Entonces lo veo salir de mí. Se ve tan indefenso. No tiene idea de todo lo que ha pasado aquí afuera en el mundo. De todas las luchas que he hecho para llegar a mi meta de poder ser feliz. Y creo que ahora todo si podría resultar así. Pero con mi suerte tal vez tenga que librar una lucha más.
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Ηace algunos meses atrás.
Me desperté. Era esa sensación de que la vida no vale nada cuando despiertas en el loft más lujoso del planeta estando tu solo y abandonado. La mañana estaba demasiado fría y además estaba lloviendo. Para mí era normal despertar rodeado de unos brazos morenos y calientes llenos de protección. Pero había despertado en el frío de ser huérfano.
---¿Derek? -pregunté en cada cuarto del loft aunque en realidad un solo grito habría bastado para que alguien escuchara pues en el loft la única pared divisoria que tiene es la de la cocina.
Pero nadie contestó a mi llamado desesperado. Volví a llamar al teléfono de Derek, pero otra vez decía la operadora que ese número ya no estaba disponible. Llamé a Deaton y pasó lo mismo. Incluso me contacté con la empresa y con la misma Laura. Pero no había rastro de nadie a quien yo buscaba.
Entonces recibí una llamada de Isaac.
---¡Stiles! -gritó Isaac en mi oreja-. ¿Dónde vives?
Le di mi dirección.
---De acuerdo iré para allá. No te preocupes. Ya voy -aseguró con un tono de voz que sonaba tranquilizador.
No tardó ni quince de minutos cuando oí que alguien tocó la puerta. Me levanté de la cama y pregunté.
---¿Quién es?
---Yo Stiles, soy Isaac -gritó de nuevo.
Por un momento pasó por mi cabeza otro mal presentimiento. Que era un error haber llamado a Isaac. Pero bueno, él había salvado a Derek al haberlo llevado al hotel el día que se conocieron. Y aunque yo sospeché de él en muchos momentos. Tal vez al final de todo, Isaac era una persona buena. Porque cuando se hizo ese grupo extraño y popular en mi escuela y mis amigos me abandonaron él fue el único que me tendió una mano. Y otra cosa es que no tengo prueba que demuestren que es malo.Entonces abrí la puerta con un poco demasiado miedo por la reacción que podría tener Isaac al verme así. Pero al final lo tenía que hacer a la de a fuerzas.
---¿Stiles? ¿Qué te pasó...? ¿Qué es eso...? -Isaac hacía pregunta tras pregunta porque era un momento demasiado extraño para él.
---Estoy embarazado de Derek... -Mi voz apenas y se oyó y agaché la mirada.
---¡Wow...! Pero cómo... -Se oía desconcertado y era lógico pues un día su amigo desapareció y al otro lo encontraste del otro lado del país y embarazado.
---Pasa... te lo contaré todo.
Isaac entró a mi loft y le conté todo lo que yo sabía. Bueno casi todo. E incluso vio el libro dorado y de tamaño más grande de lo normal. Isaac iba a leer un poco de lo que estaba ahí. Pero venía escrito en muchas lenguas diferentes así que no pudo completar ni una oración.
De todas maneras escondí el libro y en más de un ocasión Isaac preguntó por él. Por eso nunca más lo saqué de su escondite. Pasaron varios días y no había rastro de Derek ni de Deaton. E Isaac había conseguido un trabajo en algún lugar de una plaza.
En sí durante el sexto mes fue cuando tuve mi primera "patadita" y fue algo emocionante, en especial para Isaac, el cuál llamó al doctor de felicidad. Después una vez me hizo reír mucho y me... oriné.
Por un tiempo el durmió en el suelo. Y en una noche.
---¿Stiles? -habló Isaac desde a lado de la cama en el suelo.
---¿Qué pasa? -pregunté mientras me limpiaba las lágrimas y trataba de sonar lo más normal posible.
---¿Por qué lloras? -interrogó.
---No. -Mi voz se cortó y no pude hablar por un momento-. Yo no estaba llorando.
Entonces Isaac se levantó y sentó en la orilla de mi cama. Yo por mi parte también me acomodé en el respaldo de la cama.
---No tienes por qué mentirme. -Su voz sonaba un poco más... No lo se. Tal vez más comprensiva. Tal vez más bonita.
---Yo... parece que nunca puedo ser feliz. ¿Entiendes? Sólo mírame. No es que no quisiera estar... Así -dije refiriéndome a mi embarazo-. Es sólo que yo nunca lo esperé y no quería... Y tal parece que Derek se espantó de tener un hombre embarazado como pareja, y se escapó para nunca volver... Quisiera no estar embarazado...
Isaac pone un dedo en mi boca.
---No digas eso. Tu no mereces ser infeliz. -Se empezó a a acercar a mí.
---Yo lo merezco. Yo volví loco a mi padre. Yo maté a mi madre. Yo me gané el rechazo de mis amigos. -Mis lágrimas se derramaban de forma independiente a mi voluntad.
---Eres hermoso Stiles...
Cuando dijo eso levanté la mirada. Vi sus ojos azules ser tocados por la luz de la luna.
---¿Qué dijiste? -pregunté.
---Derek no es bueno para ti. Yo podría cuidarte siempre. Yo podría darte todo lo que tu quieres. Yo cuidaré de ese bebé que crece en tu panza. Yo nunca te abandonaré. Yo nunca te haré sentir una persona dependiente. Me gustas mucho.
Lo pensé. Derek me había abandonado en pleno embarazo.
---Isaac yo...
Se acercó demasiado. En esa clase de momentos me siento la persona más desprotegida del universo entero. Siempre es lo mismo. Me quiero refugiar en los brazos de la única persona que me está prometiendo todo lo que yo quería.
Toque sus labios con los míos. Y pensé "Estoy en ruinas e Isaac me salvará". Lo besé tanto como besaba a Derek. Él siempre pensó que yo nunca tocaría labios que no sean los suyos. Pero ya eran demasiadas las ocasiones en las que siempre se iba de mi lado y parecía que lo hacía a propósito. E incluso me sentí sucio e idiota. Sucio por entregarme a quien sea. Idiota porque había abandonado todo lo que sabía y conocía sólo por ir a vivir con Derek mi infantil historia de amor.
Así pasaron las semanas y en las noticias aún no pasaban la desaparición de uno de los personajes más influyentes de Nueva York, es decir, Derek Hale.
Isaac ya era mi novio. Él siempre era muy cariñoso conmigo de hecho. Y eso me encantaba y digamos que él era mi refugio de la realidad. Las ciudades de espejo que formaban mi cerebro apenas y tenían unos cuantas ventanas rotas debido a algunos balazos. Pero debo admitir que por dentro, muy en el fondo, me sentía devastado, pues me había abandonado la persona con la cual tendría un hijo.
Los meses siguieron pasando y a veces Isaac traía ropa para... nuestro, bebé y era ya claro que sabíamos que seria niño así que no había problema.
El doctor a veces se veía nervioso y eso era algo que me mantenía dubitativo. Algunas veces pensaba en el porqué de su nerviosismo en especial cuando se encontraba cerca de mí. Bueno tal vez era porque yo era un hombre embarazado. Debió ser eso pues con Isaac siempre hablaba normal, como si se... conocieran...
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MESES ATRÁS.
---¡Ya liberame hijo de puta! -gritaba Jackson una vez, más.
---¡Cállate! ¡Ya me tienes harto! -gritaba un sujeto lleno de rencor en el corazón.
---¡Matt! -saludó un intruso que se había colado a la bodega de repente.
---¡Isaac! -exclamó Matt demasiado sorprendido.
Isaac río.
---Pero si Matt el gruñón se ha espantado. -Se burló Jackson.
---¡¿Oye que haces aquí?! -preguntó sorprendido Matt ignorando a Jackson.
---Vine por un ayudante para mí.
---No necesitas un ayudante -reclamó Matt-. Yo no tengo uno. Los golem son demasiado idiotas, más que tú Isaac. Sabes que yo sólo soy un alquimista, pero tú tienes las habilidad de controlar a quién se te de la gana con sólo verlo un par de veces.
---Sí, pero no quiero a un esclavo humano, quiero algo que tenga poderes. ¿Me entiendes? -decía Isaac ya cerca de Matt.
---Bueno pues te daría a este Kanima pero es demasiado salvaje y además el viejo Argent lo está ocupando -explicaba Matt.
---Cállate idiota -reclamaba Jackson colgado del techo.
---¿Lo vez? -remarcó Matt-. Entonces ¿Cómo es que lo conseguirás?
---No lo... -Isaac se queda un momento pensando las cosas bien-. Tengo una idea. -Isaac caminó para irse de la bodega.
---No creo que encuentres a alguien como tú Isaac -grita Matt desde lejos.
---Ya verás que sí -advierte el de ojos azules antes de salir de ahí.
Durante una semana buscaba a alguien que se pareciera a él. Que haya deseado darlo todo por tan sólo un poco de poder en la tierra. Algunas noches todavía llegan a su cabeza muchas voces "Eres un bueno para nada" "Nadie te quiere" "Perdedor" "Nunca serás nadie" "Hijo de puta" "No llores" "No eres un hombre de verdad" Aún recuerda los golpes en el cuerpo. Aún recuerda el llanto. Aún recuerda el dolor. Aún recuerda sus deseos de poder.
Algunos años atrás. Isaac era un niño que vivía con su padre. Él no era una persona agraciada ni al menos simpática. Nadie de las chicas la hacia caso y nadie era su amigo. Siempre fue así. Algunos comentarios de las personas eran hirientes y los que no, eran balas directas en su corazón. El mundo no era como ahora. Aún no existían los rascacielos. Apenas empezaba la segunda guerra mundial. Cuando iba a la escuela Isaac siempre regresaba llorando o sangrando o cualquiera de las dos cosas. Y al llegar a su casa su padre casi todos los días lo recibía ebrio, y le gritaba y lo encerraba en un lugar pequeño.
Pero una noche leyó un libro, que había encontrado cerca de una propiedad vieja. Un libro grande. Al hacerlo trató de seguir los pasos al pie de la letra. Con una gran navaja hizo un corte pequeño en su brazo. Pero un momento después sintió mucho pánico. Se fue del lugar.
Un ser oscuro se había percatado de los deseos del pequeño y lo vigiló durante tres luna llenas. Y una noche Isaac yacía encerrado en su pequeña prisión. Dormido.
---¿Quieres poder? -susurró la voz en la oreja de Isaac. Éste despertó con los ojos muy abiertos pues se sentía el ambiente demasiado pesado. Recargó su espalda lo más fuerte que pudo en la pared ante la sensación de que alguien lo veía por atrás.
---¿Quién eres? -habló el niño muy espantado.
---Soy el nogitsune pequeño -siseó el nogitsune que apenas era sólo un montículo de humo.
---¿Qué quieres de mí?
---Puedes tener todo lo que quieras, a cambio de un sacrificio.
---¿Qué significa?
---Mata a tu padre, y te daré todo lo que hayas querido alguna vez.
El niño gritó fuerte ante el terror que sentía. Entonces su padre se acercó y silenció los gritos de su hijo con patadas a la caja de madera donde lo tenía encerrado. Después de diez minutos de patear la caja con todo su coraje lo dejó en paz.
Isaac estaba furioso, triste. Y entonces sintió un in pulso.
La caja se abrió de pronto. E ISAAC salió de ahí. Sigiloso hizo su camino inocente hacia la cocina. Tomó un machete que guardaban ahí. Un niño de trece años con desesperación de mostrarle a sus compañeros de la escuela que él podía ser mejor. Desesperación de poder enseñarle a su padre que era digno de su cariño y respeto. Un niño de trece años con el suficiente dolor en su corazón como para tomar un machete lleno de coraje, para clavar en el cuerpo de su progenitor. La luz de la luna atravesaba de la ventana de uno de los pasillos. Luz que en el corazón de Isaac parecía que se había ido. Abrió la puerta sin algún ruido y rechinido por parte de ésta. Entonces se montó en la cama, donde su padre dormía de forma plácida. Y empezó. Una herida en el estómago. Otra en el brazo. Isaac lo hacía de manera vertical profundizando así las heridas. Era demasiado liberador para él. Entonces él padre de Isaac despertó en medio del terror con gritos desgarradores. Isaac reaccionó rápido y clavó el metal en el cuello del hombre varias veces. Éste luchó por su vida unos minutos hasta que Isaac salió volando debido a un empujón emitido de su padre. Isaac corrió con su padre tras de él. Pero el hombre estaba perdiendo demasiada sangre que salía a chorros, con una mano se apretó el cuello, la otra la tenía en dirección a Isaac. El chico quedó arrinconado en el último momento. Su padre estaba a punto de tocarlo. Sus ojos dieron vueltas sin sentido hacia arriba y calló, al suelo, sin vida. Su sangre escurría y se extendía manchando del crimen a Isaac.
El niño no podía creer lo que había hecho. La oscuridad se hizo más notoria en ese momento. Y por segundos casi se vuelve loco. Empezó a respirar demasiado rápido, se agachó en medio de gritos para ver sus acciones resultado de un pequeño enojo contra el mundo. Gritaba "padre" hacia el aire. Y entonces sintió el húmedo y caliente líquido en sus manos. Era un niño asesino... Asesino... Su cabeza dio vueltas en un carrusel a toda velocidad. Estaba arrepentido lo cual le aseguraba el perdón eterno. Pero entonces llegó la oscuridad por unos segundos muy rápidos.
Un aire muy tenebroso llenó el espacio. Y la ventana se quebró en mil pedazos. Una cosa oscura atravesó el pecho de su cuerpo. Cayó al suelo en medio de un alarido. Y como era natural había perdió la conciencia.
Volviendo a dónde empezó esto. Isaac salió a buscar a un niño que tuviera la misma ambición que él había tenido toda su vida y aún tiene. Pero al parecer no encontraría en una semana. No podía darse el lujo de buscarlo.
Pasó frente a un local de ballet. Pudo haber escogido entre las muchas mujeres que estaban ahí. Pero vio a una persona practicando una coreografía con otra chica. Era un chico, joven. De mirada tierna pero se le veía triste.
Isaac veía desde afuera y por cierto ya era de noche. Vio al joven ponerse sus auriculares, y sin entablar conversación con nadie más, escapó de ahí con pasos lentos.
Pasos lentos en la acera de Nueva Orleans por la noche mientras fumaba un cigarro a su corta edad y mientras Isaac lo seguía y no se daba cuenta.
Al girar en un callejón, una mano tapó su boca, el cigarro cayó a un charco de agua frío y se apagó al igual que la vida de aquel joven que probablemente habría tenido un destino prometedor, uno que Isaac jamás tendría.
Con un movimiento rápido Isaac había hecho girar el cuello del chico muy rápido causando su muerte.
Esa misma noche Isaac llevó el cadáver a la bodega donde Matt estaba con el secuestrado Jackson.
---¿Entonces quieres que meta alguna alma en este cuerpo? -preguntaba muy desconcertado Matt.
---Sí, eso es lo quiero -confirmó el de los poderosos ojos celestes.
---Tengo que traerla de los infiernos ¿sabes? Y también conoces bien que nada bueno viene de ahí.
---Eso es perfecto.
---¿Seguro? -preguntó una vez más Matt.
---Que sí -gritó impaciente Isaac-. Antes de que se empiece a pudrir.
---Bien. Pues pongamos manos a la obra.
Con varios signos desconocidos y versos peligrosos pronunciados empezaron un ritual extraño.
---Te ofrecemos la sangre del Kanima Jackson Whittemore -gritó Matt lanzando sangre a una gran fogata de fuego.
