Después de todo lo que te di, después de todo lo que luché, cambié y sufrí por ti.
Ahora te vas, dices no poder soportarlo mucho más.
Dices no querer
más lágrimas.
Puedes irte,
no te detendré.
Sólo queda por decirte
que yo siempre te amé.
Te amé, como nunca jamás antes amé a otra mujer.
Sólo espero que no olvides que yo siempre te querré,
que guardes y atesores todos los buenos momentos que te brindé.
Para que el día de mañana cuando voltees a ver el ayer
y quieras recuperar
lo que estás a punto de perder -aunque probablemente sea demasiado tarde, pues yo ya no existiré.
Tú persigue tus sueños,
yo te cuidaré desde el cielo.
Y espero que nunca
me vuelvas a ver,
que tu conciencia permanezca tranquila,
que nunca más tengas pesadillas.
Sólo pido perdón por todo lo que te hice, y por lo que ahora voy a hacer.
Ésta pistola en mi mano
la dispararé en mi sien.
La corbata que
por ti compré, en mi funeral la usaré.
Ya sabía que me dejarías, que de mí te alejarías,
que tarde o temprano
de mí te asustarías,
que asco te daría y
que de mí huirias.
Y yo te lo permitiré, por ti me mataré.
Para no estorbar ni molestar en tu vida otra vez.
Con la esperanza que en tus recuerdos viviré.
Lamento amarte
de otra forma, no saber.
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La vida en Poesías.
شِعرÉsta obra narra y cuenta los dos últimos años de vida del escritor en su peculiar forma de escribir. Se prohíbe cualquier copia completa o parcial. Todos los derechos reservados.
