Almas Destinadas // Miles Fairchild. [✔️]

17

Tn POV

Estaba camino a la mansión mientras tarareaba una melodia inventada y movía mis dedos al ritmo.

Abrí los ojos y me detuve al ver que una mariposa se había posado en mi nariz.

Sonreí y moví un poco mi cabeza y la mariposa comenzó a volar mientras yo la seguía.

Me detuve al quedar frente a una reja y subí la mirada. No era la de la mansión de los Fairchild, era de otra.

Tenía una gran L en medio y mi curiosidad me ganó así que empujé un poco la reja con mi hombro y esta se abrió.

Di un paso adentro y comencé a caminar sintiendo una opresión en el pecho mientras miraba al rededor.

A lo lejos pude divisar una gran mansión, demasiado grande.

Me dirigí a la entrada y después de empujar varias veces la puerta finalmente se abrió por lo que me resbalé y caí al suelo.

Me levanté y observé todo el lugar, estaba muy oscuro y lleno de polvo.

Limpié mis manos en mi overol y comencé a caminar sintiendo la opresión en mi pecho crecer.

Llegué a las escaleras y comencé a subirlas sintiendo mis manos sudar y mi respiración algo entrecortada.

Observé por un pasillo en el cual se colaba algo de luz por las cortinas, me parecía tan familiar de alguna forma.

Mi respiración se volvió aún más irregular y mi pecho se sentía tan oprimido.

La cabeza comenzó a dolerme mientras mis ojos comenzaron a picar, sentí como si cientas de imágenes en este lugar pasaran frente a mis ojos.

Me recosté contra la pared cerrando los ojos y me dejé resbalar hasta tocar el suelo.

Cubrí mi cabeza con mis brazos esperando que el dolor de cabeza cesara y mi respiración volviera a ser estable.

No me sentía bien, estaba comenzando a marearme y no creí poder salir yo sola.

Busqué un teléfono con la mirada y logré divisar uno entre las lágrimas acumuladas en mis ojos.

Gateé con las manos temblando hasta éste y al llegar lo tomé esperando que tuviera línea para después comenzar a marcar el número de la casa de los Fairchild.

Pasaron unos cuantos segundos mientras el tono del teléfono sonaba indicando que estaba marcando.

- ¿Sí? - Escuché la voz de Flora y sonreí al escucharla.

- Hola Flora - La saludé cerrando los ojos con fuerza.

- Tn, ¿Eres tú?

- Si, soy yo - Confirmé - ¿Puedes llamar a Miles?

- Dame un momento - Asentí apretando los labios mientras las lágrimas resbalaban por mis mejillas- ¡Miles! ¡Es para ti! - Cerré los ojos al escuchar su grito.

Pasaron unos segundos qué para mí fueron como una eternidad.

- ¿Quién es? - Preguntó Miles con frialdad.