Coraje

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Derek se acerca a mí, pone sus manos en mis hombros y pega mi espalda a su pecho, me susurra algo que de no haberlo escuchado antes no habría reconocido.

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Era hace mucho tiempo atrás, el verano iba a terminar, y yo había conseguido un trabajo de medio tiempo en un pequeño restaurante del pueblo, mi padre era amigo del dueño así que él ayudó a conseguirme el trabajo, tenía que lavar trastes, tampoco había mucha gente, era fácil en realidad, hasta que un día de repente llegó mucha gente, entre ellos Derek, cuando lo vi fue, como "Oh por Dios, ¿qué diablos hace él aquí?" "Tengo que esconderme" "Tal vez debería revisar cómo me veo antes de que se encuentre con mi arruinada imagen". Fui a los baños, me lavé la cara, mire mi reflejo con mucha decepción, cómo un tipo como Derek (que ya había pasado por la adolescencia y ahora era todo un adulto) se iba a fijar en un chico de catorce años, por dios ¿Qué estaba pasando por mi mente? Eso incluso era pedofilia, bueno no, exagero, pero también es una "filia".

Salí del sanitario y el jefe me dijo que debía de hacerla de mesero pues ese día las ventas estaban mejor que nunca, misteriosamente el día que Derek se metió en ese humilde local a comer.

—Vamos alcornoque, que él no se va a atender solo —reclamó el dueño del local para después darme un empujón.

Y me mandó justamente con la persona que menos quería atender, me mantuve indeciso, parado a unos metros lejanos del hombre, con los ojos muy abiertos, y las manos como cuando te acercas a la orilla de un lugar muy alto.

—¿Qué va a desear de comer? —pregunté tímido con la libreta entre mis dos manos a la altura de mi pecho.

Derek se quedó un momento leyendo su libro un rato más, después vio la carta todavía unos cinco minutos, me miró, con una mirada, de esas miradas que demuestran desprecio y son propias de personas estiradas.

—Sólo un café y un pan integral —respondió de repente.

—¿En serio? —cuestioné confundido de verdad.

—¿Lo traerás o qué? —preguntó con tono grosero, sin siquiera mirarme de nuevo, eso me dio algo de valor.

—Sí —respondí esta vez con un falso pero creíble, fastidio.

Después llegó Cora, una verdadera sorpresa. Ella se acercó a mí, y me vio desde el primer momento en que entro por la puerta de doble hoja de vidrio medio sucia, como si siquiera donde estaba con exactitud. Me dio un beso en la mejilla, para después darme un fuerte y largo abrazo, su cuerpo no era muy grande, pero fue reconfortante al menos que alguien no me tratara como un inútil.

—Vine a verte a tu trabajo Stiles —dijo Cora muy feliz y al mismo tiempo emocionada con un brillo en los ojos por volverme a ver, en cambio Derek sólo mostraba indiferencia por nuestra amistad.

—Sí, lo noté. Pensé que Derek había venido solo.

—No, yo lo obligue a venir, pero me quede afuera un rato, por eso no me viste. —Hizo una mueca dirigiéndose a su hermano a sus espaldas—. Derek no quería venir dice que sólo sirven basura aquí.

—No sólo sirven basura si no que el servicio es pésimo, y los empleados también. Son desperdicio —se quejó Señor gruñón sin vernos una vez más.

Eso era molesto y sin embargo me parecía bastante atractivo cuando se quejaba, siempre se quejaba, por eso siempre es atractivo.

—De acuerdo, de acuerdo, ya voy —exclamé, pero bueno como ya dije era tan bello cuando se quejaba.

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