No me gustó tu forma de ser desde el principio,
me desquició.
Si te acepté fue por el mero hecho de haber perdido el juicio; por haberme regalado una broma que no olvido.
Una sonrisa fácil,
una máscara de amabilidad.
Un “te quiero”,
y un “te necesito,
aquí conmigo”.
Al igual que un niño perdido acepté tu amistad,
tu falsedad y tus caprichos.
Con el tiempo te aprendí
a amar más que a un hijo.
¡Pobre bobo!
Enamorado de una idea,
de la inocencia,
de la inteligencia,
de la tranquilidad.
De la clemencia,
y de la demencia.
De una chica que de mentir no cesa.
¡Que mensa!
De la ilusión que trae la idialización, que no fue más que una simple ilusión de mi imaginación.
Me siento tan traicionado, engañado, defraudado y profanado al creer luego de un tiempo:
“De verdad, ya he cambiado”.
Mientes, eres la misma
cosa rara del pasado.
En lo único que has mejorado es en hacerme sentir decepcionado.
Oye, te quiero decir algo en especial: Para ti va dedicado.
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La vida en Poesías.
PoetryÉsta obra narra y cuenta los dos últimos años de vida del escritor en su peculiar forma de escribir. Se prohíbe cualquier copia completa o parcial. Todos los derechos reservados.
