Acabó el primer día

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---Mejor ceno en la casa de Isaac. ¡No ya sé! Que Isaac cene con nosotros ---pedí que ese deseo se cumpliera sin éxito.
---Sólo cenaremos algo ligero, una taza de té y galletas de vainilla ---explicó el fortachón que me pretendía.
¿Té y galletas?
---¿Es neta? ---pregunté, sonaba mucho a lo que Cora me obligaba a jugar con ella en el patio trasero de la mansión. Y considerando que está en medio del bosque no sé  si se le pueda llamar patio trasero.
---Sí, no como cosas pesadas en la noche. Si cenamos demasiado, todo eso se convierte en tejido adiposo y es algo que no quiero en mi cuerpo en exceso ¿sabes? Además yo pienso y creo que Isaac no quiere cenar eso.
Estúpido narciso, casi me da un paro cardíaco.
---Ay de acuerdo entonces cenemos.
Salimos del establecimiento no sin antes despedirnos del apuesto hombre  que nos había atendido cuando llegamos.
Entramos en el camaro de Derek, éste se puso de piloto, yo de copiloto e Isaac en el asiento trasero de pasajero. Mientras conducía yo veía el camino, todo se veía genial de noche y había foquitos prendidos en todos lados. Llegamos a una estación de metro cerca del centro comercial de Queens, ahí bajó Isaac. Según él podía llegar a su departamento desde ahí, pero yo me pregunto ¿por qué tripas no fuimos a dejar a Isaac a su hogar? Claramente le reclamé a Derek porque aveces pienso que Derek trata como sirviente  a Isaac. Bueno no sé ni cómo se conocieron pero insistí en que debíamos llevarlo. Pero antes de que Derek pudiera decir algo Isaac dijo que así estaban bien. Y se fue dejándome con todas mis quejas en la boca. Yo dejé la ventana de mi lado toda abierta pues por ahí había hablado con Isaac antes de que se fuera, y además tenía un poco de calor.
El auto estaba silencioso por lo general a mí parecía muy tranquilizador ese silencio además de cómodo y bueno sabía que a Derek le baqueteaba, entonces, me divertía en el interior.
---Derek dame tu celular ---pedí.
---No traje mi celular.
---¿Cómo que no trajiste tu celular? Una persona normal no se despega de él, por nada. Aunque no lo uses, siempre está cerca de uno. Incluso cuándo se pierde casi te da el patatus a menos que seas insensible y tengas dinero como para comprar otro. Ósea como Derek.
---Y si es así, ¿por qué no traes el tuyo?  ---cuestionó él.
---Será porque no me diste tiempo de traer nada.
---Bueno pues, de todas maneras, ¿para que querías el mío?
---Para escuchar música ---era la verdad, esta vez quería que él se quedara con el incómodo silencio sólo para molestar.
---Pues puedo poner el radio ---él dirigió su mano para encender el radio, yo acerqué la mía para detenerlo y tuvimos un toque inocente, sí, yo le di un fuerte manotazo en su mano antes de que él tocara al señor radio apagado.
---¡Oye! ¿Por qué tortas hiciste eso? ---exclamó el sacudiendo su mano.
---El silencio es mejor ---dije seriamente.
---¿Y qué? Pudiste haberme dicho que no y lo apagaba.
---Bueno pues no se me ocurrió, fue una medida desesperada ante mi falta de sagacidad.
---Todo por eso dormirás conmigo esta noche ---sentenció agarrando mi pierna izquierda.
---No me toques ---exigí intentando quitar su mano de mi pierna.
---Creí haberte dicho antes que yo podía tocarte cuando yo quisiera.
---Creí haberte dicho que mi novio ese el único.
Nuestras manos forsejeaban.
---Tú y tu estúpida frase de "mi novio es el único que puede" estoy harto de que siempre lo sacas al tema. Estoy harto de su sola existencia.
---Bueno pues si alguien ---hice énfasis en alguien---, hubiera sido menos idiota antes, talvez tendría el derecho ahora y no se estaría quejando.
Él quitó su mano de mi pierna por fin más a gana que de fuerza pues supongo que quería que cerrara la boca de una vez. No, no lo escribí al revés.
---¿Y qué es lo que estoy haciendo? Pues ganandome el derecho ---espetó en vos muy alta.
---¿Acaso no entiendes lo que significa privado?
---¿Entonces te compró o algo así?  ---cada vez  más el tono de voz se escuchaba más exacerbado.
Así no la pasamos gritandonos hasta que salimos del tunel Quees y una voz nos interrumpió, en un principio a mí me espantó  pero después me sorprendió.
---Diablos cada vez que están solos se la pasan discutiendo ---gritó Isaac por ahí, y digo por ahí porque su voz se oía dentro del auto pero no sabía de dónde.
Vi que Derek sacó su celular de alguna parte de la puerta.
---Isaac te dije que no hablaras ---reclamó Derek.
---Pues fue demasiado cuando llegaron a la parte donde discutían si era mejor entrarle a eso con el caballo o con el toro ---habló Isaac desde donde quiera que se encontraba.
---Es obvio que con el toro es mejor ---declaré ya cansado mirando hacia la ventana.
---Pero el toro no va a dejar que le pongas un dedo encima, el caballo sí ---habló Derek.
---Si lo entreno claro que sí.
---Pues no sé  el caballo es más ágil pero el toro... es más salvaje, eso también es bueno ---esta vez era Isaac.
---Dame eso ---le dije a Derek tratando de quitarle el celular pero él lo agarraba con fuerza y de pronto el aparato salió volando hacia afuera por la ventana de mi lado. Derek quedó con la boca abierta y volteó la mirada de mí hacia el camino para que no nos mataramos.
---Perdón Derek no quería que a tu celular le pasara eso ---me disculpé cuando pasábamos cerca del centro Rockefeller.
Pero pues él obviamente se enojó y más tarde cuando pasamos por Columbus Circle dándole media vuelta ya para llegar al hotel le dije.
---Perdón Derek, tú con el caballo y yo lo hago con el toro ---levanté los hombros---. Ya, no pasa nada cada quien tiene sus gustos.
---Stiles.
---¿Qué?
---Cállate.
Entramos al hotel, y subimos por el elevador hasta nuestra habitación, Derek pasó la tarjeta por la grieta recta que desprendía un tenue brillo verde. En el comienzo de la tarde no me había percatado que el lugar era literalmente un departamento, bueno no tenía una cocina, sólo tenía unos cajones, un microondas y una nevera pequeña. Caminé entre decoración y muebles elegantes, toqué con las puntas de mis dedos las aterciopeladas cortinas de color carmesí, los deslicé delicadamente hasta que sentí la sensación de un cosquilleo fantasma y supe que había dejado de tener contacto con las ellas. Las tonalidades que se esparcían por todo el lugar  eran en su mayoría colores cálidos, como rojo, naranja y café claro, con lámparas que desligaban de su ser débiles destellos de iluminación color hueso. Los detalles en la madera eran exquisitos y hasta ahorita todo esto se me antojaba costoso y plausible hasta que me topé con el cuarto, toqué el picaporte y le di vuelta con mi mano. Había cortinas rojas iguales a las anteriores cubriendo de la misma manera ventanales enormes. Dos mesitas de noche con cajones de madera y lo mejor de todo aplicando el sarcasmo más puro al decirlo, lo mejor de todo es que sólo había un cama. Yo estando en el hotel más lujoso de Nueva York en una habitación con una sola cama y un hombre que quería probar el sabor de los labios por segunda o tercera vez, qué sé yo.
----Stiles vamos a ducharte ---pidió él a mi espalda a la vez que postraba una mano en mi hombro derecho.
---No me ducharé en el mismo lugar donde estás tú y menos estando tan cerca ---endilgué iniciando una caminata desesperada hacia otro cuarto.
---No nos vamos a bañar juntos, lo juro, pero de todas maneras no creas que te dejaré dormir en la cama con esa ropa toda mugrosa que te cargas ---dijo mientras perseguía mi cuerpo a través del lugar, no me iba a duchar, no me voy a duchar y  eso es conclusivo.
---Ya dije que no, prefiero dormir en el suelo que dormir en la misma cama contigo ---espeté apático.
---Indubitablemente quieres que trate como un crío ---yo llegué a sentarmé en uno de los sillones y me puse rejego. Al ver que no respondí nada el volvió a hablar---. Vaya que eres terco ---de alguna manera se las armó para levantarme como damisela.
---¡Oye bajame! ---demandé retorciendome cual insecto al fuego, resistiendome al fuego de su cuerpo al querer hacerme cenizas junto con él.
---No ---habló entre risas, abrió la puerta del baño, y me metió ahí.
---Oye déjame salir ---le daba de guantazos en su pecho a puño limpio mas él en vez de quitarse del camino, empezó a quitarse la remera sucia que traía puesta dejando ver su piel llena de bordes y dunas de músculo que se me antojaba ligeramente sexy pero claramente tenía que evitar cualquier indicio de que algo en él ya me empezaba a atraer. Entonces vi uno de sus pezones perfectos y obviamente más morenos que el resto de su cuerpo, no eran muy grandes. Entonces le toqué un hombro.
