Capítulo 41

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Desafortunadamente Afortunada.

Kalissa Morton.

Sé lo que está pasando, sin embargo no soy capaz de sentirlo en lo más mínimo, es como si no estuviese presente ante el momento o a la situación al menos físicamente. Me siento completamente desconectada.

Cortinas rojas. Ese es el punto  en el cual tengo mi mirada clavada fijamente mientras espero que todo termine.

Lo he intentado, y lo he aprendido.

"Quédate quieta y terminaremos más rápido"

Tenían razón.

Odio esto, lo odio con cada parte de mi ser. Odio lo que están haciendo conmigo y todo lo que me están haciendo sentir.

Sin embargo es necesario, soy conciente de aquello, si quiero una salida, al menos una, necesito que alguien se "adueñe" de mí, de otra manera no tendré oportunidad ni de escapar ni de vivir, mucho menos de tratar de volver a lo que yo llamaba mi vida cotidiana.

Quiero ver a las personas que aprecio otra vez. Quiero continuar con mi proyecto de derrumbar toda esta mierda. Quiero ayudar a las mujeres que han pasado por lo que yo y por situaciones peores.

Lo haré, puedo hacerlo.

-Es buena mercancía- escucho al hombre afirmar ante Maximilian.

La estatura del hombre es baja, su estado físico no es el mejor, su cabello es negro, sin embargo ciertas canas habitan en el mismo. Supongo que su edad ronda los cuarenta. Su nombre es Richard, su apellido aún desconocido para mí.

He conservado la calma tanto como se puede controlando mis ganas de lloriquear ante la situación interminable de ser tocada sin mi consentimiento en todas las partes de mi cuerpo, ya sean privadas o no.

Y todo por el propósito de dejar de ser indeseable a los ojos del comprador... Dicen que cuando se tiene en mente una meta elevada es necesario hacer ciertos sacrificios para llegar a ella, pero ¿Lo vale tanto? ¿Vale tanto ese sacrificio? ¿Lo vale repudiarme a mi misma?

-Si le interesa podemos pasar a mi oficina a arreglar precios, Richard- Maximilian habla con toda serenidad ante el hombre mientras yo mantengo silencio con mi mordaza.

-No estoy del todo seguro, hay... detalles.

-¿Detalles?- frunce el ceño.

-Es morena y tiene el cabello largo- le dice señalandome y Maximilian asiente- yo le exigí a una rubia de cabello corto.

-Eso no es un problema, podemos arreglarlo y todo será a nuestro cargo.

-No prometo nada, primero quiero ver el resultado. ¿Para cuándo la tendrían lista?

Maximilian busca con su mirada a Alexander que se encuentra detrás de él.

-Llévala con Dalila. ¡De inmediato!- le da la orden.

Alexander asiente y se acerca a mí. Dado que el artefacto es más alto que cualquiera de los presentes aquí debe ponerse de puntitas para llegar a desabrochar las cuerdas de mis muñecas, una vez lo hace repite el proceso con las de abajo sin problema alguno.

Me baja y pasamos por el frente del hombre mientras Alexander sostiene mi brazo con fuerza, asegurandose de que no haga ninguna escena como la de hace días.

-Se lo agradezco.

-No hay de qué.

Maximilian le da una sonrisa de gratitud que no puede ser mas falsa y ensayada, sin embargo al comprador no parece importarle.

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