y en la mesas entre cada, siendo de dos algunos y otros de cuatro. Los segundos, se encuentran en, por ejemplo los bordados en los respaldares de los asientos, donde una gran "G" cursiva se forma dando varias vueltas entre sí. El último, se encuentra en las alfombras o bolsas traseras de los asientos.

-Hijo - me llama Izaac y yo lo ignoro- hijo - mi actitud no cambia- Marcus Graham.

-Oh, ¿Me llamabas a mí?- me doy la vuelta lo suficiente para verlo, teniendo en cuenta que su asiento se encuentra dos asientos atrás en diagonal.

-Olvídalo - gira los ojos molesto ante mi actitud. Odia que no lo tomen en serio.

Si, definitivamente algo que heredé de él.

Por mi suerte, lo que no heredé es la parte de ser una molestia andante.

-Por aquí, por favor- la azafata de turno le señala la entrada a los que aún se encuentran afuera.

Como si nunca en sus vidas hubiesen entrado a un avión privado, Leia Smith, Jakob Pearson y Kalissa Morton tienen la boca abierta al pasar mientras observan hasta el más mínimo detalle.

La última parece bastante dormida para ser más del mediodía. Aunque es cierto que anoche no dormimos mucho, estuvimos ocupados con otras actividades.

-¿Esto fue planeado?- pregunta cuando nota que su asiento es el que se encuentra pegado al mío.

Claro que fue planeado, la quiero a mi lado en todo momento.

-¿Algún problema con ello, Morton?

Se encoge de hombros y por lo bajo le digo molesta, sin embargo ella lo llega a escuchar.

-Hay momentos en los que no te parezco tan molesta, ¿Sabes?

Me molesta todo el mundo, pero admito que ella en menor medida.

-Yo tampoco te parezco arrogante en ciertos momentos, ¿Sabes?- copio su respuesta.

-Siempre me pareces arrogante.

-Tu problema, entonces.

-Ahí lo tienes- ella me señala- ¿Se puede saber para que me quieres aquí?

-Eres buena vista.

-¿Y dirás que prefieres verme a mí antes que la vista fuera del avión?- se burla, sin embargo mi respuesta es seria.

-Si.

-¿Si?- ella responde sorprendida ante mi comentario.

-Mhm.

-¿Y no tiene nada que ver con que quieras...?

-También.

-¡Lo sabía! Y para tu mala suerte, me duele todo y tengo sueño.

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