La oscuridad... Pueblo maldito y sospechas.

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Mi cuerpo es piedra. No puede moverse. Y la puerta deja de hacer ese terrible golpeteo que me hace de materia inorgánica. Un sonido me envuelve con la manta del suspenso. Me aterra un poco, igual podría estar viéndome por la ventana. Volteo muy despacio, no veo nada. Cierro el cofre y lo ubico donde lo encontré. Me pego con cuidado a la puerta para no hacer ruido. No se escucha nada. Más que mi diminuta respiración. Abro la puerta, temeroso, no hay nada, ni nadie.
Corro como el infierno hasta mi Jeep. Y la foto se me resbala de las manos, pero la detengo con movimientos torpes. No estoy seguro pero creo que he tirado un florero, pero no quiero voltear hacia atrás. Me fijo en todos lados. Está muy silencioso. Rápido salgo de la escena con un poco de prisa, más bien, demasiada.
Quiero ir a mi casa, pero recuerdo que mi padre está ahí, ¿qué le pasó a mi padre...? Nada es casualidad, debe ser algo, algo oscuro en Beacon Hills, algo que se posiciona sobre este pueblo y lo cubre de maldad.
Llego al edificio donde está el loft de Derek. Abro la puerta y ésta rechina con tristeza de estar tanto tiempo en el olvido. Hay mucho polvo y no ha habido nadie aquí desde hace mucho. Hay una planta muerta de Noche Buena que había logrado sobrevivir dos años, pero hoy está sin vida. Hay unos cactus, de ellos salen flores y son las únicas plantas que han sobrevivido. Está muy frío, los ventanales están un poco mojados, de agua y neblina de afuera. No tengo nada más que ropa de Scott que él me ha prestado. También mi celular sin cargador, el cuál está apunto de morir, hace un día tenía una sonrisa pero ahora, también está melancólico de probar su droga favorita, la electricidad. Y yo también, necesito electricidad, necesito a Derek, y todo lo que viene con él, adrenalina, emoción, paz, pasión.
Necesito su sentir en las manos, su piel acariciarme, quiero a su lado estar. Nunca quiso él, pero deseaba yo con fuerzas demasiadas, que virtiera su gasolina en mí, con su pasión encenderme, y los dos en llamas renacer.
Ahora solo estoy. Quiero no pensar en las cosas que vendrán. Por ahora me queda sólo puedo sentarme en el sillón que Derek compró para que los dos viéramos películas en su hogar, mi hogar también.
En el loft de Derek y mío, me siento seguro, con esa alarma, con esa puerta. En especial si subo a la pequeña habitación que está en el piso de arriba y ahí encerrarme. También es bueno que esté lejos del centro de la ciudad, me gusta esta paz, pero también si alguien llega a colarse aquí, nadie escuchara mis últimos gritos de terror.
Me he quedado sin madre y sin padre ahora también. Siento un peso en mis hombros, este es el único lugar donde puedo estar sin más miedo sentir. Me siento culpable de que mi madre haya muerto. De que mis amigos se alejen de mí. De que me molesten a veces en la escuela. De mis malas notas. En fin. De que mi padre me rechacé.
Sollozo hecho bolita en el sillón. No merezco esto. No, si merezco esto. Soy muy cobarde. Soy muy idiota. Yo tengo la culpa. Yo soy muy... muy... inútil. Mi sollozo se vuelve llanto a grito pelado. Y alguien comienza golpear la puerta de Derek una, vez, más.
Mi tristeza se vuelve atención y sentido del peligro.
---¡Stiles! -grita.
---¡¿Scott!? -pregunto, levantándome del sillón. Camino lento hasta que llego a la puerta.
---Soy yo. Abre la puerta -pide con un tono preocupado.
Tengo mis dudas, no sé si dejarlo pasar.
---¿Cuál es mi serie favorita de Televisión? -pregunto con mi cara pegada a la puerta.
---La de... ¡Supernatural! -dice triunfal.
---De acuerdo puedes pasar -digo y sin embargo no me siento muy seguro.
---Stilinski -exclama y yo cierro la puerta del loft algo rápido, giro alrededor de él y me pongo enfrente de su cuerpo para verlo a la cara.
---¿Qué pasa?
---Pasa que vuelvo a la casa y mi mejor amigo se ha ido y no ha dejado ninguna nota de que lo hacía. -Se acerca mientras se queja y se ve un sus ojos la ansiedad.
---Scott, no quiero ser una molestia para nadie... -digo muy bajo y agacho la mirada, camino para atrás.
---Stiles. -Su voz se suaviza-. Tú no eres una molestia para mí. -Ya esta demasiado cerca de mí, más de lo que es permitido-. Mira... tal vez yo no pueda darte un vida ostentosa como la que te da él. Y te conozco tan bien que sé que eso no te gusta si no te lo ganas. Yo estoy aquí en Beacon Hills, puedo protegerte. Te amo tanto... Yo lo sospeché desde que Derek volvió a Beacon Hills hace años, pero después, después de tanto negarlo, me di cuenta que yo te quiero así de fuerte. Ayer que dormiste conmigo, fue como si un ángel hubiera caído y yo lo cuidaba en mis brazos. Y lo sentí más fuerte, las esperanzas de que tú y yo podamos ser algo más. -Pone una de mis manos en su pecho-. Este es el corazón corazón que tú has creado con cada sonrisa, con cada cosa torpe que haces a veces, y tus ocurrencias. Chico te adoro -dice como última frase.
Mis piernas y mi cuerpo se mueven de forma intensa en otro terremoto. Sólo quiero sentirme protegido de nuevo. Quiero saber que a alguien aún le importo. Tengo ese deseo. Y Scott se está acercando mucho a mis labios. Puedo dejar mi imaginación salir por la ventana más alta de mi torre cerebral y que divague/vuele por mis deseos.
Así lo hago. Scott y nos estamos besando, pero no pienso que sea Scott, pienso en mi querido Hale otra vez, y por más que me esfuerzo, no es lo mismo y con Scott no se siente nada. Mas que arrepentimiento.
---Scott -murmuro, separandome un poco.
---Stiles se mi novio, por favor, podremos estar juntos y seremos feli... -Le pinto un dedo en la boca.
---No Scott, no siento nada por ti más allá de la amistad. Yo amo a Derek. -He sido sincero y lo veo a los ojos.
---¡¿Qué tiene él que no tenga yo?! -interpela molesto y me empuja más atrás si es posible porque ya estaba pegado a la pared.
---Scott, ninguno es mejor que el otro. Debes entender que yo... no siento amor por ti, toda la vida has sido mi mejor amigo heterosexual. -Yo trato de escaparme pero Scott pone sus manos en la pared en donde estoy recargado y me atrapa.
---Vas a ser mío quieras o no -es sádico con el tono de voz que usa y me besa de una manera que ahora me resulta asquerosa.
---Detente -logro gritar y lo empujo pero no logro mover su cuerpo ni un centímetro.
---No.
Me siento indefenso. Estoy en un bosque solitario, neblina cubre rededor y Scott está ahí tratando de mi hacerme cosas, pero también estoy atrapado en la cueva donde el lobo trata de comerme. Tengo un poco de miedo de lo que mi mejor amigo me pueda hacer.
Y lo siento en el fondo. Hojas de conjuros viejas quemándose un poco más. Una llave se mete dentro de una cerradura oxidada. Una presencia fría se restriega contra mi cuerpo por dentro. Me siento poderoso. Me siento vivo.
Y sin darme cuenta, Scott y yo estamos en el lado opuesto de donde estábamos. De pronto logro empujar su cuerpo hacia afuera. No es posible que me haya vuelto tan fuerte en segundos. Fue algo en mi interior que no había sentido en mucho tiempo. El poder oscuro que deseaba a tener y se fue, ese poder, lo acabo de sentir otra vez.
Scott está en suelo tirado, en el pasillo. Los puentes se queman y se vienen abajo.
Me mira furioso, Este no es Scott.
Se pone pie raudo. Y yo también reacciono aún más rápido que él y cierro la puerta del loft azotandola.
Me siento débil de nuevo, ya no siento esa fuerza. El fuego se retira de las hojas. Sacan la llave de la puerta. Mis poderes ocultos quedan suprimidos otra vez,
---¡Stiles! ¡Abre la puerta! ¡Con un demonio! -La golpea. Soy un manojo de nervios. Una lápida de cementerio vieja.
Otro golpe basta para convertirme en carne inteligente. Quiero que Derek esté aquí, no puedo defenderme sólo de cosas sobrenaturales como el hombre lobo alfa que es Scott.
Me pongo atrás de un sillón. Escondo mi cabeza entre mis piernas, y también pongo mis manos en mi cabeza. Cada guantazo en la puerta me hace tener espasmos. Parece que ya casi va a destrozarla a golpes. Espero mi muerte o espero a que un milagro pase y Derek se aparezca de pronto y me protega en sus brazos.
Pero ninguna de las dos casa sucede. Hay un silencio misterioso. Perturba mi tranquilidad. Una roca cae en un charco profundo. Scott se ha ido.
Me derrumbo en la pared, esperando que ya no suceda nada más.
ΔΔΔΞΔΔΔΞΔΔΔ
Scott ha dado vueltas en su moto por varias horas tratando de despejar su cabeza de pensamientos sobre Stiles, el chico del que está enamorado. No sabe por qué decidió atacar al chico, es más, parecía que quería abusar de él, sin embargo decidío no hacerlo pues un rayo de cordura golpeó su cabeza sin avisar. Se dio cuenta del error que estaba cometiendo y se fue de la escena. Quería regresar con él, abrazarlo y decirle que no le tuviera miedo, que no fue a propósito. Pero el que tenía miedo ahora era él, pues no quería volver a tener una recaída.
Al llegar a casa, ve a un chico alto, de cabello rubio, junto con sus hermosos ojos azules. Isaac, el chico que había venido de Nueva York a conocerlo.
Scott baja de la moto ya frente a él.
---Necesito decirte algo Scott -Éste ve sus ojos fundirse en los suyos. Siente amor de nuevo por él, es una fuerza en los ojos de Isaac lo que le hace sentir eso.
---Sí, lo que quieras decirme -acepta Scott medio perdido.
Ambos entran en la casa de los Mcall, uno no esperando nada y el otro con intenciones claras.
---Scott -empieza Isaac-. Yo vine aquí por quería conocerte en persona, y es porque en realidad quiero algo contigo.
Scott levanta la vista sorprendido.
---Sé que te gusta tu amigo pero, él no te quiere a ti, y yo sí, dame una oportunidad a mí. Yo, el que vino desde el otro lado del país para tener tu amor.
Scott no lo puede creer. Sus piernas no se mueven pero también lo quiere, también quiere abrazarlo y besarlo.
---Sí quiero que seas mi novio Isaac -dice al final e Isaac lo toma entre sus brazos y lo besa.
Scott e Isaac se acomodan en el sillón, se besan, se abrazan, parece que se aman.
ΔΔΔΞΔΔΔΞΔΔΔ
De nuevo han pasado algunos días más. Mi última llamada con Derek se dio un día después de quedarme en su loft, en medio de llanto nos despedimos, y él me envía dinero y le envié una carta. Me limitó demasiado en los gastos, aunque él me haya dicho que no, pero es que quiero ahorrar, para poder llegar a Nueva York de sorpresa en un par de fin de semanas.
Escucho como el maestro de biología habla sobre como se da el embarazo, antes ya lo sabía, pero cada vez que lo oigo de nuevo parece que se empeñan por hacerlo sonar más complicado.
---No me imagino a un hombre embarazado -bromea el profesor y todos se ríen de esa descabellada idea que hasta a mí me saca una sonrisa. El maestro siempre hace de esta clase algo divertido.
Apoyando mis codos en el pupitre y mi barbilla en la palma de mi mano derecha. Las personas siguen comentado cosas y me he distraído un poco de su conversación grupal. Concentrado en mis propios pensamientos estoy. Después de todo nunca dejo a Derek de extrañar que nos de clase (aunque se que no sabría mucho de biología pues lo suyo es la economía). Extraño que me gruña en clase si llegaba a platicar demasiado. Ya no podía disfrutar de eso. Ahora sólo quedaba un recuerdo nostálgico, pero no triste, porque la verdad es que son recuerdos felices.
El clima ha dado un giro drástico. Se ha puesto nublado, y gracias a la remodelación que Derek pagó hace meses, las ventanas están polarizadas, y por eso el clima afuera deja ver una luz muy amarilla y un cielo blanco. Y hay hojas que el viento ha arrancado de su progenitor, que danzan en el aire de forma delicada y caen con gracia sobre la tierra.
Así describo mi día.
Mis amigos ya no hablan conmigo y creo que es bueno. Scott de pronto se ha vuelto la celebridad más importante de la escuela desde que un día llegó agarrado de la mano de Isaac. No he visto a Cora, ni a Malia. A Jackson sí pero no le hablo en lo absoluto. Y desde que Scott anda con Isaac, las cosas han mejorado para mí en la escuela.
Yo cada vez más ignorado. Es mi último año en esta escuela y cuando terminé, podré ir a Nueva York a estudiar y vivir con Derek.
Paso cerca de la casa de mi padre. Me estaciono, quiero entrar, quiero hablarle, quiero hacer algo. Pero no puedo.
Sigo mi camino hasta llegar al loft. Ya me he acostumbrado a sentirme hecho puré por la licuadora emocional en la despierto todos los días. Así que ya trato de no hacerme pedazos mientras conduzco.
Llego al loft y abro la puerta. Noto que el olor de Derek se esparce por el loft, y además éste está más ordenado de lo que lo dejé. Es... sospechoso. Tal vez sólo me estoy volviendo loco.
Me siento en el sillón a recordar mi última llamada con Derek. Pero me interrumpen.
Mi teléfono vibra, lo tomo, dice "número desconocido". Algo en mí clama que no conteste. Tengo un fuerte escalofrío que eriza miles de millones de cableado de queratina de mi cuerpo. Pero aún así lo hago, tomo la llamada. Pepe me avisa en mi oreja izquierda que no debo, o moriré, tal vez sea demasiado exagerado.
---Hola -susurro muy bajo, esperando con ansias que alguien conteste rápido.
---Stiles -habla una voz gutural desde la bocina de mi celular. Me da miedo y no sé si debo esconder mi espalda en el respaldo del sillón o levantarme y caminar alrededor para vigilar que nadie me espía de nuevo en especial por el gran ventanal que está ahí. Ese ventanal me da ansias, quiero taparlo con una cortina muy gruesa y oscura. Tal vez también quiero que desaparezca.
---¿Quién eres? -Encuentro el valor necesario de algún lugar para preguntar eso.
---Yo, era una persona normal... pero lo desconocido me convirtió en un ave hermosa. -¿Lo desconocido? Estoy seguro de que ya lo había escuchado antes. Sigo caminando por el loft tratando de encender todas las luces que puedo porque así me siento más seguro. Es un instinto incrustado en el cerebro humano hace millones de años ante malas experiencias en donde no pueden ver, en la oscuridad, en lo desconocido.
---¿Estás hablando de que la oscuridad te convirtió en un ave hermosa? -interrogo y sigo caminando. Las luces se apagan, todas y cada una de las bombillas ha perdido la luz, la fe.
---No soy la única persona. Piénsalo Stiles -dice mi nombre como si fuera la cosa más repugnante del mundo-. Cuántas personas en los últimos tiempos han cambiado. Cómo sabes que Derek no ha cambiado también. Estamos en todos lados, todo el tiempo. Te perseguimos, estamos atentos sobre cada movimiento que realizas. Queremos que seas parte de nosotros. -Me llegan a la cabeza las palabras de Jackson: Tú decides Stiles, puedes hacerte uno de nosotros, o puedes seguir siendo del ganado". Entonces mis amigos ya son parte de la oscuridad.
---Ya había dicho que no estoy interesado Jackson. No sé por qué desapareciste durante mucho tiempo y de pronto regresas engañando a todos para que formen parte de tu secta extraña. -La fuente de valentía aún desprende fuego de donde la tomo.
---No soy Jackson. No es una secta. Es la nueva vida. -habla orgulloso-. Derek, es parte parte de una secta, nosotros no. Piensa en el misterioso club del que es parte.
Un mazo golpea la cabeza de un niño inocente hasta deshacerla. Bebo un litro de cactus alucinógeno hervido. Camino hasta una parte en la que me siento más seguro.
---No te creo -murmuro en el marco de la cocina. Hay silencio. Puedo oír mi respiración intranquila, no está bien, porque la oigo del otro lado la linea, !mi propia respiración del otro lado de la linea! ¡mi propia respiración del otro lado de la linea!
Derek no puede ser parte de una secta. Ni de ningún club extraño. Las luces del loft no están apagadas. Nadie me está hablando por teléfono. Nadie ha cambiado. Mi padre no me ha corrido de casa. Estoy imaginado cosas estoy imaginado cosas. Si debe ser eso. Pero ni yo me lo creo. Todo es real real y está pasando.
Una mano me da la vuelta y me empuja hacia atrás. Un rayo alumbra el cielo y también el loft, puedo ver a la persona que me ataca. Pero tiene una bolsa de papel en la cara. Tiene dibujado un rostro endemoniado, que rompe todos los huesos de mi ser.
Dos puños de mi cuerpo se lanzan al ataque. Dos manos los detienen. Una rodilla golpea mi estómago. Caigo al suelo de espalda. No puedo respirar, no puedo moverme, no puedo gritar. Ha sido un golpe demasiado duro. Es muy fuerte. Tan fuerte como una persona que conozco. Tan fuerte como Derek.
La persona desconocida se acerca. Trato de arrastrarme por el suelo con las pocas fuerzas que tengo. Intento tomar una bocanada de aire, que solo se queda ahí, en un intento.

Mi cuerpo es girado por ese desconocido, me golpea el pecho con el puño. Luego el rostro. Y pisa mi estómago con tanta fuerza que mi aire se va de nuevo. Entonces otro rayo alumbra el loft. Veo un puño dirigirse a mi cara. Pero ya no puedo mantener mi conciencia más tiempo. Me hundo en una cama de flores. Mis ojos cierran las ventanas. Ya no siento nada. Ya no oigo nada. Ya no veo nada. Está oscuro.
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El desconocido se da cuenta de que Stiles se ha desmayado. Y no lo golpea más. Se retira la bolsa de la cabeza. Toma a Stiles con sus brazos y después besa los labios del joven con aquel deseo primitivo que forma parte del "ello".

Nota de autor: Lamento la tardanza. Pero aquí lo tienen un capítulo nuevo. Disfrútenlo, cometen que les parece que todo se haya vuelto tan oscuro y misterios. Y buen fin de semana.


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