Capítulo 21

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Nota: Hoy toca capítulo completo de la pov de Marcus para festejar mi cumpleaños, supongo que ahora ya es legal que lea y escriba estas cosas, ¿No?

El Club.

Parte 1

Marcus Graham.

Baker, Chapman, Morton número dos y yo nos encontramos sentados en una mesa alta y circular rodeada de banquetas. Nuestro alrededor está repleto de gente, en su mayoría hombres que ocupan el puesto de clientes, sin embargo hay una mayor cantidad de mujeres de lo que esperaba ocupando el mismo puesto.

El lugar está ambientado en luces rojas, excepto por la barra de tragos que se tiñe de colores negros y violetas oscuros.

Tenemos el lugar en la primera fila en la zona considerada VIP, la cual está separada por una cinta roja marcando un comienzo y un fin. Nos encargamos de reservarlo con anticipación con nombres falsos para así poder estar a solamente a unos pasos del escenario donde estarán las participes del clan en unos minutos, dado que las mujeres que realmente suelen trabajar aquí está noche no vendrán gracias a un arreglo.

En la zona VIP es donde las mujeres que hacen espectáculos pueden bajar a incitar a los clientes ya sea tocándonos, hablándoles o de cualquier manera que los atraiga lo suficiente para poder generarle alguna ganancia al lugar.

Está permitido cualquier tipo de manoseo público en esta zona, tanto como tocarle los pechos a una mujer, desnudarla, o masturbarla, sin embargo es considerado "desapropiado" el hecho de que ellos muestren su miembro en público. Y no, no es para evitar ciertas situaciones, sino porque según este lugar el miembro es demasiado valioso para ser mostrado ante un lugar lleno de "putas".

Tremendamente denigrante, ridículo y asqueroso, sin embargo el punto sigue siendo el mismo, queremos estar cerca de nuestras aliadas para así poder crear alguna excusa en caso de que alguien se quiera sobrepasar con ellas y ellas no les den el consentimiento ya que eso es lo que acordamos, solamente toques, nada más. Ellas no quieren situaciones en las que se sientan obligadas, y el tenernos ahora a nosotros cerca es algo que les proporciona cierta seguridad ante eso.

-Morton, ¿Cómo están?- pregunto por el auricular.

Este lugar está lleno de degenerados o locos y es básicamente cuestión de suerte si esta noche no pasa nada que nos ponga en riesgo.

-Llegamos bien- habla desde los camerinos por el mismo aparato- nos estamos vistiendo y ya luego salimos.

Más que vistiendo será desvistiendo, las mujeres anteriores llevaban casi nada puesto.

-Manten el contacto.

-Igual, señor.

Maldita sea.

Desde que descubrió el efecto que esa palabra saliendo de sus carnosos labios tiene en mí no para de decirla, es tan molesto como excitante.

Una mujer vestida en un traje de mesera diminuto se acerca a nosotros con su bandeja de plata vacía en alto. Este lugar se basa en sexualizar hasta el más mínimo acto.

-Buenas noches, caballeros.

Morton dos y Chapman responden el saludo con palabras recatadas, sin embargo y como era de esperarse Baker y yo solamente asentimos.

-¿Desean algo para tomar?- sus ojos se desvían un mini segundo hacia Baker.

Prestar atención a los detalles es la parte más especial e importante para hacer cualquier tipo de trabajo de manera correcta.

Pateo por debajo de la mesa la pierna de Chapman, quien no sabe disimular y termina haciendo un extraño gesto en el cual abre la boca y cierra un solo ojo que capta la atención de la mesera, de todos modos, eso sirve para que haga exactamente lo que le pido y entiende.

Vindicta ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora