La luz del sol tarda alrededor de ocho minutos en tocar la superficie terrestre, pero menos de un minuto me fue suficiente para correr a resguardarme en los rincones oscuros característicos de una ciudad tan vieja como es Volterra. Me encontraba recostada sobre mi capa observando los colores que pintaban el cielo al despuntar el alba, cuando un brillante y amenazante rayo de luz barrió el sucio suelo de aquella azotea. Como ser nocturno que soy, rehuí de la luz de un nuevo día rumbo al castillo, siguiendo las sombras que poco a poco se disipaban, pero, al divisar la alta figura de Joel merodeando cerca de la puerta principal, giré sobre mis talones y busqué una entrada alterna. A pocos pasos de la plaza del reloj en un callejón estrecho y mugriento se encontraba una de las múltiples entradas a la Fortaleza. Escuché la alcantarilla abrirse con un ruido metálico, tan sutil que solo podía haber sido ocasionado por vampiros, y me encontré con un par miembros de rango medio de pie junto al oscuro orificio. Ambos, me saludaron con un asentimiento y me permitieron bajar primero por la abertura tan negra como boca de lobo. Me dejé caer a la oscuridad y, cuando las puntas de mis pies rozaron la piedra húmeda del suelo, me di cuenta de que todo este tiempo había mantenido una única imagen en mi mente: Bruno.
Después de nuestro pequeño encuentro, había pasado unas cuantas horas en los techos de las casas vecinas y, mientras me encontraba por ahí, tuve la oportunidad de escuchar la charla entre Bruno y su hermano antes de irse a dormir. Descubrí que Bruno volvería a Roma en un par de semanas para seguir con su educación universitaria, así que conforme recopilaba datos importantes acerca de su rutina diaria, planeaba nuestro siguiente encuentro. Estaba totalmente decidida a encontrarme con él de una u otra manera. Estaba detallando mi lista mental de las cosas que tendría que hacer para llevar a cabo el plan, cuando escuché a Carlo preguntarle a su hermano por la sonriente muchacha pelirroja que había estado charlando con él fuera de la casa. Sentí que el estómago se me encogía, me pregunté si deseaba o no escuchar la respuesta de Bruno. Descubrí que lo deseaba y me asusté un poco. Por fortuna, Bruno evadió con firmeza la insinuación para, después de unos minutos de silencio, quedarse profundamente dormido.
Andaba distraída, a paso lento, mientras repasaba la lista mental de deberes extras que había afinado durante la madrugada. Acababa de atravesar los concurridos pasillos centrales y llegado al estrecho pasadizo que separaba el ala este cuando escuché dos pares de pies en la cercanía. Saliendo de uno de los muchos pasillos que desembocaban en el gran corredor del ala este, me topé de frente con Demetri y Alec. Ambos charlaban alegremente y lucían unas sonrisas traviesas. Raro.
- ¡Buenos días, Madeline!- saludó jovialmente Demetri.
- ¡Estás de buen humor! Esa es toda una sorpresa - exclamé sin poder contenerme, esbozando una media sonrisa.- Se debe a que torturaste al extremo a Antonio o pudiera existir alguna otra razón.
Demetri soltó una carcajada breve y una sonrisa se acomodó en los labios de Alec. Alcé una ceja, incrédula. Había algo diferente en su comportamiento, pero no era motivo para que me quedara observando a Alec más tiempo de lo que exigen las reglas de cortesía. Debía recordar que faltaría a la sesión de entrenamiento de esta noche por arruinar mi noche libre.
¿No deberías estar agradecida? Me ronroneo la voz de la sed. Después de todo, quedaste con el humano. No lo habrías hecho en un día normal, ¿o sí? Hice una mueca mental y la hice callar. Tenía razón.
- La primera - contestó Demetri, mientras me peleaba con mi subconsciente, sin abandonar su brillante sonrisa. Sonreí también. Tenía varias semanas sin ver un asomo de sonrisa en el rostro de mi amigo, y lo extrañaba, por que era un signo tan propio de Demetri, como una bienvenida lo era en casa. – Alec y yo pasamos una noche muy entretenida con nuestro nuevo amigo.
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Fría Eternidad
FanfictionMadeline Blair es una vampireza libre, aventurera, seductora y misteriosa con un pasado coronado con sombras, extraño y nebuloso. Después de vagar por su cuenta mucho tiempo, ha decidido regresar con su antiguo clan, pero entonces Madeline se ve at...