Me levanté de la cama con ganas de empezar el dia, y eso era raro en mi, pero sabía que vería a Justin tarde o temprano y eso me llenaba de energía y de ganas por saber como estaba o si aún seguía enfadado conmigo.
Y hablando de enfados...Caroline dormía aún en su cama, junto a la mía. Volvíamos a compartir cuarto aunque ella quería respuestas que no podía darle aún pues no me sentía preparada para darle ese cargo de responsabilidad tan grande que conllevaba saber las mismas cosas que yo sabía. De todos modos me bastaba con saber que ya no era mi enemiga, aunque nunca lo habia llegado a ser directamente pero su enfado fue bastante inoportuno y después todo se complicó.
Salí de la habitación mientras me acomodada el pelo. Algunas chicas ya estaban totalmente vestidas y maquilladas para comenzar el día. Otras hasta habían bajado para esperar al desayuno y hacían cola por las escaleras esperando a que abriesen las puertas del comedor. A ni aún me quedaba un rato, y a ellas también, pues el desayuno se servía bastante tarde. Total, en el internado teníamos clase hasta casi la noche, asi que no importaba mucho eso de levantarse temprano.
Cuando llegué al baño de las chicas casi estaba vacío, y eso se agradecía. Me metí en la ducha y me relaje bajo el agua caliente un buen rato. Cuando escuché que última chica salió del baño me decidí a salir de aquel paraíso. Pocos momentos relajantes habia tenido allí desde que llegue a principios de curso. Me vestí rápidamente y fui tranquila a lavarme la cara.
Me lave los dientes y después me peine mirandome al espejo, mientras tanto entraban más chicas al baño, las más dormilonas, y a mi lado se puso Stella, recién levantada también. Habia visto la envidia con la que me miraba cuando sabía que Carolina y yo habíamos hecho las paces, y ese tipo de sentimiento no traía nada bueno consigo.
Baje la mirada un poco esquiva para no encontrarme con sus ojos, pero en el momento en que quise mirarla en el espejo, no pude. No veía nada, sólo lo que estaba detrás de nosotras. ¿Acaso Stella no estaba justo frente al espejo?
-¿Que pasa? Ni que hubieras visto un fantasma.- me dijo de mala gana creyendo que me habia sorprendido su aspecto mañanero.
-No... lo siento no es por ti es que aún estoy dormida y estaba pensando en las musarañas.- me disculpe con nerviosismo y salí del baño enseguida.
Rápidamente volví a mi cuarto y cogí el móvil sin pensárselo dos veces. Le eche un vistazo a Caroline, que aún dormía. Marque el número de Lucas y espere mientras sonaba el típico pitido de la desesperación.
-Oh, venga, Lucas...cogelo....-murmuré mientras daba pequeños rodeos de un lado a otro de la habitación.
-¿Necesitas algo, preciosa?.-escuche detrás mía y no desde el móvil.
-¡Estás aqui!.- exclamé sin importarme que Caroline durmiese justo a mi lado, y tras unos segundos de sorpresa me lancé a sus brazos.
-Estabas llamándome, y te dije que te cuidaría.-dijo muy cerca de mi oído.
-¿Que sabes sobre gente sin reflejo?.- pregunté algo emocionada aún por tenerle allí.
-Los demonios no tienen reflejo sí se miran en el espejo pero no creo que sean coquetos.- sonrió.
-Pues algunos fingen serlo muy bien...- murmuré recordando a Stella que no se reflejaba en ninguno de los espejos del baño.
Eso quería decir, que si no era otro tipo de criatura, Stella era un demonio, y seguramente Nick también lo fuera. Debia andarme con mucho cuidado porque seguramente ellos ya sabían que yo pertenezco a los guardianes de la caja. Y si el pastor la quiso para él en el pueblo es porque esa caja aún es importante, y muchos otros podrían venir a por ella. Y mucho más si son cercanos a mi.
-¿Estás bien?.- preguntó Lucas alertado por mi cara.
-Oh, si...te tengo a ti aqui...¿que más puedo pedir?.- pregunté volviendo a estrechalo contra mi para respirar su aroma fresco a flores y césped recién cortado.
-Ey, no te pases con la fuerza, o te quedarás sin profesor de gimnasia.- dijo, dejándome boquiabierta. Le solté del abrazo para mirarle fijamente a los ojos.
-Estás de coña.
-No lo estoy, si no, mirame a los ojos y averiguarlo tu misma.- me dijo devolviendome la mirada.
-¡Pero eres demasiado joven para ser profesor!.- exclamé.
-Y demasiado mayor para entrar como alumno.
-Osea que sólo querías entrar en el internado para vigilarme.
-Para protegerte.- dijo levantando un dedo.- Escucha eso.- sonaba la alarma de que era la hora de desayunar.- Te veré en clase.- dijo sonriente.
-¿Katherine?.- preguntó adormilada Caroline que sin duda no se habia dado cuenta de nada en absoluto.
La mire un segundo, y Lucas ya habia desaparecido. Típico de ellos. Eso me recordó a Justin. Todos estarían abajo para desayunar. Era el momento de enfrentarme a él de nuevo.