Fría Eternidad

Capítulo 36. En perfecto orden

¿Alguna vez se han preguntado como una familia de alto perfil como los Vulturi mantenía una fortuna tan grande y un castillo funcionando después de tantos años? Bueno, la respuesta al parecer era gracias a Jane.

Jane no solo era la guardia favorita de Aro y una de las armas más letales de su arsenal, sino que también se encargaba de que la Fortaleza Vulturi funcionara a la perfección. Y si alguien me hubiera dicho que mantener un castillo repleto de seres inmortales era tanto trabajo, me habría reído en su cara. Y así lo hice cuando en mi primer día como asistente, Jane me entregó una imposiblemente larga lista de tareas.

El día anterior había sido un confuso borrón de explicaciones, recorridos por una parte del castillo que hasta el momento no sabía que existía e introducciones a vampiros en los que jamás había reparado. Y cuando por fin estuve sola en mi habitación el nudo en el estómago que me había acompañado todo el día por fin logro deshacerse ligeramente, pero la sensación de que acababa de ponerme una soga en el cuello no se iría tan rápido. Me senté en el suelo junto a la puerta con la cara entre las manos intentando poner orden a mis pensamientos, tenía que poner las cosas en perspectiva. ¿Qué tan terrible sería trabajar para Jane? Había sobrevivido a Alec, incluso teníamos una relación civilizada. Esto era un obstáculo más que superar. Un nuevo enemigo a conquistar, y nada más.

A la mañana siguiente tenía una nueva resolución. Me puse uno de mis vestidos favoritos de terciopelo verde oscuro y unas zapatillas de tacón cuadrado del mismo color. Mientras me cepillaba el cabello me repetía al espejo que no permitiría que Jane me quebrara. Eres fuerte, Madeline. Haz sobrevivido cosas peores. Jane no va a intimidarte. Nada se desmoronaba en mi nuevo mundo, simplemente se modificaba cada tanto. Una vez satisfecha con mi imagen y una mentalidad positiva me dirigí a mi nuevo lugar de trabajo.

Como era de esperarse, la mentalidad positiva se evaporó conforme pasaba el día. Tal vez Jane planeaba lentamente matarme de aburrimiento y exceso de información. Pasamos buena parte del día recorriendo los corredores, ella dando ordenes a todo aquel que se nos cruzara en el camino, y yo tomando notas mentales. Al caer la tarde volvimos al despacho, solté un suspiro de alivio al sentir que el día se acercaba a su fin. Pronto me di cuenta de lo equivocada que estaba. Jane me invitó a sentarme frente a ella con el vasto escritorio de por medio y extendió sobre la pulida superficie un pergamino con una larga lista de tareas.

- ¿Todo esto es para hoy? – pregunté y mi voz sonaba ligeramente más aguda.

- Oh no.- contestó Jane con una sonrisita. - No creo que termines eso hoy. Es demasiado, estaría muy impresionada si logras la mitad al amanecer.

No pude mantener una expresión neutral y se me escapó una mueca, la cual Jane ignoró olímpicamente. Nos pusimos a repasar la lista juntas y Jane me explicó con sumo detalle cada una de las actividades. Y sí, si alguien lo pregunta me había asignado todas esas cosas que ella no quería hacer. Algunas eran tan insignificantes que hasta el momento no había pensado que alguien tenía que hacerlas y aparentemente ese alguien iba a ser yo. Al menos casi todo se hacía fuera del despacho, y me vendría bien separarme por un rato de Jane para mantener mi sanidad.

Por fortuna habíamos hecho algunas cosas a lo largo del día así que la lista se había acortado, aunque seguía siendo demasiado larga para terminar esta tarde. No sabía como moverme entre estos nuevos corredores y toda la información de nombres y responsabilidades se revolvía en mi cabeza. Era como si tuviera entre mis manos una gran madeja de estambre y no supiera por donde empezar a desenredar. Así que sin poder estimar cuanto podía tardarme me resigné a que este día sería muy largo.

Jane había vuelto su atención a un montón de papeles sobre el escritorio, así que doblé el pergamino y suspiré pesadamente. Comencé a marcar mi plan de acción, eligiendo las tareas que me serían más sencillas de ejecutar al principio. Ya vería como resolver lo demás conforme a la marcha.