Comportándote como un idiota

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Capítulo siete

Camino hacia adelante con la vista de todos puesta en mí, sin estar fuera de estilo, mi caminar es firme, mi mirada se centra en un punto fijo en el fondo del pasillo, siento las miradas, devoran mi cara, mis hombros, mis brazos, mi pecho, mi espalda, mi abdomen, mis piernas. Cada detalle de mí lo toman ellos, me alagan, me critican, me adoran, me odian, ahora soy un blanco para todos, para bien o para mal, me he metido en zona de guerra, pero me gusta, y de sólo pensarlo, me pongo nervioso, por un momento dudo, pero, mi mente se engaña a sí misma haciendo creer que yo he sido esta persona tan segura toda la vida. Que siempre me he parado aquí en medio del pasillo, con apariencia de chico malo. Que siempre he podido mirar a alguien con desprecio y retirar la primera primero porque no la merece, porque esa persona no es suficiente para mí, aparentar que soy cualquier otro adolescente común y corriente como todos los demás, tan simple, tan hueco, tan estúpido, tan vanidosamente vacío.

—¿Stiles qué haces? —interroga Scott entre riendo y confundido, casi pareciendo una risa nerviosa.

Me limito sólo a saludar en general con un "Hola" a todos, les sonrío y mi expresión es oscura, me encanta ver sus caras, tan desacertadas, y llenas de algo que se acerca al miedo y la admiración mezclados, porque todos son borregos ciegos, ahora todos los chicos huecos quieren ser como yo. E intentar llenarse a ellos y a sus vamos deseos. Me quedo parado frente a Derek, en la puerta del salón, aún en el pasillo. Me le acerco mucho, unos tres centímetros que me lleva de diferencia pero mis ojos están casi a la misma altura que los suyos, le observo con temple y seriedad, nuestros alientos se mezclan de nuevo por la cercanía, el alza un poco más la cabeza, pero la sorpresa en su cara pintada está.

—¿Nos va a dar clases? O sólo se va a quedar ahí mirándome como todo un pelele Sr. Hale. —Me siento tan seguro de mí mismo que ni siquiera me trabo en lo absoluto al decirlo.

Sale mi boca con tanta eficacia, los demás ven cómo reto al nuevo profesor, el más estricto de todos en la escuela. Derek se queda estupefacto, con las cejas fruncidas haciéndome saber lo impactado que se encuentra y también lo confundido. Me despido de los gemelos con una mirada. Danny y yo entramos al salón. No disimulo una sonrisa llena de satisfacción, desde que volvió Derek, él no quitaba esa cara de amargura y seriedad, pero yo he hecho que eso cambie, y no sólo será hoy, será todos los días, como había prometido, hasta hacer que pague todas sus deudas conmigo.

—¡Por Dios Stiles cómo le dijiste eso al maestro! —pronuncia Danny con sorpresa.

Él ve mi rostro, las cejas las tiene alzadas, me ve sin creerlo todavía. Nos detenemos frente al escritorio.

—Así soy actualmente —le confirmo con un susurró y poderosa mirada—. Ahora finge acomodar mi cabello con dulzura —ordeno de prisa con la voz aún más baja.

—¿Para qué? —pregunta Danny, sin ser indiferente como antes hubiera sido.

—Sólo hazlo —insisto con exigencia tanta que mis dientes están muy apretados al hablar.

Él acomoda mi cabello con adoración aparente, yo le esbozo una sonrisa, le acaricio la mejilla con mi mano derecha, su piel es un poco suave. Noto cómo se pone nervioso, sus mejillas se tiñen ligeramente de rojo, lo coloco entre mis brazos con rapidez y fuerza, suelta un gemido apretado ante mi abrazo. Lo miro a los ojos unos segundos y lo beso, en la mejilla, para susurrarle en el oído con un tono lleno concupiscencia:

—Bien hecho, recibirás más a cambio si haces cosas más subidas de tono que eso.

Por un momento me siento como un ofrecido, pero estoy bastante seguro de que Danny no es activo así que no está tan mal. Volteo a ver mi moreno Hale, alzo una ceja en demasía al hacer ese gesto. Me ve y vuelve a poner cara sería, se acerca a nosotros, nos separa de forma ruda, tanto que Danny choca un poco contra el escritorio, yo le ordeno que se vaya con la mirada y él me obedece como todo sirviente adolescente copia lo que sus ídolos hacen. Derek me voltea de frente para hablar.

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