Siento frío sin Derek pegado mí

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Capítulo dos.

—Mm... Derek... ¿Otro hijo?... Tal vez... Deja de lamer mi cara... ¿Derek? ¡¿Derek?! —Me despierto y hay un perro raza Husky lamiendo mi cara—. Ya basta de lamer, ¿quién te dejó entrar aquí amigo? —Le acaricio la barbilla un poco y después lo suelto, el perro se acuesta en el suelo.

Miro el techo y suspiro; ¿por qué hoy lunes tuve que soñar con él? He soñado con él casi siempre desde el día de su partida; al principio cada tres días, pero con el paso del tiempo se ha reducido a una o dos cada dos semanas. Siempre que sueño con él me deprimo porque Derek es una de las cosas que he dejado ir y sé que no volverá, o al menos no lo veré yo de nuevo. Juro que cuando lo vuelva ver haré todo lo posible para enamorarlo. Me levanto y arreglo, me pongo una camisa sencillas y unos vaqueros con mis Converse en los pies, no quiero arreglarme mucho hoy, bajo a desayunar; el perro me sigue por el pasillo, parece que está sonriendo y saca la lengua como burlándose de mí. Tengo que comer pero se me ha ido el apetito, y sólo me detengo a hablar con mi padre. El can se pone a un lado de mí, cierra la boca dejando la diversión y se sienta expectante.

—¿Sabes quién dejó entrar a un perro a mi cuarto? —Él deja de ver el periódico (que siempre hojea todas las mañanas como hábito) para verme a la cara y decir:

—¿Cuál perro? —Su ceño se transforma a uno con más dudas.

—¡Este perro! —Señalo con mi dedo a mí costado, pero ya no hay nada, me quedo incrédulo—. Qué rayos, ju-juro que había un perro aquí.

—¿Te pasaste de Adderall? —Mi padre me mira sospechando de mí, por Dios, jamás me drogaría con esa clase de anfetaminas.

—Pensándolo... Tal vez sí... —decido cortar el tema—. Ya me voy a la escuela. —Me dirijo rápido a la puerta, porque los recuerdos me empiezan a abrumar y las lágrimas a salir de mis ojos, mi padre grita.

—¡Stiles desayuna!

—¡No tengo hambre! —logro decir apenas con la voz entrecortada.

Me meto adentro del Jeep y lo pongo a andar, a las dos cuadras me detengo; el llanto se detiene y ya no me siento tan mal, sólo debía de salir de casa para no recordar que llevo los últimos días de la semana mutilando mi mente, parte de la rutina para lesionarme y obligarme a ser fuerte es recordar el día en que Derek se marchó.

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Derek estaba en la puerta de antes de entrar por el túnel que te lleva a la pista de aterrizaje para entrar al avión; Cora y yo estábamos afuera frente a él, quien vestía un gran suéter azul oscuro y unos pantalones beige.

—¿En serio debes irte? —preguntó Cora con tristeza y lágrimas en los ojos, estaban a punto de salirse de sus cuencas.

—Sí Cora, pronto seré el nuevo presidente de "Industrias Hale" debo estar preparado, pero prometo que estaremos en contacto. —La voz que estaba utilizando era tranquila y tranquilizadora en cierto sentido.

—Aún falta mucho para eso... pero no nos queda de otra —respondió Cora después de reflexionar y comprender la situación en pocos minutos y a la vez limpiándose las lágrimas.

Derek me vió unos diez segundos que se me hicieron una eternidad.

—¡Y tú! —exclamó él, se acercó a mí y me tomó de la camisa casi levantándome del suelo y su cara se acercó mucho a la mía pero no demasiado. Mi mirada se posicionó en sus labios por un momento, y pensé: Stiles es ahora o nunca, vamos no seas cobarde, es la última oportunidad que tendrás en mucho tiempo, ¡vamos! ¿Y si lo hago y me termina odiando más? Bueno, tal vez ya no me odie después de que...   

Pero mis pensamientos fueron interrumpidos, me estaba abrazando Derek.

—Diablos, perdí la oportunidad —dije en voz alta sin pensar al hacerlo.

—¿Qué? Bueno no importa, gracias por salvar a casi toda mi familia de la loca de Kate, gracias de verdad. —Y creo que en verdad sentía esa clase de aprecio.

—Bueno desde el primer momento que la vi supe que no la quería ver a tu lado, bueno no es que me estuviera fijando quién está a tu lado siempre, pero...

—Ya cállate —dijo Derek, yo estaba arruinando el momento.

—¿Si va a entrar? Ya tenemos que cerrar esta puerta, el vuelo está por salir —anunció la azafata.

Siento frío sin Derek pegado mí. Él se metió al túnel de nuevo y dijo sin apartar sus verdes ojos de los míos:

—Algún día nos veremos, Stiles. —La azafata empezó a cerrar la puerta, traté de visualizar la cara de Derek para recordarlo, la puerta hizo que cada vez lo viera menos, hasta que se cerró en su totalidad dejando un triste y seco sonido tras de sí, y yo me quedé muy callado a lado de Cora.

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Llego a la escuela; antes todos notaban cuando estaba triste, así que ahora simplemente exagero una falsa actuación de felicidad (que después de tanto tiempo fingiéndola ya se controlar a la perfección).

—¡¡Hola Lydia, hoy te ves radiante!! —exclamo señalándola con los dedos de mis manos mientras finjo una sonrisa.

—Hola Stiles, siempre. —Me mira extrañada—. Estás más, no sé, te vez bastante feliz, cuéntame.

—Nada en especial, me agrada mucho vivir —ambos nos encaminamos hasta nuestros lugares.

—Por esta vez te creo. Presiento que este día nos traerá sorpresas grandiosas ¿No crees? —dice con bastate seguridad y se sienta en su banca.

—Absolutamente. —El tono de mi voz es fuerte y claro, la palabra suena con tanta eficacia.

Me siento a una lado de mi mejor amigo Scott.

—Viejo qué hay de nuevo -me saluda acercando la palma de su mano hacia mí.

Rio fuerte y empiezo a gritar muchas tonterías sobre lo "genial" que estuvo mi fin de semana. (Mutilando mi mente)

—Buenos días alumnos, seré su maestro suplente por un tiempo; El entrenador Finstock está un poco grave de salud por lo que sólo trabajará medio tiempo y no dará esta clase pero yo sí, llámenme Sr. Hale.

Pienso. ¿Sr. Hale? El mismo apellido, la misma voz, acaso será... (Yo sigo gritando cosas).

—Stiles Stilinski, guarde silencio, y ponga atención en la clase.

¡Y además se sabe mi nombre! No puede ser. Derek está de regreso, pero se ve más serio que antes; somos viejos conocidos, al menos debería darme un buen saludo o algo así.

—Derek... —susurro y le miro a los ojos verdes intentando hacerle recordar que nos conocíamos antes.

Continuará...

(Fecha de publicación original: 10 de Enero/2014) (Fecha de corrección ortográfica: 23 de Diciembre/2015)



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