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Tn POV

Habían pasado cuatro días desde que me habían encerrado, este lugar era un infierno.

Me inyectaba una sustancia que me mantenía débil y las muestras de sangre no ayudaban. Había visto a una psicóloga por mis supuestos "problemas sexuales", los cuales claramente no tenía.

No tenía ni la más mínima duda de que mi aspecto era demacrado porque llevaba sin comer durante este tiempo, solo tomaba agua y era para que no me deshidratara.

Mis brazos ardían por las quemadura que me provocaban los cinturones con los que me amarraban y tenía varios moretones en ellos por las muestras de sangre.

Abrieron la puerta y yo giré mi cabeza hacia esta ya que estaba sentada con la espalda pegada a una pared, pude notar que la enfermera traía una jeringa.

- Ya basta, por favor - Pedí con las lágrimas a nada de salir de mis ojos pero no le importó ya que me tomó de un brazo con fuerza - ¡No! ¡No!

Patalee intentado evitar que me sacara más sangre y sin querer le di una patada en la cara.

Me arrastré hacia otra esquina porque la última vez que había golpeado a alguien de forma inconsciente me habían cedado.

- Perdón, perdón - Mi voz estaba cortada.

La enfermera se levantó y se acercó sacando otra jeringa con un líquido blanco.

- No, por favor no - Me tomó del brazo de nuevo y me arrastró para que me moviera de la esquina - ¡No!

La aguja entró en mi cuello y sentí un líquido entrar por lo que en solo segundos caí inconsciente.

...

Desperté y estaba acostada en el suelo con los brazos demasiado apretados por lo que supuse que me habían puesto una camisa de fuerza.

Me levanté difícilmente y miré por todas partes, me parecía ilógico que no hubiera cámaras vigilandome.

Moví los brazos con toda la fuerza que tenía para intentar soltarme la camisa. No sabía por qué la apretaban tanto, pero lo cierto era que me lastimaba.

En un momento solté un grito al sentir mis brazos muy presionados contra la camisa y después se soltaron cayendo a mis lados.

Levanté las manos con la camisa que me quedaba enorme y después me la quité quedando con el camisón.

Me acerqué a la puerta y moví el pomo pero estaba con llave así que volví a acercarme a la camisa que tenía algunos cinturones.

Desprendí uno con dificultad y después lo acerqué a la cerradura para tratar de forzarla.

La puerta se abrió unos dos minutos después y yo sonreí por lo que tiré el cinturón lejos y después me levanté para escapar.

Comencé a caminar por los largos pasillos mirando hacia todas partes. Caminé durante minutos buscando la salida.

Varios minutos después logré ver la puerta, para mi suerte no había nadie en recepción.

No podía creer que lo iba a lograr, tal vez tardaría en volver a la mansión pero no era del todo imposible.

Comencé a correr para poder salir, era la única oportunidad que tenía de salir de aquí.

Cuando estaba a punto de salir dos manos me tomaron de los hombros y me arrojaron al suelo. Me quejé por el impacto y luego me levanté un poco, llorando porque no lo había logrado, iba a tener que quedarme en este purgatorio hasta quién sabe cuando.

Almas Destinadas // Miles Fairchild. [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora