Llaves... Recuerdos y foto vieja.

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Todo se ve borroso. Ya no puedo respirar nada. Mis ojos se van hacia diferentes lados sin que yo los mueva. Mis piernas se doblan, ya no tienen fuerza. Oigo una voz que me habla, es demasiado grave. Oigo sonidos agudos también. Mis manos sostienen carne. Y ahora quiere matarme. Mi espalda se retrae y siento frío. No sé que está pasando. Los borrones se extienden en mi visión con rayones de pintura hecha por una brocha. Mis pies dejan de tocar el suelo. Mi cuerpo tiene alas invisibles por unos segundos. Se siente bien se siente bien se siente bien. La paz hace lazos en mi cerebro. Mi ropa ondea sonriente. El suelo me recibe con sus brazos blandos y mojados. Gotas con ojos parecidos a los míos caen desde el cielo y se estrellan contra mí. Hay luz cerca de mí, la veo, quisiera ir ahí. Pero de pronto todo está oscuro. Y mi cuerpo está siendo absorbido por líquido viejo y libre, al igual que yo ahora así me siento. Mi visión recupera su habilidad de definición. Parpadeo. Me doy cuenta de lo que ha pasado. Me doy cuenta que mis alas se han ido. Que el suelo me atrapa y no me abraza. Las gotas no me miran, me golpean. Mi ropa no sonríe...
Al agua si es vieja y libre.
Me levanto poco a poco tosiendo, lleno de lodo y demás líquidos que trae la lluvia consigo. Mis tenis están empapados y el cielo oscurece sin tocar los tonos rojizos. Me toco todo el cuerpo buscando mi recuerdo, pero no lo encuentro. Me dirigo al Jeep y ahí está, mi celular.
Mi limpio las manos con el forro de un asiento del Jeep. Las lágrimas llegan a mi ojos. Quiero hablarle, quiero que la voz de Derek alcance mis oídos y me consuele de mis miedos. Porque mi padre me ha gritado, me ha ahorcado y corrido de la casa cuando yo ya casi me estaba desvaneciendo. Pero no quiero preocuparlo.
Espero un rato a que alguien conteste.
---Bueno ---contesta Scott.
---Hola Scott oye... -Mi voz está entrecortada.
---¿Qué pasa Stiles? -Está preocupado-. ¿Te ocurrió algo malo?
---Sólo. Puedes darme. Asilo en tu. Casa. -Casi no puedo articular palabras.
---Claro sólo ven a mi casa. ¡Pero cuéntame qué pasó! -dice alterado.
---Te cuento cuando llegue. -Cuelgo sin más.
Entro en mi Jeep y de vez en cuando el camino se vuelve borroso por el agua salada que sale de mis ojos. No me gusta sentirme triste. Pero pienso en lo que me ha ocurrido en los últimos días.
Mis amigos más cercanos me evitan. Mis notas en la escuela han bajado. El abuso escolar se está haciendo presente de nuevo. Derek ya no está. Mi padre tiene deudas y problemas de salud. Mi futuro es incierto. Mi madre está muerta. Lo único que ha pasado bueno es que ya veía más a menudo a mi padre en casa. Hablábamos de muchas cosas y después veíamos televisión. Un día salimos a un lago que estaba en otro pueblo. Ya que él había escuchado de uno pequeño en Beacon Hills, con una cabaña muy moderna con una vista bonita y atardeceres espectaculares. Pero es demasiado costoso y además es un lugar exclusivo para miembros de honor del "club" (sospechoso) de la élite. Y si hago memoria, Derek y yo estuvimos ahí. Claros él es un Hale.
Ese día que estuve con mi padre, en un pueblo cerca de Beacon Hills y el lago era para personas comunes y libre al paso de todos. Nos alojamos en una cabaña modesta.
Y salimos a pescar. Y mi padre y yo platicamos de muchas cosas...
Llego a la casa de Scott, él ya está ahí con un paraguas abajo de la lluvia. Esperando mi llegada. Detengo el auto y él se acerca. Yo abro la puerta del Jeep y Scott nos cubre a ambos con su paraguas. No digo nada y él tampoco, en medio de la noche él me dice que me de una ducha en el baño de su cuarto.
Entro en su baño y recuerdo. Se parece a la última vez. Sólo que no sé que ha sido peor. Derek y su desprecio aquel día en la pista de hielo hace años u hoy.
Dime por qué me pasan estas cosas a mí, mamá. Me duele sufrir. Vivo huyendo de lo demás la mayoría de la veces cuando intentan hacerme daño. Quisiera tanto que Derek esté aquí. Estoy loco. Mi madre no existe ahora. No puede hablarme...
Dejo que el agua limpia limpie el lodo de mi cuerpo. El vapor me adormece un poco, pero sigo sollozando muy lento, y una vez más el agua se confunde con mis lágrimas. Pero después de un rato, me siento ya no tan triste. Me siento aturdido porque el día ha sido muy cansado, ya no puedo más el día de hoy, el mundo es cruel...