---No te muevas ---susurré apenas audiblemente, fui acercando mi rostro a su pecho, el me veía incrédulo, mis labios tocaron uno de sus pezones para ser exactos el derecho, levanté la vista y noté que su rostro estaba elevado al techo, tenía los ojos cerrados, entonces sonreí y finalmente... lo mordí fuerte.
*Se oye su grito hasta el pasillo*
---Ahora sal del jodido baño ¡Mierda! ---grité empujando a un Derek con la cola entre las patas a la vez que cerraba la puerta de un portazo.
---Eres un... un... ¡diablos! ¡si empieza a sangrar tendrás que lamerlo hasta que te quede la boca seca! ---se quejó él gritando a la puerta.
Yo abrí la puerta de golpe y entonces le ordené en la cara ---Tú métete a bañar y yo iré después ---lo empujé hacia adentro.
Caminé a la sala y después me senté en un sillón desde donde alcanzaba a escuchar el sonido de las gotas de agua caer sobre su membrudo cuerpo. Encendí la televisión y puse un canal cualquiera.
---Necesitaremos los siguientes ingredientes: una cebolla, cilantro, dos mazorcas, dos o tres barras de surimi de cangrejo, mayonesa, crema y tortillas de harina ---decía el señor cocinero---. O y casi lo olvidaba, tres mangos medianos, de preferencia que no hayan madurado todavía y una lata de chiles chipotles adobados. Bien, ahora que ya tenemos eso, lo primero que debemos hacer es... ---me la pasé viendo la receta de cocina hasta el final, era tan fácil que me aprendí como hacer cada cosa, y fue en menos de unos veinte minutos. Cuando de pronto la voz de Derek irrumpió como una salvajada en mi parque culinario, corriendo libremente en mi pradera de tranquilidad, tocando con fuerza una campana de alerta. Salté en mi propio asiento.
---¡Stiles! ¡Stiles! ¡Stiles! ---repetía y repetía como una foca aullando por su vida.
---¡¿Qué quieres!? ¡¿Qué quieres?! ¡¿Qué quieres?! ---pregunté/repetí exacerbado.
---Mi toalla, Mi toalla, Mi toalla ---pidió él.
---Idiota, idiota, idiota...
Por ahí y por allá busqué la toalla atinandola sobre el colchón. La cogí con mi mano derecha. Abrí la puerta del baño, sólo se veía el vidrio esmerilado con una muy borrosa silueta de color naranja pálido dentro.
---¿Derek por qué rayos no metiste tu tonta toalla antes? ---pregunté exigente a la puerta corrediza de vidrio opaco, y no escuché nada más que el goteo lento que había abandonado la regadera, un sonido huérfano y solitario, profanando mi tranquilidad.
De pronto se abrió la puerta corrediza, vi el cuerpo desnudo de Derek, pero antes de ver algo más,  cosí mis párpados rápidamente para no ver nada más allá y puse seguro a mi creatividad con un candado grueso y pesado, grueso, y pesado como...
---Stiles ---siseó Derek agarrando la muñecas de mis extremidades, y levantandolas como cuando se atrapa a un criminal.
Mi estómago era perforado por una mirada ciega, sabía que él  me veía. Mis piernas las tenía firmes en el suelo, de la nada ya se sentían como pesadas cadenas colgantes, tiritantes. Mi respiración. Me ahogaba, el oxígeno escapaba siendo remplazado por el vapor que emanaba el cuerpo de Derek, ardía en mi piel, por un momento pensé que me iba ruborizar pero sentía más nervios que otra cosa, ¿Desde  cuándo me pasaba esto? Digo, a lo largo del tiempo he descrito mis emociones pero nunca me había sentido de esta manera frente a alguien, alguien desnudo que quiere tocarme y besarme en sus fantasías de seguro.
---Hace rato tú... sabes lo que hiciste ---volvía a sisear---. Abre los ojos... abre tus ojos y ve los míos ---demandó Derek. El nervio se convirtió en un poco de valentía, abrí mis ojos de golpe, su cabello negro azabache se escurría por su cabeza de una manera curiosa, su piel lucía más limpia y sin imperfección alguna y sus ojos también brillaban una vez más, brillaban cuando yo estaba cerca es por eso que siempre los veía desprender un destello especial---. Al principio se sintió bien, pero después fue como ver ese video de la carretera tranquila y ¡Boom! un zombie sale de la nada ---pegó su mejilla a la mía y sus tropicales labios rozaban mi oreja delicadamente, húmedos, tibios, vapor caliente de su boca al hablar ---Y no me gustó en lo absoluto. No lo vuelvas a hacer cariño.
Aspire aire por la nariz, lo contuve mientras tragaba saliva audiblemente y atropelladamente lo solté por la boca. Mi corazón era un potro salvaje. Pisotadas de pura fuerza bruta golpeando mi pecho desde dentro.
---Ya no lo soporto ---habló él con un tono de deseo, deseo de tener contacto conmigo. Tomó la toalla de mi mano derecha aún levantada. Yo veía la pared llena de loza aún, la cual se transformó de nuevo en el cristal esmerilado cuando el cerró la puerta corrediza.
Después de eso me sentí un poco mareado, fui a sentarme a uno de los sillones. La televisión emitía voces inentendibles, voces con mensajes vacíos para mi cabeza, ya que en ella sólo se repetía el suceso de anterior con las palabras: "Millonario" "Hombre" "Derek" "Relación" "Amor". Sí, amor de él hacia mí,  pues si memorizamos después de que casi mato a Derek en aquel pasillo de la escuela, yo lo vi entrar en mi cuarto y no sentí en lo más mínimo. Pero ahora no sólo lo he vuelto a querer como a un amigo sino que toda esta liberación de emociones se debe a que ahora me atrae, me pone nervioso estar cerca de él. Él que es mi amigo y mi amigo me gusta. Hace mucho que no experimentaba eso. Ha sido mi primer día con Derek en Nueva York. Un día cargado de emociones hasta el tope, de olores viejos, de sensaciones pasadas, montaña rusa esta hecha mi cabeza ante todo esto, y ha sido un día  tan largo que parece que han pasado semanas desde que llegué aquí pero sólo han sido menos de doce horas de estar con los pies en suelo de esta ciudad. De estar conciente ya que me desmayé en el avión antes de que llegáramos.
---Stiles ya puedes bañarte ---me avisó él.
Entré a la regadera, me empecé a sentir altamente cansado, el agua serpenteando en mi piel. Tomé una toalla que previamente había metido y me sequé, entonces me enredé con ella la cintura, sin que Derek se diera cuenta salí del baño y hurté las cobijas de su cama y me tiré en uno de los sillones.
---¿Qué haces? ---rió Derek al verme acostado.
---Apunto de dormir, largate ---murmuré tedioso.
---No, ven a dormir a la cama de verdad.
---Prefiero comer calabazas verdes y coles al vapor por el resto de mi vida ---argumeté tapandome la cabeza.
---¿Es por lo del toro y el caballo?
---Jodete, es claro que si estuviéramos en un mundo de fantasía sería mejor salir a una guerra con un toro muy hercúleo y enorme con cuernos largos y afilados. Aunque admito que sería difícil montar.
---Ay Stiles deberás que no vas a aprender ---suspiró resignado.
---No vas a aprender tú ---irritado arrojé un cojín con fuerza a su cara que terminó en un golpe seco y sus cabellos moviéndose.
---¡Stiles!
---Vete a joder a tu casa, ya me tienes irritado ---pensé ya airado de tanta pelea, decidiendo perderme en mis murmuros sin sentido y mis alucinaciones me quedo dormido de repente.

---Stiles ---susurró Derek, acercándose sigilosamente al sillón donde dormía el chico. retiró las cobijas del rostro de Stiles y lo vio dormir profundamente---. Ay ya me lo esperaba.
Derek quitó las cobijas de Stiles, observó el cuerpo del chico pues sólo tenía unos bóxers y lo llevó cargando a la habitación, lo recostó en el colchón. Fue por la ropa de  cama y la tendió con delicadeza sobre él. Cenó y finalmente se fue dormir. Se metió dentro de las cobijas, no sin antes apagar la luz y las lámparas, se puso de lado observando el rostro del chico que le gusta y comenzó a hablar en voz baja.
---Stiles, antes eras valiente... pero ahora tienes algo más que me gusta... y es coraje. ---se acerca lentamente al rostro de Stiles y le besa la nariz---. Cuando dices no es no, y vaya que me has dado pelea esta vez. Pequeño altanero Stiles ---fue lo último que dijo Derek antes de quedarse dormido viendo el rostro de Stiles en medio de la oscuridad.

Nota de Autor: Este capitulo se que es muy largo de hecho son como 3600 palabras es mucho hasta para mí, pero ya no quería seguir alargando el primer día más tiempo, ¿Hace cuantas semanas que es cuatro de abril en esta historia? Y bueno, eso es todo . Comenten.

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