- ¿Sabes? En estos momentos no me molestaría para nada que me privaras de los sentidos.
Alec esbozó una sonrisita de lado y comentó que debería guardarme las ganas para otra ocasión. Puse los ojos en blanco sin sorprenderme de su respuesta, pues no esperaba nada mejor que eso viniendo de él.
La luz grisácea del amanecer se colaba por las ventanas y alumbraba los elegantes pasillos del ala este. Mis piernas se movían mecánicamente al compás de los pasos de Alec. Cerré los ojos guiándome únicamente por el oído. Me sentía incapaz de pensar en otra cosa que no fuera quedarme tendida sobre una superficie plana por un par de horas y dejar mi mente totalmente en blanco. Oficialmente, mi cerebro estaba frito. Y unas punzadas bastante extrañas no dejaban de palpitar en mis sienes.
Sentí la mirada de Alec sobre mí, pero me negué a abrir los ojos y escuché como sofocaba una risita. Apreté los labios. Una buena parte de mi desgaste mental se lo debía a él, como siempre, pero esta vez no solo había sido el arduo entrenamiento al que me he visto sometida, si no que la noche pasada su excelente humor me había traído con los nervios de punta. Ya no sabía como interpretar sus sonrisas y su risa musical era desconcertante. Toda esa inusual amabilidad casi me parecía producto de mi mente perturbada, pero al final, antes de que Alec despidiera a nuestros invitados, reconocí que era por ellos que esta noche se había comportado de manera ejemplar. Aunque rogaba que no sucediera en una segunda ocasión. Mis nervios simplemente no lo soportarían.
Los pasos de Alec se detuvieron de pronto y los míos unos segundos después. Abrí los ojos y me encontré frente a las anchas puertas de la Estancia. No había nadie dentro a esta hora de la mañana, así que le lancé a Alec una mirada cargada de curiosidad. Su rostro tenía una expresión inescrutable mientras miraba por la ventana a su izquierda. Fruncí el entrecejo y abrí la boca para hablar, pero él me interrumpió:
- Deberías descansar un rato.- dijo a la ligera señalando las puertas de la Estancia con la cabeza. No me miraba a los ojos, por lo que desconfié enseguida.
- Lo haré.- dije observando con atención cada una de las expresiones de su rostro, intentando descifrar sus intenciones.- Pero en otro momento. Ahora tengo que ir a arreglar unos asuntos.
Avancé un paso con intención de marcharme de la Estancia y seguir adelante por el largo pasillo, pero él se interpuso en mi camino. Fue en ese momento en el que se delató.
- No deberías preocuparte por eso ahora.- su tono de voz no admitía replicas pero conseguí liberar la muñeca que él mantenía firmemente agarrada en su mano derecha. - Además no tienes un buen aspecto.
Ignoré su último comentario. El tono burlesco con el que hablaba me haría desistir en cualquier otro momento pero había algo más oculto en su mirada. Sabía que pretendía deshacerse de mí antes de ir a ver a Corin y ayudarla con su búsqueda secreta. Pero deshacerse de mí no iba a ser tan fácil, a menos que me proporcionara algo de información útil.
- Me temo que no es algo que pueda aplazar para más tarde. - contesté enérgicamente. Aunque en realidad no tenía mucho que hacer. Alec negó con la cabeza y sonrió con sorna.
- Lo que sea que tengas que hacer puede esperar un par de horas, ¿no? Además, ¿no decías hace un momento que te gustaría te dejara insensibilizada?
Evité mostrar alguna clase de sorpresa que delatara que tenía razón, y procuré mantener la expresión de superioridad de mi rostro. Esa era la primera regla cuando discutía con Alec: Nunca demostrar que él tenía la razón. Aunque era cierto. Merecía un buen descanso si quería recobrar fuerzas para esta noche, que prometía ser casi tan dura como la pasada. Pero me encontraba terriblemente intrigada por saber que era lo que Corin pretendía encontrar. Pensé que incluso podría serle útil. A fin de cuentas, había sido yo la que se había encargado de recoger todos los manuscritos que Corin había ido usando a lo largo del día y había visto los caminos y puntos que marcaban en el mapa de Roma. Tal vez ella había pasado por alto un minúsculo detalle y, probablemente, yo lo habría visto. Si tan solo supiera que era lo que buscaba...
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Fría Eternidad
FanfictionMadeline Blair es una vampireza libre, aventurera, seductora y misteriosa con un pasado coronado con sombras, extraño y nebuloso. Después de vagar por su cuenta mucho tiempo, ha decidido regresar con su antiguo clan, pero entonces Madeline se ve at...