El cadáver del chico estaba en el centro. Un aire espantoso casi los hace caer en el fracaso y sin embargo varias velas con pequeñas llamas seguían prendidas. Al terminar con las palabras sólo esperaron en medio de tanto viento que casi les causa cortadura en la piel.
Varias sombras corrían por todos lados. Golpeando a Jackson, Matt e Isaac haciendo que los últimos dos cayeran al piso.
Sobre el cuerpo del chico muerto había muchas cosas indescriptibles y una de ellas entró por su boca fría y de labios morados. Las sombras empezaron a irse a los rincones más oscuros de la bodega por donde habían salido.
Matt e Isaac veían el cuerpo ahí tirado en el centro de varios signos. Y entonces uno de los dedos se movió y muchas voces en eco se oyeron posterior a eso. El cuerpo que ahora tenía vida se movía lento al mismo tiempo que se levantaba.
---¿Quién eres? -preguntó Isaac con valentía.
---Liam Dunbar -respondió sin más.
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En el presente. En algún lugar de Nueva York.
Él lo sentía, la carne de de su carne ya casi venía al mundo. Era noche de luna llena. Pero eata no era una luna llena común y corriente. Era la tercera luna llena. Y su maldición lo volvía más fuerte y más receptivo también.
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P.O.V. Stiles.
Entonces un poco más tarde ya casi para los nueve meses el doctor recomendó que deberíamos comprar una incubadora y algunas otras cosas necesarias para el parto. Se supone que no quería que nadie se enterara de mi embarazo y por eso el parto se llevaría a cabo en el loft. Yo tengo el control de las cuentas de Derek en el banco. Isaac también juntó para todo lo necesario y de todas formas aun así seguíamos pagando al doctor su salario. Así que...
-Issac ya casi. Ya lo siento. Me está doliendo demasiado -grité con todas mis fuerzas pues él estaba en la cocina y yo arriba en el cuarto.
De inmediato Isaac acudió en mi ayuda. Y también había llamado al doctor.
-No te preocupes. Yo estoy aquí Stiles. Escúchame y respira profundo -decía Isaac a mi lado y entonces hice lo que cualquier embarazada hubiera hecho. Apretar la mano más cercana con todas las fuerzas de cada músculo de mi cuerpo
-Espera Stiles ¡Arch! -gimió mi novio pero a mi me dolía más que a él.
El doctor llegó rápido al loft y enseguida acomodamos todas las cosas. Anestesia. Guantes. Y muchas otras cosas de operaciones que compramos con anticipación. Era obvio que me iban a hacer cesárea porque bueno... Ni siquiera quiero pensar en eso.
Y aquí estamos. Lo veo salir de mí. Se ve tan indefenso. No tiene idea de todo lo que ha pasado aquí afuera en el mundo. De todas las luchas que he hecho para llegar a mi meta de poder ser feliz. Y creo que ahora todo si podría resultar así. Pero con mi suerte tal vez tenga que librar una lucha más.
Siento el amor correr muy rápido desde exterior. Estamos enfrente de la cocina donde no había nada más que un espacio vivo que ahora ocupamos nosotros.
La puerta es golpeada con una fuerza brutal. Tengo miedo una vez más. Isaac toma mi mano y yo me aferro a ella. La puerta vuela en pedazos y astillas. No es hasta que entra él que se oye el llanto de mi bebé.
Derek está en la puerta. Tiene unos vaqueros azules muy rotos. Su cabello está mojado. No sé si tiene camisa porque no se distingue pues está bañado en sangre por completo. Me ve a los ojos y yo también le devuelvo el gesto. Creo que...Nota de autor: Bien otro capítulo más dedicado a los personajes que no tienen origen pero con esta clase de episodios se puede drama aclarar cosas con el tiempo. Actualizaré el capítulo donde están todos los horarios para que vean los días de los últimos cinco capítulos.
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Toda Una Vida
FanfictionEn un universo alterno de Teen Wolf, Stiles conoce a Cora la hermana del siempre serio y gruñón Derek Hale, cuando sólo tenían cuatro años de edad. La madre de Stiles muere un año después, entonces este niño con la necesidad de nunca callarse tiene...