¿Por qué no salimos a dar la vuelta?

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Capítulo tres.

—Derek... —Me acerco para abrazarlo y saludarlo—. ¿Cómo has...? —Me empuja con la palma de la mano hacia atrás con fuerza. Ese maldito rostro de mármol—. ¡Auch! Rayos Derek.

—Sr. Hale. Ahora, siéntate y pon atención —dice él haciendo énfasis en "siéntate" y "pon atención". Y la tristeza se vuelve más grande esta vez. Mis ojos se humedecen y yo con rapidez vuelvo a mi asiento, casi todos en el salón se nos quedan viendo. Siento las miradas penetrar en mí, intento no ver a nadie más, sólo mis dedos sobre la madera.

—¿Qué le pasa a Derek? —me susurra Scott, su cuerpo se inclina un poco hacia mí.

—Como si lo supiera, ni quiero saber —musito con enojo, contengo mis lágrimas dentro de mis globos oculares con coraje.

—Pues cuando fuiste hacia él parecía que tenías la intención de entablar una conversación, por lo tanto sí querías saber que...

—Scott ¡Basta! —le grito a Scott, libero un poco de tensión ahí. Mi boca se ha abierto demasiado.

—Stilinski, detención, y también sal del salón —me dice Derek sin quitar la vista del pizarrón. Su camisa blanca se tensa cuando levanta los brazos para escribir, sus músculos siguen igual de hercúleos.

—Pero ¡¿por qué?! —me levanto y grito, algunas plumas de mi pupitre se caen al suelo y ruedan a su favor.

—¿Por qué? —dice cómo si fuera obvio, lo es—. Te lo advertí, pero está bien, sólo detención. —Se suaviza de repente—. Pero si en la próxima clase sigues hablando te sacaré del salón.

Diablos ¿qué le sucede a éste? La única vez que me trató bien de corazón fue en el aeropuerto, ni siquiera me debería de sorprender, Derek nunca me tomará en serio para nada. No fue mi culpa que su madre muriera por la culpa de Kate, pero salvé a los demás antes de que se consumiera el incendio, debería de estar agradecido y no tratando a uno como mierda.

Tengo un recuerdo de cuando tenía quince años.

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—Llevamos mucho tiempo conociéndonos y, estoy aburrido así que ¿por qué no salimos a dar la vuelta? Hoy no saldré con Kate —decía Derek por teléfono, supongo que el laxante que le puse a esa arpía en su comida funcionó después de todo.

—De acuerdo, pediré permiso, ahorita te llamo para confirmar. ¿De acuerdo?

—De acuerdo. —Derek colgó.

"Pedir permiso... qué rayos estoy pensando, digo, mi padre no está aquí y yo tengo la tarde libre, al diablo, debí decir que sí, le marcaré" pensé.

Le marqué de nuevo, esperé mucho tiempo.

—Hola, sí iré, ¿dónde te veo? —hablé intentado no delatar con mi voz lo emocionado que estoy.

—¿Qué tal afuera del videoclub en media hora? —cuestionó, su voz se oía tan sey por teléfono.

—Si. —Oí algunas voces al fondo, algo así como "todo estará listo". Supuse que sería la televisión. Me preocupaba mucho cómo me veía al estar junto a Derek, así que me arreglé lo mejor que pude; pasaron veinte minutos, ya después de lavarme la cara, cambiar de ropa y peinarme varias veces, estuve listo para ir. Me subí al Jeep y conduje hasta allá.

—¡Derek! —exclamé al verlo.

—Stiles, deja tu Jeep aquí, podremos ir a caminar por el pueblo un rato mientras charlamos ¿te parece bien? —Me sonrió. Derek se veía raro como, ¿feliz? ¿ansioso? Vaya que era raro, sentía mariposas en mi panza en tan sólo pensar que él podría llegar a sentir algo mí, primero me invita a salir, me habla amablemente y me sonríe, era sospechosamente lindo, "todo estará listo" ¿Qué tal y se me declaraba?

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