Dime, ¿alguna vez has sentido que ya nada tiene sentido?
Dime, ¿alguna vez has sentido que el tiempo pasó demasiado rápido y te ha dejado atrás?
Dime, ¿alguna vez sentiste que la cordura abandonó el nido dejándole el paso libre a la amargura?
Miras en todas direcciones buscándola, otra vez, no sabes nada de ella, sólo esperas que esté bien; todo ha cambiado, lloras por las noches hasta ya no poder más, ruegas por un poco –solo un poco más– de paz.
La noche vestida de gala no se apiada, tus pensamientos no te conceden tregua.
Te ves bien, al menos eso quieres creer,
es difícil saber cuando ya no sientes amor ni por ti ni por otro ser.
Le prestas demasiada atención a los detalles, ¡sientes que has envejecido!
Culpas al corazón,
te culpas a ti mismo,
te culpas por haberla perdido.
Chica triste, ¿dónde estás?
Responde, por favor;
extraño tus ojos tristes,
aquellos que brillan sólo cuando no hay luz.
Chica triste, para mí solo existes tú.
He perdido el amor,
he perdido mi alegría,
por eso hoy me pierdo en la bebida, en la melancolía,
¡brindemos todos!
Brindo por esta herida,
que sangra más y más, cada día.
En fin, aquí me despido,
me debo ir, debo ir a buscar...
a mi chica triste.
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La vida en Poesías.
PoesiaÉsta obra narra y cuenta los dos últimos años de vida del escritor en su peculiar forma de escribir. Se prohíbe cualquier copia completa o parcial. Todos los derechos reservados.
