La vida en Poesías.

Te odio.

Te odio, pero no te dejaré despedirte, sólo me iré.

Te odio, porque debo negar todo lo que siento por ti. Negaré que te sueño entre mis sábanas, y que mi corazón se acelera con tus palabras.

Te odio, porque debo callar que eras mi fuerza y razón para vivir.

Te odio, porque nunca admitiré que te hubiera comido a besos y hecho el amor mil veces. Nunca diré que tus silencios eran mi peor castigo, y tu ausencia me mataba lentamente.

Te odio, porque debo callar que en mis días más tristes de soledad tú fuiste mi única amiga y alegría. Que solo por imaginar tus labios bajaba hasta el infierno.

Te odio, porque Dios sabe que un día sin ti era una locura, que perdía toda lógica y razón. Que mi vida se volvía gris, y vacía.

Te odio, porque eras la única que sabía escucharme como nadie, porque tus juegos y bromas eran lo mejor de mi día. Aunque a veces nos hacíamos callar o enojar; nada me importaba. Fui valiente, me olvidé de quererme a mí solo para quererte a ti.

Te odio, porque nuestra conexión era la más simple y bonita. Me gustabas, te quería; así como se quiere en las películas. Sí, esas películas tontas que tú tanto odias.

Te odio, porque debo admitir que en mi mente nuestra relación pudo haber sido perfecta. Pero tuve que alejarme de ti, para que tú pudieras sanar.

Te odio, porque sabes cuánto sufro y lloro en silencio; no te preocupes, por ti sabré soportar este dolor.

Te odio, porque te dije que podríamos ser una hermosa locura, juntos. Y no lo pudimos cumplir, si es este el final de nuestro capitulo, prefiero ser yo quien ponga el punto final.

Lo último que quiero que entiendas, es que te odio porque me niego a aceptar esta realidad. Que te odio, porque no te dejas amar. Te odio, porque nunca has sido mía.

Espero que sepas perdonar y olvidar; que seas feliz con mi ausencia, con mi silencio. Y si algún día te atreves a volver, nunca dudes que te quiero y te odio todavía.