Me pongo ropa limpia que me ha dado Scott. Me veo en el espejo, aún dentro del baño por un momento y me quedo de pie en el marco de la puerta. Mis piernas ya no tienen fuerza, exhalo aire pero no me sale de manera normal, es como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago. Siento golpes en mi cuerpo y otra vez todo está borroso. Es blanco y azul. Como el cielo. Mi cuerpo vuela de nuevo pero se sostiene en lo que parece el aire. Pero veo piel morena cerca. Una mirada preocupada. No tengo tiempo de pensar, bueno, en realidad sí, pero no lo hago. Scott me sostiene en sus brazos. Camina lento y de alguna manera se las arregla para abrir las cobijas y meterme en la cama. Ya no quiero pensar en nada.
---Stiles -dice Scott pero yo no quiero decir nada, no contestaré-. Stiles.
Hago un quejido.
---¿Estás bien? -pregunta arrodillado en la orilla de la cama.
---Sí -apenas y se oye mi respuesta, creo que ni siquiera he exhalado aire.
Después de un rato, Scott se mete en la cama por el lado izquierdo de ésta. Las luces se apagan y quedamos en silencio.
---¿Puedo...? -pido en voz baja.
---Sí -responde de igual manera que yo.
Lento me muevo hasta que me acerco a su cuerpo. Siento el calor que emana. Y al final estoy en su pecho, sintiendo como éste se eleva y baja. El sonido de su corazón también se escucha.
---Stiles -me llama mi amado ahora.
---Derek...
---Aún me gustas pequeño. -Su voz se oye tal y como la recuerdo.
---No he olvidado lo que siento por ti, como dijiste. -Lo abrazo más fuerte contra mí.
---Yo tampoco, todavía te quiero. -Me besa el cabello.
---Te extraño -digo y sufro y detengo mis intentos de derrumbarme en llanto.
---Yo no puedo extrañarte porque siempre estás en mi mente y corazón.
---También te quiero Hale. -Acerco mi faz a la suya.
---Yo...
Le beso. No se siente igual, no es el mismo sabor, no es el mismo aroma, no es el mismo volumen, no es la misma textura, no es su cuerpo, no es amor, no es Derek, es Scott...
---Lo siento -me disculpo. Lo miro a los ojos un momento. Pero ahora retiro la mirada.
---Está bien. -Quiere buscar mis ojos pero no quiero que los vea.
Aún tiene las manos en mi cintura.
---Lo extraño demasiado Scott. -Otra vez ya no puedo.
---Está bien. -Repite lo mismo.
---Pero... sólo quiero pensar que tú... ya sabes...
---Claro que puedes.
Entonces recargo mi cabeza en su pecho de nuevo, me cubre más con la cobijas. Cierro los ojos e imagino que estoy en Nueva York, durmiendo con Derek, en una noche a temperatura normal después del golf, después de salir en barco, después de amarnos. Todo esto se está fundiendo, ahora es muy confuso. Mi voz ya no tiene presencia en mi mente conciente. Me duermo.
》 》 》
Ya es de mañana. La cama está vacía. Scott debió irse a la escuela.
Camino por la habitación y hay una nota en un mueble junto a la cama. Con su letra.
"Sabes que he ido a la escuela. No te desperté porque no creo que tengas ganas de ir. Ve a la cocina debe haber algo para que puedas desayunar. Y para la una de la tarde llamaré para saber cómo estás. Te... quiero..."
Tomo todas mis cosas incluida la ropa mojada de lodo y mi celular. No puedo quedarme con Scott después de ayer en la noche. Que me dio asilo, y declaró sus sentimientos que siente por mí otra vez y yo lo ignoré e incluso confesé que todo el tiempo imaginé que él era Derek. No merezco ser su amigo, y tampoco me perdonaré que una extraordinaria persona como Scott me quiera a mí como su novio. Pero él no es a quién yo quiero.
Marco un número en mi celular.
---¡Derek! -Sollozando es como hablo por teléfono ahora.
---¡Stiles! -contesta y es claro que está preocupado-. ¿Que tienes? Dime.
---Es mi padre... Él me ha... corrido de casa, me pidió que te dejara, que no soporta verte junto a mí, que no soporta que yo... sea gay -digo demasiado rápido, pero supongo que él ha entendido lo que he dicho-. Y no tengo a dónde ir.
---No te preocupes Stiles, tomaré un vuelo express hacia allá si quieres...
---¡No! Tienes que trabajar... -Mi voz se corta.
---Entonces, tengo una idea. Ve a la mansión Hale. Una vez ahí. Hay una llave enterrada en cierto árbol que tú una vez marcaste con nuestras iniciales. Cuando la tengas dirígete a mi habitación. Debe de haber un pequeño cofre escondido en alguna parte. Con la llave abre el cofre, ahí debe haber varias cosas, busca otra llave de repuesto de mi loft en Beacon Hills. Quédate ahí, en mi loft y yo iré mañana para allá.
