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Tn POV

Ya iban a ser las nueve de la noche, hace un rato habíamos cenado.

Entré en mi baño y me lavé la boca y después me lavé la cara para quedarme mirando mi reflejo en el espejo.

Debía estar pendiente de las cosas que fuera descubriendo, ya sabia que a Miss Jessel la habían asesinado y que Quint la acosaba, debía descubrir lo demás.

Por otra parte también estaba la familia de las fotografías ya que sentía una gran curiosidad por saber quiénes eran.

Salí de mi habitación y cerré la puerta a mis espaldas.

Toqué la puerta de la habitación de Miles y él no se tardó en abrir. Se hizo a un lado y yo entré.

- Tardaste en venir - Lo miré y él se sentó en la cama, hice lo mismo.

- Siempre vengo a las nueve - Lo miré y él sonrió.

- Podrías venir antes si quieres - Propuso - Sabes que no me molesta.

- Lo consideraré - Reí un poco y después me acosté.

- ¿Cómo siguen tus brazos? - Preguntó y tomó uno para mirarlo.

- Mejor, aún me duele un poco - Respondí y él me miró - Seguro en pocos días ya no estarán las marcas.

- Ojalá - Se acostó dejando su cabeza en mi pecho.

Comencé a acariciar su cabello mientras el tomaba una de mis manos y en ocasiones dejaba un beso en su dorso.

Estuvimos así un largo rato y después nos acostamos debajo de las cobijas ya que estaba haciendo demasiado frío.

Miles seguía con su cabeza en mi pecho y se dio un poco la vuelta para abrazarme por la cintura.

En pocos minutos me quedé profundamente dormida.

...

Confronté a Quint por lo que hizo y le prohibí volver a entrar en mi habitación, pero sé que no le dio importancia lo cual me hizo desesperar.

Me quedé en la cocina preparando la próxima clase de Flora hasta altas horas de la noche.

Estaba preocupada por Miles, no lo había visto en todo el día y pensaba en que tal vez se había escapado. Estaba más aislado desde la muerte de sus padres que había sido hace una semana.

Eran las diez de la noche y escuché la puerta principal abrirse, después escuché las risas de Miles y de Quint, sus risas parecían como de hebrios lo que me hizo enojar.

Me levanté de mi lugar y me asomé un poco para comprobar mis sospechas y eran ciertas, les costaba mantenerse en pie ¿Cómo se le ocurría llevar a Miles a un bar? Sólo tenía catorce años, casi quince, ¿Cómo había logrado que lo dejarán entrar?

Miles subió a duras penas las escaleras y me preocupó que pudiera caerse, ¿Qué pensarían sus padres de todo esto?

No me gustaba mucho que el estuviera en un internado, pero considerando la influencia que Quint tenía sobre él, prefería que estuviera allí.

Salí de la cocina y me acerqué a Quint.

- ¿Cómo se te ocurre llevarlo a beber? Es solo un niño - Reproché.

- Miles ya está muy grandecito como para saber que hace - Abrí los ojos incrédula - ¿Y tú qué haces despierta a estás horas?

- Trabajando, y tu deberías ser una figura paternal para Miles, ¿Te parece bueno que beba tan sólo teniendo catorce años? Puede ser peligroso, además está prohibido darle alcohol a menores de edad.

Almas Destinadas // Miles Fairchild. [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora