La vida en Poesías.

112. Asocial.

- ¿Por qué duermes tanto?

Y, ¿por qué no hacerlo? Ya ni tengo razones para vivir.

- ¿Te aburres?

No es eso, ¿tú no entiendes que odio mi existir?

-Debe haber algo en el mundo que te guste.

No me interesa el mundo, prefiero dormir.

- ¿Ya no te gusta escribir?

¿Para qué? ¿Eres una más de los que me quiere
ver sufrir?

-No jamás podría.

Todos lo que me han herido me han dicho lo mismo algún día.

-Vamos, no digas eso. ¿Dónde está tu alegría?

La mató la monotonía,
la devoró la melancolía.

-Yo puedo cambiar eso, sólo confía.

¿No ves que vivo en agonía?

- ¿Por tu enfermedad?

No, por su partida sin despedida.

-Por favor, ya olvídala.

Por favor tú, ya no incistas.

- ¿Por qué me alejas?

Porque no me interesas.

-Entiendo, ¿quieres que te deje en paz?

Sólo en la muerte encontraré paz y tranquilidad.

-Me hieres.

Pues, vete.

- ¿Por qué me haces tanto daño?

Porque yo también sufro.

- ¿Y todos merecen sufrir?

Sí.

-Lamento que pienses así, ya me debo ir.

Al fin.

-Espero que regrese la chica que te hacía feliz.

Sé que no volverá por más que se lo pida.

-Así es la vida.

Maldita vida.