Los brazos que me sujetaban me soltaron en medio de la oscuridad, quedándome a ciegas y sola.
-¿Justin?.- pregunté asustada.
-Estoy aquí.- respondió él para mi alivio.
Estaba todo oscuro pero aún así había algo de claridad, un leve rayito de luz que alumbraba una esquina. Mire al suelo y vi un trozo de su zapato.
-¿Por que no dejas que te vea?.- le pregunté indecisa buscando su rostro en la oscuridad de aquel extraño sitio.
-No tenemos mucho tiempo antes de que se den cuenta de tu ausencia en la sala.- habló serio y muy seco.
-Pues ve al grano.- le dije un poco más confiada.
-Antes de que llegue la Navidad deberás irte, y tienes que hacerlo, no hay más opción.- dijo acercándose un poco más a a luz.
-Pero...- comencé a hablar pero me interrumpió.
-Y no volverás jamás.- dijo con firmeza.
-Justin yo no puedo...- volvió a interrumpirme.
-Prometemelo.- insistió con uno de autoridad.
-Si si, esa bien...- dije agobiada sin prestarle mucha atención.
-Katherine, prometelo.- dijo por quinta vez.
-¡Que siiiii....!.- repetí obligada.
-Hazlo bien.- dijo Justin casi cabreado. Parecía que estaba bromeando. ¿Podía ser más insitente? Yo creo que no.
-Lo prometo...- murmure bajito mirando hacia el suelo.
-Mas alto.- dijo con tono de autoridad.
-¡Lo prometo!.- exclamé.
Y de pronto me encontré su cara delante de la mía para después volver a transportarme en la oscuridad a una velocidad impensable a la sala del "juicio"...si es que se le podía llamar así...
Las luces se encendieron. Yo estaba sentada en el mismo sitio y todas las miradas se dirigieron a mi.
-¿Creian que iba a escapar?.- pregunté elevando la voz para que todos me escuchasen bien.
-Señorita Winters, guarde silencio.- me ordenó el juez.
-Si me están acusando de ser culpable entonces ¿por que no he huido?.- solté interrumpiendo al juez de nuevo.
La sala entera se quedó en silencio y supe que era momento de cerrar el pico. Varíos profesores se reunieron alrededor del juez, incluso el director, que seguro estaba deseando que me culpasen.
Después de varios minutos de murmuros y cuchicheos acerca de mi, el juez se libro de todos esos buitres de su alrededor y se levanto de su asiento imponiéndose.
Antes de hablar, tosió para aclarar su garganta y su estruenda voz salió por fin.-Katherine Winters queda libre de todo lo que se le acusa y la declaró inocente.- exclamó firme y se fue.
Nadie dijo nada. Parecuán decepcionados de que no fuera culpable, ni un aplauso ni un abucheo... nada. Todos comenzaron a salir de la sala en silencio y supe que la pesadilla había terminado.
Nunca creí que pensaría eso, incluso yo me sorprendía, pero deseaba muchísimo que comenzaran las clases de nuevo.