Capítulo 32. Estrellas Eternas (Parte III)

372 41 4
                                    


- ¡Por favor! – exhaló Jack cuando solté sus manos y salté como gato asustado-¡Te necesito! Los dos corremos peligro.

- ¿Qué?- pregunté con un hilo de voz, repentinamente tensa.

- Tu nombre. Estás en su lista.- dijo Jack con una mirada significativa.- Kyle quiere verte. Me ha mandado a buscarte pero...

Levanté una mano para detenerlo.

- ¿Qué lista?- Jack soltó un suspiro.

- En los últimos meses, Kyle ha descubierto espías en sus filas. Los ha eliminado a todos y tiene una lista con sospechosos, cualquiera que pueda tener una remota idea de sus planes y no muestre su lealtad a él es una amenaza. Se ha puesto paranoico, feo de verdad.- explicó él sin dejar de mirarme a los ojos y yo solo podía pensar en Allan, el espía de Charles. - Y tú figuras en esa lista, Madeline.

- ¿Kyle cree que yo ando por ahí contando sus planes?- repetí con una sonrisa cínica. Había que admirar la astucia del vampiro. Bien jugado, Kyle.

- Le insistí que yo mismo te buscaría para resolver este gran malentendido, pero cariño, eres condenadamente difícil de encontrar.

Pasé por alto la mirada acusadora que me dirigía y me concentré en el verdadero problema.

- Así que nuestro querido amigo me acusa de divulgar sus estúpidos planes- solté una risa forzada, balanceándome en las puntas de mis pies. – aún sabiendo que me trae sin cuidado lo que él y su condenado grupo de seguidores se traen entre manos. Creí que se lo había dejado bien claro.

- Pues yo lo sé y me consta.- me atajó Jack, impaciente. Si tan solo supiera que era yo la culpable de todo.- Pero a él no. Así que déjate de tonterías y...

- ¿Y qué? ¿Ir contigo? ¿Así sin más? - Jack asintió con solemnidad mientras yo enarcaba las cejas.- No puedo dejarlo.

Jack me lanzó una mirada exasperada y después sonrió burlonamente.

- ¿No puedes o no quieres?

Quise espetarle que las dos cosas, pero decidí ignorarlo.

- Dijiste que los dos estábamos en peligro - agregué a la defensiva.- Así que él también.

- Querida, desde el momento en que posaste esos bonitos ojos que tienes sobre él, su vida corre peligro. Más si compartes su cama. Ya te lo dije antes, los humanos no son amantes.

Aparté la mirada ofendida. No iba a concederle la razón, aunque había acertado. Mi simple cercanía diaria con Aaron lo ponían al filo de la navaja. Si Jack había interpretado mi silencio de la manera correcta, poco le importó, porque siguió hablando con urgencia.

- Además, es la única manera. Ni siquiera serán tantos días. Puedes inventarle algo y listo.

Fruncí el entrecejo. No me gustaba nada la opción que me ofrecía pero el peligro era evidente. Necesitaba hablar con Charles, urgentemente. Pero no delante de Jack. Tenía que hacer que se fuera, él nada más estaba consiguiendo alterar mis planes y mis nervios.

- No, no es la única. – dije con aplomo, aunque me sentía más nerviosa de lo que deseaba admitir.

- Claro que lo es. Y soy tu única y mejor opción. – Volví a negar con la cabeza y Jack soltó un suspiro de frustración.- Escucha, si no lo hacemos así todos terminaremos muertos. Incluso él.

- ¡No! Tienes que irte, ahora mismo.

- Madeline, no estas siendo razonable. Solo yo puedo ayudarte o estarás sola en esto contra Kyle...

Fría EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora