Capítulo 26. Primera Misión

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- ¿Qué es lo que hace especial a esté vampiro? – pregunté segundos después sin poder evitar sentirme decepcionada.

No encontraba nada interesante a eso de andar cazando vampiros delincuentes por media Italia. Sinceramente, esperaba enterarme de algo más...grande. Algo increíble, un verdadero misterio. Corin me lanzó una última sonrisa antes de salir por la puerta y dejarme a solas con Demetri.

- Bueno - dijo Demetri con una sonrisa desganada.- Él no es realmente especial. Se trata de la forma en la que escapa. Es muy hábil.

La mesa de cedro se extendía entre nosotros con el reluciente mapa de Roma extendido sobre su suave superficie. Apoyé los codos sin apartar la mirada del rostro del rastreador.

- Y eso te molesta.- me atreví a decir después de un momento.

Fue su voz, la forma en la que miraba con aprehensión el mapa y como movía las manos al hablar de ese vampiro lo que me hizo suponerlo. Demetri no levantó la mirada, pero sus labios se movieron ligeramente de una forma muy divertida.

- Un poco.- murmuró él encogiéndose de hombros pero esta vez clavó sus ojos en los míos. - Es...frustrante. Hacía mucho tiempo que no me topaba con un caso tan peculiar.

Pestañeé sorprendida por la sinceridad que emanaba de sus ojos y por la confianza que mostraban. Demetri esbozó una sonrisa enigmática para después dejar escapar un prolongado suspiro de sus labios. Su mirada volvió a centrarse en el mapa, mientras yo desviaba mi atención hacia terrenos menos escabrosos. Como el día anterior me dediqué a observar mi alrededor. Me gustaba ver el cambio de luces en el comedor. La habitación tenía un matiz oscuro a la hora del crepúsculo, y el silencio que envolvía la atmósfera era un tanto incómodo. El único ruido que resquebrajaba la pasividad eran nuestras falsas respiraciones y los pajarillos en la pradera que iban de regreso a casa. Volví a fijar mi vista en el mapa que Demetri seguía observando. ¿Qué no se cansaba de hacerlo? Yo creía que a estas alturas podía decir la ubicación exacta de cada punto señalado en él.

- ¿Por qué razón buscas a este vampiro?- pregunté tratando de romper el hielo al mismo tiempo que apoyaba el mentón sobre mis manos cruzadas sobre la mesa.

- ¿A dónde dijiste llevaba el túnel secreto?- preguntó él a su vez evitando mi pregunta.

Suspiré, si quería conseguir algo de información tenía que jugar bien mis cartas antes de que Demetri ignorara la voluntad de Corin de mantenerme ahí para trazar junto con él un plan de acción ahora que tenían una pista.

- Al Jardín Botánico de Roma.- contesté con firmeza. Él hizo un leve asentimiento sin apenas mirarme mientras hacia una pequeña marca donde comenzaba el misterioso túnel y otra en el lugar que acababa de mencionarle. – No has respondido a mi pregunta.

Demetri dejó a un lado el marcador que sostenía firmemente en su mano derecha, sus manos blancas se encontraban apoyadas sobre el borde de la mesa y habló con resignación.

- Él formaba parte del ejercito de neófitos que azotó Roma hace poco. Al parecer, era algo así como el segundo al mando.

- ¿Segundo al mando?- pregunté levantando interesada la cabeza.

- Así es - dijo él distraídamente mientras evaluaba los señalamientos que Corin había agregado en el mapa, lugares que mostraban donde el condenado trozo de tela había estado.- Por lo general, el líder del ejército elige a un vampiro más dotado que el resto. Es el más experimentado o con mayor potencial y lo convierte en su mano derecha.

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