---No, yo estaré bien. Lo prometo sólo debo... -No quiero decirlo-. acostumbrarme...
---No llores, no quiero que lo hagas. -Entonces poco a poco estoy dejando de llorar-. Si quieres podemos olvidar lo de las cartas y te puedo llamar a diario para preguntarte cómo estás. -Él suena a petición-. ¿De acuerdo?
---No...
---¿Por qué? -Suena dolido.
---Me gusta lo de las cartas, es muy tierno de tu parte. Yo soy malo porque han pasado unos días desde tu carta y yo to he enviado nada. -En estos instantes me siento mejor porque aunque Derek esté en el otro extremo del país, ahorita es como si estuviera aquí, conmigo.
---No pasa nada, sabía que no llegaría de inmediato tu carta -dice ya conforme. Estoy pensando en cómo se ve mientras está hablando, en la textura de su voz, y sonrio.
---Está bien, bueno pues dame un par de días y te enviaré la carta para responder todas tus dudas. O si lo prefieres te lo puedo decir ahora mismo.
---Stiles ¡No! -exige-. Puedo esperar, lo prometo. -Su voz es dulce de nuevo.
---¿Y con qué le pondré el sello? -pregunto y me rasco la nuca.
---Ya sabrás, eres un chico inteligente, mi pequeño Stiles. -Sonríe, o al menos eso creo que hace porque lo conozco.
---Mi peludo Hale -exclamo.
Nos reímos.
---Bueno Stiles, pues mañana te pondré dinero en el banco para que te mantengas... es, tu gasto... -Se ríe. Yo sonrío, me siento como su esposa.
---Gracias -digo sin dejar mi expresión sincera-. Hasta mañana Derek.
---Hasta mañana Stiles.
Yo cuelgo primero.
Hay mucha neblina ahorita en la mañana. No veo muy bien pero creo que al menos no me estrellaré. Durante el camino pienso en las escapadas con Derek en la mañana, cuando me llevaba a la escuela, Derek llegaba demasiado temprano y yo sólo por la emoción de verlo me levantaba hasta antes de la hora en automático. Ibamos cerca de la calle menos transitada de Beacon Hills y entonces nos besábamos y cosas así, cosa que en los primero meses no podíamos hacer muy seguido. Ya que Parrish siempre estaba muy cerca de nosotros.
Veo la mansión de los Hale, Cora debe estar ahí pero, ella... También se ha olvidado de mí. Ya no hablamos para nada. Desde la misteriosa y oscura presencia de Isaac y Liam. Todo ha cambiado de manera drástica pero parece que el único que lo ha notado soy yo.
Bajo del Jeep, no hay nadie, todo adentro de la mansión está apagado. De seguro Cora fue a la escuela. Camino tratando de buscar el viejo árbol donde a los trece años con una navaja vieja escribí mi iniciales y las de Derek dentro de un corazón. Era un árbol tierno así que fue fácil. Diviso el árbol, ha crecido pero las letras siguen ahí de manera casi imposible. Me sorprende un poco que Derek se haya acordado de eso.
Quitando tierra puedo ver una llave extraña en su forma, con un mango largo de metal, parece demasiado antigua. Lo tomo y le sacudo un poco la tierra. Veo algo más abajo, parece otra llave, la de la mansión Hale. ¿Cuántas llaves esconden esta familia?
Entro a la mansión y es cierto que no hay nadie. Camino al piso de arriba, entro a la habitación de Derek. La mansión es blanca en su totalidad por dentro y por fuera también y parece que no hay mancha alguna de ninguna cosa.
Entro a la habitación de Derek. Parece que él no ha estado aquí desde que tenía dieciocho años y se fue a la universidad. Sin embargo no hay rastro de polvo en los muebles y creo que Cora los ha estado limpiando durante estos años. Las sábanas son las únicas cosas que tienen polvo. Giro la almohada y noto el lado colorido de ésta. Lo acerco a mi cara y puedo percibir apenas un casi inexistente rastro de su olor, reconocible para mí.
Después de buscar en la enorme habitación de diferentes tonalidades de azules y color blanco en las paredes, descubro el cofre. Es demasiado grande y pesado pero lo logro mover hasta el centro de la habitación sobre la alfombra azul rey. Con la llave lo abro. De inmediato descubro la llave del loft. Oigo ruido abajo. Rápido meto la llave en mi bolsillo, pero veo algo, un cuadro con una foto... Por dios... Llevo mis manos a mi boca. Derek no ha abierto este cofre en años y se nota por la cantidad de polvo que se acomodó ahí. Parece que guarda cosas importantes. Entonces ha guardado nuestra primera foto justo aquí. No lo creo.
En la foto salimos los dos sonrientes en un día soleado. Y se preguntarán, si a Derek no le caía bien cuando yo era pequeño, cómo es que esa foto existe. De seguro Thalia lo obligó a sonreír, pensarán. Pero no, de hecho fue una sonrisa genuina y desde el corazón, ¿cómo es posible? Bueno fue algo así.
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